Valle sagrado: Donde la historia empieza

13 de Julio de 2014
  • Ollantaytambo
  • Pisac
  • Pukapukara
  • Kenko
  • Sacsayhuamán
Texto y fotos: Cinthya Murillo Q.

Cuzco y Machu Picchu son los destinos más conocidos del llamado Valle Sagrado de los Incas, en el centro-sur de Perú. Pero esta zona cargada de misticismo tiene mucho más para ofrecer al viajero.

Cuzco es también denominada la Ciudad Imperial debido a su importancia en el periodo incaico. Por tanto, con autoridad se jacta de ciertos privilegios “reales”, como el de contar con más de veinte vuelos diarios que la enlazan con Lima. Pero a pesar de tener tan buena conectividad aérea, Cuzco a veces prefiere hacerse esperar ya que esos vuelos pueden atrasarse por el clima nublado que suele abrazar a este importante destino.

Así son los caprichos “reales” que con mucho mérito se imponen porque Cuzco es, me atrevo a decirlo, la puerta de entrada a un mundo maravilloso: el Valle Sagrado de los Incas, llamado así por haber alojado importantes ciudades del imperio incaico.

La Ciudad Sagrada del Tahuantinsuyo me recibió con un renovador té de coca. Esa bebida me calentó cuerpo y alma para apreciar mejor la arquitectura local en edificaciones como el Koricancha o Templo del Sol, cuyo diseño resulta una herencia compartida de incas y españoles.

Caminando por esas angostas calles empedradas tenía la sensación de estar en el barrio Las Peñas de Guayaquil, pero de pronto la ciudad me sorprendía con edificaciones coloniales de estilo barroco andino, como la Catedral y la Iglesia de la Compañía. Luego resultó infaltable visitar el barrio de San Blas, donde se encuentran los talleres de los mejores artesanos de la localidad. Y en la noche, con un cielo estrellado y la plaza iluminada, el encanto continuaba mientras caminaba frente a cafés, restaurantes y bares encantadores.

Sacsayhuamán

Ubicada a 2 km de Cuzco, este complejo consta de 33 sitios arqueológicos, siendo el más imponente la Fortaleza de Sacsayhuamán. Este sitio habría sido una edificación de carácter religioso, pero por su ubicación y estilo fue considerada por los españoles con fines militares.

Allá, junto a rocas de entre 90 y 128 tonedadas (¿cómo las habrán movido?), experimenté la veneración del Inti (sol), Quilla (luna), Chaska (estrellas) y demás deidades astrológicas. Por ello cada 24 de junio celebran en ese lugar el Inti Raymi o Fiesta del Sol.

Kenko

Se encuentra a 6 kilómetros de la ciudad de Cuzco. En quichua, su nombre significa “laberinto”, probablemente por la disposición de sus impresionantes galerías subterráneas. Otra hipótesis es que Kenko haya sido un anfiteatro por su edificación semicircular. Se desconoce a ciencia cierta la finalidad de esta construcción circular, ya que también pudo haber sido un altar, como otro que observé al ingresar en sus cavernas.

Pukapukara

Al noreste de la ciudad de Cuzco, a 7 km por la carretera que nos lleva a Pisac, llegamos a este sitio cuyo nombre en quichua significa “fortaleza roja” por la tonalidad que adquieren sus rocas con el crepúsculo. Así se embellecen más sus terrazas superpuestas, plazas, acueductos, altos muros y escalinatas. Existe la versión de que el emperador inca alojaba allí a su comitiva cada vez que decidía visitar los baños de Tambomachay.

Pisac

Es uno de los sitios arqueológicos más importantes de la región, a 30 km hacia el noroeste de Cuzco. Posiblemente su nombre se deriva de un tipo de perdiz conocida como “pisaqa”, muy común en esta área. En la parte baja del valle recorrí el pueblo colonial de Pisaq, detenido en el tiempo y uno de los más antiguos de Latinoamérica, establecido cuando los quichuas se unieron en pueblos pequeños (este fenómeno es conocido como “reducciones de indias”).

Ollantaytambo

A 97 km de la ciudad de Cuzco. Esta imponente ciudadela incluye un templo, andenes y un sector urbano. Se pueden diferenciar dos sectores: uno denominado Araqama Ayllu, que se relaciona al culto y a la religión; y el segundo,  Qosqo Ayllu, conjunto destinado a la vivienda. Como en un cuento de hadas, su nombre fue dado en honor al guerrero inca Ollanta, quien construyó este templo para cortejar a una princesa, hija de Pachacútec. A lo mejor cumplió también funciones militares, tal como lo muestran las señales dejadas por sus antepasados en murallas y torreones.

Machu Picchu

Se muestra imponentemente sobrecogedora  en una montaña a 2.400 metros sobre el nivel del mar. También se la ha llamado la Ciudad Perdida de los Incas, pues fue un misterio hasta que Hiram Bingham la descubrió en 1911.

La ciudadela de Machu Picchu es la más importante de los atractivos turísticos de Cuzco y considerada una de las más extraordinarias muestras de arquitectura paisajística del mundo; muy merecido tiene ganado este apelativo. Machu Picchu en quichua significa montaña vieja. Ubicada sobre una montaña de estructura de granito, los incas lograron construirla al transportar pesados bloques de piedra utilizando ingeniosas técnicas. Pude observar la perfección del tallado y pulido, logrando así uniones perfectas entre sus cimientos. Este lugar, sin duda, es un destino que hay que visitar antes de morir.

Agradecimiento: PROMPERÚ

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