Nueva válvula en el corazón

04 de Noviembre de 2012
Sheyla Mosquera de Calderón

Actualmente es posible el reemplazo de la válvula aórtica dañada mediante cateterismo.

Existen pacientes que a medida que aumentan en edad desarrollan enfermedades degenerativas, igual a lo que sucede con la artritis en los pies, las rodillas o meniscos. En este caso, sufren daños en la válvula aórtica de modo que se calcifica, se endurece y se estrecha, es decir, no se abre bien.

Entonces, al no poder cumplir la válvula con la función de suministrar la sangre al resto del cuerpo, se producen síntomas como falta de aire, mareos, desmayos, dolor de pecho y cansancio con la actividad física.

Según el cardiólogo intervencionista Conrad Simpfendorfer, de la Cleveland Clinic Ohio, algunos de estos pacientes nacieron con la válvula aórtica que no era normal completamente y se les degeneró a través de los años. Otros, en cambio, la tuvieron normal, pero se les fue desgastando. Por eso, es la enfermedad valvular más común en las personas.

“Habitualmente, el diagnóstico del daño se hace mucho antes de que aparezcan los síntomas, ya que el paciente presenta un soplo muy fuerte (ruido que produce la sangre al pasar a través de las puertas del corazón que son sus válvulas). Entonces, se le dice que tiene un problema con la válvula a órtica, que en ese momento no le está molestando, pero que más adelante puede que sí”, dice Simpfendorfer, quien participó en las XVIII Jornadas de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (Solaci) que se realizaron en octubre en Guayaquil.

Asegura que mediante exámenes de imágenes, por ejemplo, un ecocardiograma, se puede observar cuando la restricción de la válvula aórtica es severa. Entonces, es el momento de intervenir para reemplazarla quirúrgicamente.

“Años atrás, la gran mayoría de estos pacientes eran sometidos al reemplazo de la válvula aórtica mediante cirugía de corazón abierto, pero un número considerable de afectados, que eran muy añosos (80 a 90 años), tenía otros problemas médicos, por lo que la intervención en ellos era de riesgo inaceptable y se prefería dejar que la enfermedad curse. Habitualmente sobrevivían uno o dos años”.

Pero ahora, dice el cardiólogo Agustín Loor Viteri, desde hace un año y medio, en los países del primer mundo, a este tipo de pacientes se les está reemplazando la válvula aórtica dañada mediante cateterismo con la asistencia de un médico intervencionista, un cardiólogo intervencionista, un cirujano cardiaco, un experto en imágenes, entre otros.

El reemplazo de la válvula

Según el cardiólogo intervencionista Robert Cubeddu, director del Programa de Enfermedades Estructurales del Corazón en el Hospital Aventura de Miami, EE.UU., este procedimiento se realiza de la siguiente manera: un catéter grande (o tubito flexible) se introduce inicialmente por medio de la arteria femoral a nivel de la ingle y se avanza hasta la aorta.

Luego, a través del lumen de este catéter, el médico es capaz de hacer avanzar un cable y un balón que se usan para poner la válvula, la cual es hecha de material biológico de animal y va montada en una plataforma de malla o stent expandible, que permite a la válvula mantenerse abierta una vez puesta. Cuando el balón se infla, la válvula se expande reemplazando la válvula vieja y deteriorada.

“En otras palabras, la nueva válvula queda funcionando dentro de la válvula vieja, cerrándose y abriéndose como resultado de la misma presión sanguínea de cada latido. Luego se sacan los alambres y el catéter”.

Aun con el reemplazo de la válvula aórtica, dice Simpfendorfer, el paciente tiene riesgo de morir por un accidente cerebral o vascular. Sin embargo, en comparación con no hacerle nada, la cirugía percutánea mejora la sobrevida en más del 50%.

“La intervención dura aproximadamente dos horas. El paciente nota mejoría en pocos días y con los cuidados habituales, dieta y medicamentos, logra recuperar su actividad física apropiada para la edad que tiene”, asegura.

Según Viteri, el reemplazo de la válvula aórtica por cateterismo aún no se realiza en Ecuador. Pero se tiene planificado empezar a hacerlo en los primeros meses del próximo año, ya que los médicos requieren entrenamiento y acreditación americana.

Válvula aórtica

Es la que permite el paso o flujo de sangre oxigenada del ventrículo izquierdo del corazón hacia la aorta (arteria principal que distribuye la sangre al cuerpo). Normalmente tiene tres compuertas, también conocidas como cúspides o valvas.

Salud muy frágil

“Identificar bien al paciente candidato para un reemplazo de válvula aórtica es importante, ya que su estado de salud es muy frágil. Hay que asegurarse de que se trata al correcto”, dice el Dr. Robert Cubeddu, del Aventura Hospital en Miami, EE.UU.

Válvulas artificiales

Su efectividad está comprobada desde hace años. Pero lo novedoso es poder implantarlas por medio de un cateterismo en pacientes muy enfermos para los cuales antes no había otra alternativa, según hcasaludinternacional.com.

Beneficios de la cirugía

La cirugía mínimamente invasiva de la válvula aórtica tiene muchos beneficios: menos dolor, menos sangrado y menos riesgo de infección. La recuperación igualmente será más rápida de lo que sería la cirugía a corazón abierto, según MedlinePlus.

 

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