La nueva siembra: Sistemas de nutrición de las plantas

03 de Febrero de 2013
TEXTO Y FOTO Moisés Pinchevsky

Los sistemas de nutrición de las plantas toman un nuevo giro en la agricultura, gracias a una tecnología que ha logrado triplicar la producción en los países en que se ha aplicado. Ya llegó al Ecuador. ¿Será un cambio de época para los campos?

 Según los resultados obtenidos en países como España, México, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Perú y Marruecos, existe un sistema de riego y nutrición en la agricultura que permite producir hasta 90 toneladas de mandarina por hectárea, cuando lo normal es un promedio de 35 toneladas por hectárea.

Quienes gustan del aguacate deben saber que ese procedimiento genera hasta 30 toneladas de ese verde manjar por hectárea, superando así las 8 toneladas por hectárea que la tierra ecuatoriana entrega por el sistema regular.

En los mangos, la producción llega a las 60 toneladas por hectárea, cuando los árboles regados de manera convencional regalan en sus ramas un promedio de 18 toneladas por hectárea.

Con cifras así, ¿habría que reescribir los libros relacionados a la agricultura?, le preguntaron alguna vez al ingeniero agrónomo español Rafael Martínez Valero, creador de esta tecnología, quien entonces respondió: “Seguramente así será”.

El sistema MOHT, siglas para Martínez Open Hydroponic Technology, se está abriendo campo en la agricultura mundial desde hace unos 20 años, indica Martínez durante una reciente visita a Guayaquil para apoyar la instalación de esta tecnología en 50 hectáreas de cultivos de plátano, en una hacienda agrícola ubicada en la vía a la costa.

Este avance en la agricultura apunta a solucionar los desequilibrios observados entre los progresos científicos logrados en el campo, que han sido significativos en el último tercio del siglo anterior, y los desarrollos tecnológicos, que han quedado rezagados.

“La ciencia había desarrollado nuevos conocimientos teóricos que no se habían llevado a la práctica por falta de la tecnología necesaria. Existe una diferencia entre la investigación científica y la tecnológica; esta última había sido pobre en la agricultura. Esto no ocurre en la industria, donde cada avance científico generalmente viene acompañado de la tecnología necesaria para sacarle un provecho práctico”, señala el experto, quien es ingeniero técnico agrícola por la Universidad Politécnica de Valencia, posee un diploma en agronomía por la prestigiosa École Nationale Supérieure Agronómique Montpellier (Francia), y es doctor ingeniero agrónomo por la Universidad Miguel Hernández (España), en la cual fue profesor durante varios años e investigador del Departamento de Producción Vegetal y Microbiología de esa unidad académica.

Directo a la “vena”

Martínez desarrolló el sistema MOHT en esos años de investigación, en los cuales ha podido “controlar a la planta” para lograr, incluso, hasta triplicar su producción. Para ello, esta tecnología aporta agua directamente a la raíz, junto con una mezcla calculada de nutrientes electroquímicamente balanceada, con lo cual la planta no gasta energía para absorberlos.

La ciencia había desarrollado conocimientos teóricos que no se habían llevado a la práctica por falta de tecnología, que había quedado rezagada. Pero ahora podemos llevar a la agricultura a otro nivel.”
Rafael Martínez

Además, el MOHT controla los estomas (poros por los que las plantas absorben el dióxido de carbono, permitiendo la fotosíntesis y la asimilación de nutrientes), para programar brindarle el riego a la planta por pulsos cortos mientras los estomas están abiertos, por eso también se lo denomina “riego a estoma abierto”.

Comparándolo con un ser humano, esto sería como dar el alimento directamente a la vena, como si fuera un suero, expresa Martínez, con lo cual se aprovechan al máximo los recursos porque se aportan las cantidades exactas que la planta va a absorber, sin que sobre nada en el suelo.

Esto significa una revolución en la agricultura, ya que el riego convencional aporta una cantidad de nutrientes y agua que es aprovechada de menor manera por la planta, ya que una buena parte permanece en la tierra.

“Al saber a qué velocidad la planta absorbe los nutrientes, podemos calcular qué cantidad entregarles”, subraya el experto, quien añade que esta técnica también tiene beneficios ecológicos, porque no saliniza el suelo y permite la reactivación de la naturaleza por sí sola una vez que el cultivo deja de explotarse.

El MOHT es parte de un momento histórico en la agricultura mundial, dice Martínez, en el cual el hombre está aprendiendo a controlar el desarrollo de las plantas.

Sin embargo, estos progresos son aplicados de a poco en los países debido a los costos que generan (el MOHT puede costar 30% más que los procesos convencionales) y a una afianzada cultura agraria en los procedimientos regulares.

Grandes empresas como Paramount Citrus (EE.UU.), que es parte del gigante de la industria cinematográfica, ya aplican este avance español, que en el 2005 ganó el Premio Internacional de Nuevas Tecnologías del Ministerio de Agricultura de Australia.

Esto demuestra que el mundo comienza a resolver la escasez de alimentos atacando el problema desde la raíz.

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