La piel y su historial de sol: Señales de peligro

23 de Agosto de 2015

En días nublados se puede olvidar el daño de la radiación ultravioleta a la piel y dejar de tomar medidas de precaución.

La piel de los párpados es una de las primeras áreas en mostrar envejecimiento, de ahí el recurso de la cirugía estética (blefaroplastia), para devolver juventud a la mirada. Un equipo del Instituto Sanger, en Reino Unido, decidió examinar células de la piel de 4 personas de 55 a 73 años que se habían sometido a esa operación. La idea era armar un historial de exposición de la piel sana al sol, utilizando secuenciación genética profunda.

Para su sorpresa, encontraron que, si bien no había cáncer, cientos de células ya tenían mutaciones relacionadas con la enfermedad. Esos ‘clones’ estaban en cada centímetro cuadrado de piel y cada uno presentaba miles de mutaciones.

La radiación ultravioleta (RUV) causa alteraciones en el ADN de las células de la piel. Cuando las mutaciones se acumulan y se combinan, las células pueden volverse cancerosas, multiplicándose y creciendo de forma incontrolable.

“Con la secuenciación vimos los dos o tres primeros pasos que da una célula antes de volverse cancerosa”, explica Peter Campbell, uno de los autores del estudio. “¿Cuántos pasos faltan para desarrollar cáncer? Tal vez cinco, tal vez diez. No sabemos”.

Lo que sí saben es que las mutaciones se acumulan con el tiempo. Cada vez que nos sobrexponemos al sol, añadimos algo de riesgo. “La precaución es importante en todas las etapas de la vida, pero particularmente en los niños, a los que les está creciendo piel nueva, y en los adultos mayores, que han acumulado un sinnúmero de mutaciones”.

Ojo con el sol

Douglas E. Brash, especialista en radiología terapéutica y dermatología de la Universidad de Yale, defiende el estudio de Sanger y añade que probablemente la piel de manos, brazos, mejillas y orejas esté mucho más expuesta a la radiación UV, debido a que los párpados están resguardados por la cuenca del ojo y por el uso de gafas oscuras.

Eso no quiere decir que el ojo sea invulnerable. El cirujano oftalmólogo Paúl Valarezo Macías indica que “pueden producirse alteraciones leves en la conjuntiva (el tejido vascular que cubre el globo ocular), lo que produce el crecimiento anormal hacia la córnea. Es lo que se denomina pterigium. La sobrexposición solar es también la causante de la opacidad del cristalino, a la que llamamos catarata”.

Otro efecto grave de los rayos UV es la inflamación de la córnea, subraya Valarezo. “Es muy dolorosa y llega a provocar disminución de la visión, denominada queratitis actínica. En la piel de los párpados se pueden presentar lesiones carcinomatosas, y en el área central de la retina, la luz intensa puede causar maculopatía fototóxica”.

La dermatóloga Rooxi Casquete de Cantos agrega que la luz solar se refleja sobre el agua, arena, nieve, concreto y superficies metálicas, aumentando el efecto perjudicial para los ojos, y hay que estar alertas en espacios que tengan estas características.

Como medida de protección, Valarezo recomienda sumar a las cremas bloqueadoras el uso de lentes con filtros UV, especialmente durante las horas de mayor exposición. “Se sabe que entre las 10:00 y 15:00 son las horas más peligrosas en nuestra posición geográfica”.

El prolongado efecto de los UVA

Las horas de mayor despliegue solar varían según uno y otro especialista. La dermatóloga Blanca Almeida Jurado considera que las horas de mayor riesgo son de 10:00 a 16:00, y expresa preocupación por los estudiantes menores de 18 años que realizan actividades educativas al aire libre de manera obligatoria en ese tiempo.

