¿Quién paga la cuenta?

Por Mariquita Noboa
27 de Octubre de 2013

Ya sabemos que toda situación que involucra dinero, en la mayoría de los casos, genera un poco de estrés. Pero esta misma situación, bien llevada, o dicho de otra manera, debidamente planificada, no tiene por qué hacer sentir incómodo a nadie. Las frecuentes salidas en pareja, entre amigos, novios o pretendientes deben tener un marco claro para que el momento, lejos de ser un mal recuerdo, pueda convertirse en el inicio de una feliz convivencia.

• Lo primero que debemos tener en cuenta es que, socialmente, quien invita es quien paga la cuenta. Esa es una regla generalizada, inamovible, aquí y en cualquier lugar del planeta.

• La otra regla de oro que debe recordar un caballero es que no es ella quien ordena su pedido. ¡Cuidado!, no es que él va a decidir lo que ella debe comer, no. Luego de una decisión conjunta, la orden pasa por la voz de él. Entonces, un camarero bien entrenado va a recibir el pedido del caballero y no de la dama.

• Si usted está en calidad de pretendiente, no lo piense dos veces, le toca pagar la cuenta. Eso es lo que le corresponde a un caballero. Le recuerdo que, ancestralmente, el macho es el protector de la hembra.

• ¿Y cuándo va a pagar ella? Bueno, ese es un tema que debe abordarse en términos de una pareja establecida, con lo cual estamos abriendo las cortinas para otro escenario, otra circunstancia. Aquí se deben considerar situaciones de presupuesto, planificación o los imprevistos que pueden presentarse en cualquier momento.

• Es posible que por el nivel de confianza que se establece en una relación sólida se llegue a ese punto de solidaridad financiera, entonces nos viene el recuerdo de esa famosa canción de Julio Iglesias: “A veces tú, a veces yo…”.

• Si usted es la invitada, no se moleste en pensar si le corresponde dejar la propina. Esto corre por cuenta de su anfitrión.

• Tampoco pretenda competir con la jirafa, estirando tanto como pueda el cuello, para mirar de reojo el valor total de la cuenta. Además de ser de muy mal gusto, esto no es asunto suyo.

Un caballero no hace alarde de la cantidad de billetes que debe cancelar. Cuide sus modales desde la primera cita.

• Si usted está invitando a su amiga, novia o esposa para que lo acompañe a una invitación que recibió de algún organismo oficial o empresarial, naturalmente, no hay cuenta que pagar. Pero ojo, ella debe haber sido invitada previamente. No la lleve de “colada”.

mtnoboa@hotmail.com

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