A salvar su matrimonio

Existen muchas parejas en el mundo que están en crisis matrimonial porque no han sabido manejar sus conflictos a pesar de asistir donde expertos psicólogos o terapeutas. El programa canadiense Retrouvaille, que significa redescubrir, puede convertirse en una alternativa práctica y valedera.

El objetivo es enseñar las herramientas necesarias para que la pareja pueda reencontrarse mediante la guía de dirigentes o asesores que la ayudarán desde su experiencia. El programa arranca con un fin de semana en el sistema de internado y continúa luego con catorce reuniones, una por semana, con temas como familia de origen, personalidad, decisiones, manejo de conflicto o de la ira, entre otros, para que poco a poco las parejas vayan reconstruyendo sus vidas de una manera sana y confiada.

Según los esposos Raúl y Ana Lucía Monge, coordinadores del programa Retrouvaille en Ecuador, este enseña también a despertar de la etapa de soledad en la que estaban viviendo algunas parejas y a descubrir la clave para el éxito del matrimonio. Entre los puntos más importantes a tratar y que irán aprendiendo es que la relación merece una segunda oportunidad, sanando las heridas y aprendiendo a dialogar sin ofender.

Un ejemplo, agregan, es el de una pareja que durante un fin de semana se animó a sanar el conflicto que tenía. Uno de ellos se atrevió a confiar y se sinceró con su cónyuge sobre la existencia de una tercera persona en su vida. “Inmediatamente no solucionaron el conflicto, porque aún no estaban preparados con todo el proceso del programa, pero después decidieron intentarlo y actualmente perseveran en su relación”, indican los Monge.

Los testimonios de vida que se escuchan dentro del programa ayudan a las parejas a confrontar sus problemas, pero sobre todo a saber perdonar todos los errores cometidos y saber que a través de un proceso de constancia, apertura y diálogo, el corazón se sana.

Origen del programa

El programa Retrouvaille nació en Québec-Canadá en lengua francesa a través de un Encuentro Matrimonial (EM), donde algunas parejas y sacerdotes que vivieron la experiencia se dieron cuenta de que este no satisfacía a la problemática de las parejas con dificultades.

Entonces EM decidió desarrollar un programa para ayudar a las parejas a solucionar sus conflictos. Es así como nueve parejas y cinco sacerdotes lo crearon para los inglés hablantes en Toronto. Ellos se reunían en el sótano de una casa suburbana y en octubre de 1978 realizaron el primer programa con 29 parejas. Posteriormente acudieron otras de todo Estados Unidos y se extendió a 18 países con más de 160 comunidades y atención a 6.000 parejas al año.

En Ecuador, dice Raúl Monge, el programa Retrouvaille se lleva a cabo desde hace cuatro años. Se inició en Quito y hasta la actualidad se han desarrollado 17 programas a los que han asistido 545 parejas, quienes han logrado incluir en su vida las herramientas sugeridas y mejorar así su comunicación de manera profunda.

“No está dirigido por profesionales, sino por parejas que han vivido la desilusión en el matrimonio y que pasaron por los procesos de perdón y sanación de las heridas causadas”, indica.

Es importante conocer que el programa Retrouvaille cuenta con la aprobación de los arzobispos de Quito y Guayaquil, y el equipo que comparte el fin de semana con la pareja es católico sacramentado y un sacerdote. No está cerrado para quienes tengan otras creencias. (S.M.de.C.)

Su importancia: Ser felices

Según Carlos Salcedo, sacerdote de la parroquia Cristo Rey y uno de los coordinadores del programa Retrouvaille en Guayaquil, hay muchas áreas de las personas que se ven afectadas por el rompimiento de su relación, de ahí la necesidad de sanar, curar, perdonar y devolver a estas su equilibrio y estabilidad. “Por su bien y felicidad siempre hay una oportunidad de hacerlo y se cuenta con los instrumentos apropiados”, asegura.

Agrega que si se habla del matrimonio como sacramento, la Iglesia busca por todos los medios apoyar siempre la unidad y reconstruir la relación.

Los integrantes del programa necesitan decisión para luchar por su relación. “Para pelear se necesitan dos y para sanar también”, indica Salcedo.