Aceptar a otros hijos

16 de Junio de 2013

Existen hombres que deciden unirse o casarse con mujeres que tienen hijos. Ellos deberán prepararse antes de asumir esa responsabilidad.

Si un hombre se une con una mujer que tiene hijos, debe saber que no solo se compromete con ella, sino con ellos.

Según la psicóloga clínica Susana Torres de Rumbea, él debe actuar con madurez, con verdadero amor hacia la pareja y con claridad sobre lo que espera de la convivencia con los vástagos de ella.

“Si el hombre y la mujer no hablan con sinceridad y transparencia sobre la vida que tendrán, en el futuro pueden presentarse muchos malentendidos”.

Los temas que deben tratar son varios como, por ejemplo, lo económico, la disciplina que se va a imponer, el tipo de educación que recibirán los hijos, el horario de salidas con el padre biológico, entre otras, para estar de acuerdo en todos los detalles.

El hombre, dice, debe aceptar a los hijos con sinceridad. Para lograrlo, debe analizar cómo es él en realidad: si le gusta compartir, ayudar, vivir una vida familiar o si es celoso, inseguro, agresivo o egoísta, entre otros. Incluso, si está seguro de que va a querer a los vástagos de su pareja y compartir con ellos una nueva vida de alegrías, temores, distracciones y momentos tristes, es decir, una vida en común.

También, dice la psicóloga, la relación con esos hijos debería comenzar cuando los planes sean serios, porque los niños no deben conocer a varias parejas de su madre o de su padre, ya que les quita estabilidad y seguridad.

Ganarse la confianza

Para la psicóloga clínica Sonia Toledo, el hombre que se compromete con una mujer con hijos debe ganarse la confianza de ellos primero. ¿Pero cómo? Charlando con cada uno de manera individual para explicarles que se ha comprometido con su madre y que ella ya no va a regresar con su padre. Incluso, debe aclarar que no es el culpable de la separación de sus progenitores porque la relación había terminado antes de que estuviera con ella.

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¿Es fácil o difícil convivir con los hijos de la pareja?Participe

También es importante, agrega, que les explique a los futuros hijastros o hijastras que su madre tiene derecho a rehacer su vida y que él jamás va a tratar de ocupar el espacio del padre. Que lo vean solo como la pareja de la mamá, pero que si necesitan de su ayuda, siempre estará dispuesto a dársela.

Incluso, dice Torres de Rumbea, el hombre debe hacerse amigo de los hijos de su pareja, compartir actividades con ellos, ser tolerante y prudente.

Fácil o difícil aceptarlos

Según Toledo, para el hombre es más fácil aceptar a los hijos de su mujer, porque no pasa todo el tiempo con ellos debido al trabajo y porque los fines de semana se van con el padre biológico. En cambio, para la mujer es más difícil aceptar a los hijos de él, porque ella es quien deberá, en caso de no tener empleada doméstica, atenderlos.

“En ambos casos, los padres no deben permitir que la pareja sea la que realice los correctivos necesarios cuando los hijos se portan mal, porque les corresponde a los padres biológicos”.

Para el hombre es más fácil, agrega, aceptar a los hijos de la pareja cuando son pequeños, porque se los puede conducir, pero es difícil cuando son más grandes. Sin embargo, si surgen inconvenientes, es necesario que busque ayuda profesional, porque hay que comprender que provienen de familias distintas y es el especialista quien tiene las técnicas apropiadas para poder manejarlos.

A veces, dice Torres de Rumbea, la relación con la pareja puede correr peligro cuando los hijos quieran dañar el vínculo. De ser así, agrega, esta debe preguntarse por qué lo hacen, ya que siempre hay una causa. “Quizás el hombre es un tanto agresivo o está celoso de la relación de su mujer con sus hijos o no les da el apoyo y consuelo cuando lo necesitan, o es completamente indiferente con ellos”.

Aceptar a los hijos de la mujer que ama, agrega, requiere madurez, prudencia y estar consciente de que no tendrá celos de ellos, ni de su anterior esposo. “Para comprender y aceptar esta situación, debe asimilar con tranquilidad, sin ansiedades, sin temores, sin presiones, sino aceptando con gran amor y con gran ilusión el nuevo camino que escogió” (S.M.de C.)

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