Cirugía cerebral sin incisión

17 de Febrero de 2013
Sheyla Mosquera de Calderón

La radiocirugía, con el dispositivo Gamma Knife, no solo destruye tumores cerebrales, sino que resuelve algunos tipos de problemas neurológicos.

En la actualidad los avances tecnológicos en relación a la medicina del cerebro han permitido que muchos pacientes puedan curar sus enfermedades o simplemente mejorar su calidad de vida. Una forma es mediante la radiocirugía con Gamma Knife o “bisturí” de rayos gamma.

Literalmente knife no es un cuchillo, sino un dispositivo guiado por una computadora que utiliza casi 201 haces de rayos gamma que convergen para destruir de forma selectiva y precisa tumores cerebrales, una malformación vascular, un tejido defectuoso y otros problemas neurológicos.

Según el Dr. Harold Pikus, director médico del Programa Gamma Knife y jefe de neurocirugía del Doctors Hospital del Baptist Health South Florida, EE.UU., más de 40 años de investigación bien documentada demuestran la evolución y el éxito de este tratamiento. Hasta la fecha, más de 500.000 pacientes en todo el mundo se han sometido a radiocirugía con Gamma Knife.

“Ningún método es más preciso que este, capaz de localizar con exactitud el objetivo sin dañar el tejido normal, los nervios o los vasos sanguíneos circundantes. Incluso, no se accede físicamente dentro del cerebro y es una opción prácticamente indolora en comparación con la cirugía convencional”.

La radiocirugía, dice, mejora y prolonga la calidad de vida de las personas con cáncer de cerebro y tumores craneales benignos, trastornos vasculares del cerebro y problemas neurológicos funcionales o de dolor.

En el caso de los tumores, agrega Pikus, la meta es frenar el crecimiento y posiblemente llegar a “matar” las células tumorales. En cuanto a las malformaciones vasculares el objetivo es provocar un recrecimiento de una de las capas de los vasos sanguíneos comprometidos, lo que ocasiona una oclusión gradual de la malformación.

Y en otros trastornos como la neuralgia del trigémino, agrega, el objetivo es restablecer el funcionamiento normal de un tejido específico (en este caso del nervio trigémino) que antes funcionó anormalmente y acarreó los síntomas molestos.

Lesión no quirúrgica

Para el neurocirujano Henin Mora Benites, especialista en cirugía estereotáxica del hospital Alcívar de Guayaquil, el objetivo del Gamma Knife es dar radiación dirigida a una lesión que potencialmente ya no es quirúrgica, porque ha sufrido una recidiva o se encuentra en una región muy profunda del cerebro, que al ser intervenida puede causarle más daño que bien.

Hasta ahora, dice el neurocirujano Giovanny Negrete Vásconez, la mayor parte de las lesiones que se han tratado con radiocirugía en el hospital Alcívar son los tumores cerebrales. Pero explica que no todos son aptos para recibir tratamiento, todo depende de las características que tengan. Por ejemplo, si miden 3 cm de diámetro ya no es apto para el tratamiento y el beneficio disminuye.

En general, dice Pikus, el bisturí de rayos gamma es muy efectivo y no acarrea efectos secundarios. Solo en raras ocasiones el paciente podría presentar un dolor de cabeza leve que se alivia con analgésicos de venta sin receta.

Marco estereotáxico

Según los neurocirujanos, en el día del procedimiento se coloca al paciente un marco estereotáxico liviano que inmoviliza la cabeza, y es el que ayuda a los médicos a apuntar con precisión la estructura que se va a tratar.

Luego, dice Pikus, se traslada al paciente al área de radiodiagnóstico donde se le hace un estudio de imágenes por resonancia magnética, una tomografía computarizada o un angiograma para señalar con exactitud el área que se va a tratar. “El neurocirujano, el experto en física y el oncólogo radioterapeuta colaboran conjuntamente para determinar la dosis y el plan de tratamiento adecuados”.

Después se programa la computadora para “fijar” las coordenadas específicas del objetivo. Durante el tratamiento podría moverse al paciente a distintas posiciones y permanecerá en cada una de ellas entre 1 y 20 minutos. Este no sentirá molestia alguna mientras los haces de radiación desempeñan su labor. Además, se lo monitorea mediante video y está en comunicación constante con los médicos.

Generalmente, dicen los neurocirujanos, se aplica una sola sesión de radiocirugía, pero hay casos especiales que requieren dos.

Posteriormente el paciente no necesita ningún cuidado especial y puede irse a su casa. Solo debe quedarse unas 24 horas hospitalizado para observar si hay algún tipo de novedades.

Por último, dice Mora, es necesario hacer un seguimiento de la lesión con exámenes de imágenes para ver cómo evoluciona.

 

Éxito del tratamiento

El Dr. Harold Pikus sugiere realizar una resonancia magnética, una tomografía computarizada o un angiograma en los meses y años posteriores al tratamiento con el bisturí de rayos gamma para confirmar que ha tenido éxito.

 

 

 

Único centro en Ecuador

Según el neurocirujano Henin Mora, el único centro de Radiocirugía Gamma Knife que existe en el país se encuentra en el hospital Alcívar de Guayaquil y funciona desde hace un año.

 

 

 

Resonancia magnética

En necesaria realizarla porque indica la ubicación de una lesión y de qué tipo es.

En relación al tratamiento con Gamma Knife es fundamental para la planeación del procedimiento, dice el neurocirujano Giovanny Negrete.

 

 

Fuentes: gammaknifecenterecuador@hotmail.com; international@baptisthealth.net; www.baptistsalud.net/internacional.

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