Mentiras conyugales

29 de Septiembre de 2013
Sheyla Mosquera

En una relación de pareja no debe existir nada oculto. Cuando sucede, puede traer serias consecuencias.

Decir a su cónyuge que le cae muy bien su suegra, que salga con sus amigas sin problema, que no importa si llega tarde a casa debido al trabajo, que es lo máximo en la cama, que mejor se quede en casa sin trabajar o que no le importa que haya perdido el empleo son algunas de las mentiras más comunes que se dan entre la pareja al inicio de la relación.

Según la psicóloga clínica Romy Albuja Arteaga, al principio son tolerables, pero con el tiempo cuando el nivel de complacencia en la relación conyugal va bajando, los engaños comienzan a crecer y son puestos en práctica a la perfección.

Este mal hábito se da en hombres y mujeres, y sucede porque desde el inicio de la relación de pareja se lo ha empleado. Cuando eran enamorados, por ejemplo, es probable que la chica le haya dicho a la mamá que saldría con los amigos o amigas, pero en realidad con quien se vería era con el novio. Entonces, el vínculo amoroso empieza mal y posteriormente da un fruto inadecuado. “Mentir a la mamá significa que en un futuro ella será capaz de engañar al esposo”.

“Igual sucede si el chico le comenta a su pareja que hizo trampa en un examen de la universidad. No solo que miente a la autoridad, sino a sí mismo. Este joven podrá ser muy lindo, bonito o estar muy perfumado, pero en el fondo es alguien que le gusta mentir”.

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¿Las mentiras se pueden tolerar?Participe

Las mentiras, dice Albuja, también surgen cuando la persona es insegura y no es frontal para expresar lo que piensa y quiere, sobre todo, porque la pareja no le ha dado la suficiente confianza para expresar lo que le agrada o le disgusta. Pero si le otorga seguridad se sentirá escuchada, respetada, analizará la situación y la compartirá; de lo contrario, comenzará a ocultar información de sí mismo y acerca de su relación con los demás.

Para la psicóloga clínica Mónica Llanos de Mora, si bien es muy importante la frontalidad y sinceridad en una relación de pareja, también es necesario saber decir la verdad. No por ser frontal se debe ser impertinente, inoportuno o irrespetar a la otra persona. Ante todo debe haber respeto y consideración, saber comunicar es importante, es decir, buscar el momento y lugar oportunos.

“La sinceridad y confianza es algo que se lo construye a lo largo de la relación, aprender a escuchar es fundamental, respetar las opiniones y decisiones de la pareja también, al igual que expresar nuestros puntos de vista y desacuerdos con la pareja sin que esta se sienta atacada”.

Cuando uno de los dos empieza a sentirse inseguro, agrega Llanos, es porque al comunicar y compartir, recibe críticas, recriminaciones, se siente juzgado y desvalorizado por la pareja e incluso cuando siente que se limita su libertad de ser quien es y de hacer lo que le gusta. Por ello prefiere ocultar las cosas, decirlas a medias o simplemente mentir, con la finalidad de evitar las discusiones y conflictos en la relación. Otras de las razones para mentir son cuando se hace algo que sabemos que desagrada a la pareja o cuando se da lugar a la infidelidad emocional o física.

Algunas de las características, agrega Llanos, que nos deben poner alertas son: cuando evitamos conversar sobre ciertos temas con nuestra pareja; cuando hacemos cosas o frecuentamos a personas sin que nuestra pareja lo sepa; cuando minimizamos las mentiras y las consideramos sin importancia; cuando pensamos que las mentiras no van a afectar la relación y que tenemos control de la situación.

Descubrir la mentira

La mejor forma de descubrir que la pareja está mintiendo, dice Albuja, es estar presente en la convivencia y en la vida diaria del compañero. Se debe frecuentar el área laboral del cónyuge, ir a la oficina de vez en cuando, dejarlo en el trabajo o asistir juntos cuando hay salidas en grupo, es decir, relacionarse con las amistades de ambos.

Sin embargo, agrega, la mejor forma de evitar que nos vuelvan a mentir es si se detecta otra, no dejarla pasar. Siempre hay que aclarar por qué se la dijo. Es ahí cuando se notará que ante determinada situación no hay comprensión.

Llanos explica que cuando se intuye o descubre que la pareja miente, se debe buscar el tiempo y lugar para aclarar la situación, nunca en público o en presencia de otras personas. Incluso se debe ser directos, pero cuidar mucho las palabras que se utilizan. Lo mejor es hablar en primera persona si se sospecha de una mentira, decir por ejemplo: ¡Me parece..., ¡estoy sintiendo que...!

Asimismo, si se trata de una mentira comprobada, hay que empezar expresando aquello de lo que nos hemos enterado. Dar lugar a que la pareja exponga su punto de vista, las razones que la llevaron a mentir, manifestar lo afectado que está con la mentira y finalmente, y lo más importante, llegar a acuerdos para recuperar la confianza.

Por último, dice Albuja, no hay que olvidar que cuando hay mentiras en la relación de pareja, es porque existe mucha inseguridad tanto en el mentiroso que provee la mentira como en quien recibe la mentira. Entonces es cuando se enquista la traición, la infidelidad, surge la separación o la terminación del matrimonio.

 

EVITE MENTIR

Según la psicóloga Mónica Llanos de Mora, la pareja debe tomar en cuenta algunas de las siguientes sugerencias para no caer en la mentira:

• Trabajar en lograr buenos niveles de comunicación desde las cosas más sencillas hasta las más complejas.

• Aprender a respetar las opiniones e intereses de su compañero-a, así como sus amistades.

• Ser transparentes y confidentes, lo cual se logra compartiendo tiempo de calidad y separando tiempo para estar a solas.

• No ocultar información a la pareja como, por ejemplo: amistades, anécdotas del trabajo; bloquear o quitar el acceso a correos electrónicos, celular, entre otros. Esto no significa que no se respete el espacio del otro.

• Compartir las amistades y actividades con la pareja. No solo aquellas que personalmente la agradan, como un acto de amor y aprecio.

Evento

Primera conferencia de kabbalah en Ecuador ‘Sanación: el poder está en ti’. Será dictada por el maestro internacional de kabbalah David Itic. Él enseñará que las enfermedades se producen por las desconexiones con nuestra fuente de energía vital llamada luz y que aparecen cuando reaccionamos con ira, enojo, envidia u odio. Si se quiere sanar debemos cambiar nuestra forma de reaccionar.

Lugar: En Quito: martes 1 de octubre en el hotel Best Western Casino Plaza, a las 19:00; y en Guayaquil, el miércoles 2 en el Teatro Centro de Arte, a las 19:00.

Informes: 1800-328842.

 

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