Para no ‘meter la pata’

Por Mariquita Noboa
24 de Noviembre de 2013

El gusto de compartir con amigos o familiares puede ser empañado por un comentario indiscreto o fuera de lugar. Pero si esa misma expresión se formula en el ámbito de la empresa puede convertirse en un error que no solo puede ser inapropiado, sino que podría cancelar el mejor de los negocios.

Naturalmente, los más perjudicados son los vendedores, que pueden ver con asombrosa tristeza cómo bajan sus promedios de ventas y, por consiguiente, las cifras. Aquí ya no cuentan la adecuada presentación personal ni el calificativo de “ejecutivo de nivel”. El momento incómodo se puede generar por una expresión inadecuada, por un comentario hiriente o por una mirada descontrolada.

* El primer gran desacierto está en pretender ser simpático contando chistes de mal gusto. Recuerde que la vulgaridad de los “cachos colorados” no es el mejor gancho para conseguir un buen negocio.

* En el caso de la mujer empresaria que debe recibir a un coleguita con estas debilidades, le sugiero que no mueva ni una pestaña luego de escuchar a este señor ordinario; solamente una respuesta parca le dará a conocer que es mejor continuar con el ámbito profesional.

* Evite preguntar sobre la vida privada. En el mundo de los negocios, lo que cuenta es precisamente eso, los negocios. La vida privada de cada quien debe ser respetada.

* Aunque se esmere por agradar, no lo va a conseguir si le pregunta “¿cuándo va a dar a luz?” a una señora que no está embarazada.

* No insista en hablar del gimnasio y de las últimas dietas para bajar de peso delante de personas que evidentemente están con algunas libras de más. Recuerde que ellos están en el plano de funcionarios de una empresa y no para recibir consejos de “fitness”.

* Cuidado con preguntarle al hombre que pinta canas si la chica con la que lo vio es la hija. Tampoco lo felicite; ya sabemos que esos alborotos aunque duren poco, son incumbencia de cada quien.

* Cuando visite a un cliente, sea prudente con la mirada. Dejar que los ojitos hagan un “barrido” de pies a cabeza, por una silueta femenina, le puede significar que su contrato sea anulado.

* Si la principal de la empresa le presenta al hombre joven y apuesto que la acompaña, limítese a un cordial estrechón de manos. No se arriesgue a preguntar si es su hijo.

Recuerde que el factor de mayor éxito en su vida empresarial no solo radica en cómo oferta su producto, sino en la forma respetuosa como usted se proyecta.

mtnoboa@hotmail.com

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