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E especial

La casa ‘absorbe’ los árboles La casa posee una plataforma de hormigón que sirve como cimentación superficial que amolda su forma a la del terreno, quebrándose con el fuerte desnivel, esquivando los árboles o incorporándolos para no derribarlos.

Muy conectada con el entorno
Por fuera, la Casa Pentimento posee una apariencia hermética que se confunde con la vegetación, pero por dentro es un espacio confortable con un estilo arquitectónico que devela una libertad para crear cosas distintas.

La casa es obra de José María Saéz (i) y David Barragán.
“ Así es la Casa Pentimento, una creación de los arquitectos José María Sáez (español) y David Barragán (ecuatoriano), ubicada en el sector de La Morita, en el Valle de Tumbaco, a treinta minutos de la ciudad de Quito.

La idea nace cuando Desireé Marín solicita a los creadores que construyan, en un jardín, una vivienda diferente. La condición es que para levantar la estructura no derriben ninguno de los árboles ya existentes en el espacio determinado. Y, por el contrario, la casa se integre a la naturaleza sin competir con ella, se abra al clima templado del valle y permita una vista amplia del volcán Ilaló.

Es entonces cuando Sáez y Barragán conciben la idea de, sobre una plataforma de hormigón que sirve de cimiento, levantar un sistema de piezas prefabricadas, una especie de macetas o jardineras portantes que pueden ser colocadas de cuatro formas distintas resolviendo la estructura misma de la vivienda, pero, además, convirtiendo sus espacios en soporte para mobiliario, para gradas de madera, incluso formando una fachada jardín que es el objetivo principal de esta propuesta.


Espacios que renuncian a la complejidad
El dormitorio muestra una austeridad liberadora, sencilla y elegante.
Las piezas, que también son de hormigón, fueron insertadas en varillas de acero ancladas con pegamento epóxico a la plataforma. Estas varillas y los elementos de traba entre las piezas generan una estructura apretada de pequeñas columnas y dinteles, que resultan apropiadas para zonas de alta actividad sísmica, como la que se registra en La Morita.

El proyecto fue ejecutado en una superficie de 234 metros cuadrados. La construcción inició en noviembre del 2005 y fue concluida en agosto del 2006. Aunque ya son cinco años desde que se presentó la casa, esta propuesta innovadora sigue llamando la atención en el mundo arquitectónico.

Incluso ha sido galardonada con el Premio Nacional de Diseño Arquitectónico en el Concurso Panamericano de la XV Bienal de Arquitectura de Quito y con el Primer Premio a la Mejor Obra Joven de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo de Lisboa 2008.

“Para la construcción de la Casa Pentimento no se botó un solo árbol. Es decir las estructuras de hormigón se fueron moviendo a la derecha, a la izquierda, se hizo agujeros o se perforó para que la vivienda se adapte a la vegetación. Por eso se pueden encontrar árboles dentro de la casa”, explica José María Sáez.
Otro aspecto que llama la atención es que se prescindió al máximo de los acabados. Los prefabricados de hormigón quedan vistos tanto al exterior como al interior, al igual que el piso que es solamente cemento con pigmento negro pulido.

Esta característica de mantener el cemento visto incluso ha permitido que los niños que habitan la casa puedan hacer sobre la estructura dibujos con tiza, algo que nos parece maravilloso porque es una expresión hasta cierto punto primitiva que deja ver las condiciones de libertad que permite a quienes la habitan, coinciden ambos arquitectos.