Evitando el camino hacia el divorcio

Por Lenín E. Salmon
01 de Marzo de 2015

Si alguien, próximo a casarse, pudiera anticipar que su sueño de vivir feliz al lado de su ser amado terminará en una guerra de desgaste mental, emocional y económico, y que tal vez hará salir a la superficie lo peor de ambos, muy probablemente lo consideraría una pesadilla ilógica e impertinente, absolutamente incompatible con la maravillosa realidad que siente estar comenzando a suceder delante suyo, por derecho y para siempre. Pero cuatro de diez parejas terminan divorciándose, aparte de incontables otras que viven mal (algunas pésimamente mal). ¿Cómo hacer para mantenerse en el lado seguro? Nadie conoce la fórmula. Es entonces como en la lotería, ¿cuestión de suerte? No es tan sencillo.

El matrimonio bien llevado mantiene una visión a largo plazo sobre la magnitud y trascendencia del compromiso adquirido, sin desestabilizarse por los altibajos de la vida cotidiana. Para mantenerse en este camino es necesario protegerlo de desvíos, situaciones que pueden poner en riesgo su futuro. A la primera señal de peligro la pareja debe estar preparada para reconocerlo y decidir evitarlo, enfrentarlo o corregirlo. El enemigo mortal es el irrespeto (al matrimonio, a la pareja), y puede manifestarse en una variedad de formas (las principales son la infidelidad, la agresión física o psicológica, la adicción al alcohol o a las drogas, la negligencia reiterada en el cumplimiento de obligaciones). En realidad, cualquier pequeña causa puede crecer a niveles inmanejables si no se la atiende desde el comienzo. Se necesita valentía para admitir una debilidad o una tendencia, y mucha comprensión y solidaridad (o sea, amor) del otro lado para aceptar el problema como de ambos, para poder resolverlo. Es improbable que un matrimonio salga adelante si la forma de encarar un problema es culparse mutuamente.

En muchas situaciones es conveniente recibir ayuda especializada; las emociones propias del momento que vive la pareja a menudo obstruyen la objetividad con que hay que analizar el daño causado, de haberlo, y la confianza puesta en la opinión profesional ayuda a actuar con más seguridad y optimismo en la recuperación del equilibrio conyugal. Las estadísticas sobre el futuro del matrimonio pueden parecer desfavorables, pero depende de cada pareja hacer de la suya una unión ciento por ciento feliz. (O)

salmonlenin@yahoo.com

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