El equipo de Brash en Yale sostiene que el periodo de gran intensidad de las radiaciones UV va de 10:00 a 14:00 (en el hemisferio norte), y dice que la gran parte del daño a la piel continúa más de tres horas después de haber estado bajo radiación ultravioleta, sea por luz solar o en camas bronceadoras. Aun en la oscuridad, las sustancias que se formaron durante el día siguen actuando sobre la melanina, el pigmento que da color a la piel. “La energía que generan se transfiere al ADN y puede dañarlo en la misma forma que hacen los fotones UV”, señala Brash en un documento publicado en febrero de este año.

“No puedes comprar una crema para deshacerte de las mutaciones, así que la mejor forma de abordarlas es prevenir el daño”, dice Brash, quien busca convencer a las personas de ponerse bloqueador y no ir a la playa a las horas mencionadas.

Artistas del sol

Cuando dos conocidos se encuentran, de lo primero que hablan es del clima, dijo en el siglo XVIII Samuel Johnson. En el XXI, la charla se ha vuelto global. The Weather Project, del que el Sol artificial de Olafur Eliasson fue parte, trata de la experiencia, la meditación y la representación del clima. En 2014, Thomas Leveritt puso en la calle una cámara y mostró a la gente las marcas que deja el sol en la piel y la acción del bloqueador. El video How the sun sees you (Cómo te ve el sol) tiene 16 millones de vistas en YouTube.

El costo del bronceado

Casquete expone que un verdadero bronceado se consigue en el transcurso de varios días y que el tiempo de exposición solar debe ser progresivo. Además, hay que buscar un producto con factor de protección solar (SPF) elevado: 30 para la ciudad y 50 para actividades al aire libre o la playa, con filtros adecuados para radiación UVA y UVB; se necesita que tenga buena adherencia, resistencia al agua, sudor y roce. Si la piel es grasa, conviene un fluido, gel o toque seco, mientras que para la piel seca se recomiendan lociones y cremas.

Casquete aconseja un bloqueador hipoalergénico, sin perfume y que no produzca oclusión. Los de nueva generación, comenta, protegen el sistema autoinmune, tienen acción antioxidante y previenen el fotoenvejecimiento mediante sustancias hidratantes. También hay fórmulas especiales para pieles con acné, rosácea y dermatitis atópica.

El Environmental Working Group (EWG), organización norteamericana de defensa del consumidor, tiene en su sitio web un ‘muro de la vergüenza’ de lociones y cremas para el sol. Allí están los bloqueadores en espray, que pueden inhalarse y no cubren totalmente la piel, los que tienen valores de SPF superiores a 50, la oxibenzona, que puede alterar el sistema hormonal, y el retinol palmitato, que podría empeorar las cosas en vez de ayudar.

EWG califica mejor los bloqueadores hechos con óxido de zinc u óxido de titanio, porque “proporcionan una fuerte protección con pocas inquietudes sanitarias” y “no se descomponen al sol”. La eficacia, sostienen, depende de poner suficiente cantidad en todas las áreas expuestas y reaplicar con frecuencia.

Brash comenta que, en su experiencia, el organismo repara en el 99,9% el daño ocasionado en la piel por un día sin protección adecuada en la playa, “pero de cuando en cuando se da una mutación que puede hacer que una célula se resista a la muerte y forme un clon que puede convertirse en cáncer”.

Efectos en hombres y mujeres

Si bien las pieles con fototipo alto (oscuras) se broncean mejor y tienen menos predisposición al cáncer cutáneo, no escapan de los efectos dañinos oculares y del efecto inmunosupresor de las radiaciones UV, recalca la dermatóloga Blanca Almeida Jurado. Esta última es inmediata e independiente de las horas de exposición.

La Organización Mundial de la Salud atestigua que las radiaciones UV pueden alterar las defensas del cuerpo que normalmente limitan el desarrollo progresivo de tumores de la piel y alterar las funciones y distribución de algunas de las células responsables por disparar respuestas inmunes en los humanos. En consecuencia, puede aumentar el riesgo de infecciones por virus, bacterias, parásitos y hongos, y reducir la eficacia de las vacunas.

