Emociones y decisiones

Por Carlos Muñoz Gallardo
11 de Febrero de 2018

El factor emocional influye en la forma como percibimos la realidad y en la toma de decisiones en las organizaciones. Identificar el estado anímico en el que uno se encuentra es el primer paso para ser consciente de cómo este puede influir en nuestras decisiones positiva o negativamente. A continuación, describiremos algunas de estas emociones y el tipo de influencia que ejercen:

1.- La euforia lleva a tomar decisiones precipitadas motivadas muchas veces por una visión ingenua que no advierte los riesgos o sobredimensiona las propias fuerzas de los miembros de la organización. Las decisiones importantes no se pueden tomar bajo el calor del momento en base a acciones impulsivas o reactivas.

2.- En el otro extremo se encuentra la apatía que puede afectar la agilidad para tomar decisiones rápidas en situaciones urgentes que debe enfrentar la empresa.

3.- La decepción o tristeza quita claridad para ver la realidad y disminuye la fuerza para avanzar en situaciones adversas. La visión catastrófica que la alimenta puede llevar a sobredimensionar aspectos negativos de la realidad prescindiendo de las fortalezas existentes. Es recomendable en estos casos esperar a pasar de este estado anímico para tomar una decisión, especialmente cuando ha habido algún evento reciente en la organización que ha afectado o decepcionado a la persona.

4.- La tristeza puede estar acompañada de la melancolía que lleva a la persona a anclarse a un pasado que no necesariamente volverá, aferrándose a esquemas o modos de proceder, lo cual dificulta la necesidad que tiene la organización de proyectarse con visión de futuro.

5.- La ansiedad, prisa o angustia puede llevar a las personas a acelerar procesos por la presión de las circunstancias. Es recomendable escuchar opiniones de terceros, y de ser posible de personas que no estén directamente relacionadas con el problema en cuestión, para serenar los ánimos y tener una visión objetiva de la realidad antes de tomar decisiones presionados por el entorno.

No se trata de suprimir las emociones, sino de identificarlas, ser conscientes de ellas, entender su influencia, corrigiendo las distorsiones y encauzándolas en la dirección correcta, según las necesidades de cada situación. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec, dhi.com.ec

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