Sea cual sea el tipo de piel, advierte Casquete, debemos reducir al máximo el tiempo de exposición al sol. “En las mujeres está asociado al envejecimiento intrínseco y a los cambios hormonales. En los hombres es común la queilitis actínica (que afecta los labios) y las lesiones precancerosas en la calva y las orejas, sobre todo si realizan actividades agrícolas y deportivas”.

No es cuestión de moda

Almeida estima que el aumento de la frecuencia de cáncer de piel en las mujeres se debe a que se exponen más, por razones deportivas y por un modelo de belleza popularizado accidentalmente por la diseñadora Coco Chanel en la década del veinte. Desde entonces se lo relaciona con un estilo de vida saludable y a la moda.

Casquete explica que las radiaciones ultravioletas UVA (las que producen el bronceado) llegan a niveles profundos de la dermis y producen envejecimiento, mientras que las UVB penetran a nivel epidérmico y son las causantes de los cánceres cutáneos.

Sería ideal, dice Casquete, añadir al protector solar el uso de sombrero de ala ancha, mangas largas y pantalones, tanto en niños como en adultos; en días soleados, la sombrilla es aconsejable. Deberían preferirse los tejidos de hilo no muy finos que permitan transpirar. Al usar la piscina, se debe tener en cuenta que pasar mucho tiempo en el agua con cloro reseca la piel y la hace más susceptible a la exposición solar.

En nuestro medio

El de piel es una de las formas más comunes de cáncer. Según datos del portal estadístico de Solca en Guayaquil, en 2003 los tumores malignos de la piel ocupaban el cuarto lugar entre los cánceres más frecuentes entre mujeres y el segundo entre los hombres. En 2010, esta enfermedad había tomado el segundo lugar entre las mujeres y mantenía su sitio entre los hombres.

Hay dos tipos de cáncer de piel. El no melánico se desarrolla lentamente y es superficial, se puede extirpar y rara vez es causa de muerte, aunque el proceso de curación es doloroso y suele dejar cicatrices. Comprende el carcinoma de células basales y de células escamosas. La OMS detalla que es más frecuente en las partes del cuerpo menos protegidas: orejas, cara, cuello y antebrazos, lo que sugiere que el motivo es la exposición reiterada y a largo plazo a la radiación UV.

El otro es el agresivo melanoma, más común en personas de piel, cabello y ojos claros, cuyas células pueden dispersarse hacia otros órganos del cuerpo. Los más fuertes factores de riesgo son: un gran número de lunares atípicos, cáncer no melánico y queratosis atípica, además de un historial de exposición solar. Reportes epidemiológicos de la OMS asocian el melanoma con repetidas quemaduras solares, particularmente las que se produjeron durante la juventud.

En los últimos años se han abierto dos caminos terapéuticos para el melanoma: la inmunomodulación con fármacos como ipilimumab y los inhibidores BRAF como dabrafenib. Han generado más prudencia que emoción, pues las respuestas benefician a largo plazo a pocos pacientes, y muchos desarrollan resistencia al tratamiento. (I) (D. V.)

 

Prevención antes que cura

El dermatólogo Boris Lushniak insta a pensar en el cáncer de piel como un problema de salud pública, pues la cura está lejos y hay que centrarse en la prevención. Entre sus propuestas están reducir los daños por bronceado en interiores.
 

Bronceado artificial

Solo en Nueva Gales del Sur y Brasil están prohibidas las camas y cámaras bronceadoras. Producen un bronceado rápido y homogéneo, y también manchas llamadas lentigos solares y poiquilodermia, parecidas a una reacción alérgica.
 

en escuelas y colegios

En los establecimientos educativos es aconsejable practicar deportes en espacios cubiertos y evitar que los alumnos estén expuestos de 10:00 a 14:00, además de establecer el hábito del uso del protector solar.
 

Al subir al auto

Quienes entran a un vehículo que ha estado horas bajo el sol de la media mañana, mediodía o hasta la media tarde, deben saber que la alta temperatura aumenta la sudoración y la pérdida de hidratación de la piel y la hace más vulnerable a la luz solar.
 

 

  Deja tu comentario