Desarrollo evolutivo

Por Carlos Muñoz Gallardo
26 de Agosto de 2018

Podríamos realizar ciertas analogías entre el proceso de desarrollo evolutivo que ocurre en las personas con la dinámica organizacional. Dependiendo de la etapa en la que se encuentra la persona se proporciona un tipo de acompañamiento específico. En la etapa de la niñez, por ejemplo, se cuida la necesidad del vínculo y protección que requiere el niño. En la adolescencia se enfatiza la recta autonomía y en la adultez se espera un comportamiento responsable y empático con las necesidades del entorno. Es evidente que a un niño no se le puede exigir lo mismo que a un adulto. Pero ¿qué ocurre cuando nos encontramos en el mundo organizacional con adultos que se comportan como adolescentes o manejan de forma inmadura situaciones de conflicto?

En nuestra experiencia en consultoría, los conocimientos y habilidades profesionales muchas veces no corresponden al nivel de madurez del líder. Jefes con altas capacidades analíticas carecen de los recursos para escuchar adecuadamente, entender la problemática y ponerse en la situación de otros. Muchos proyectos fracasan por pugnas de poder o rivalidades que ejemplifican un comportamiento adolescente, incapaz de trascender los propios puntos de vista o intereses.

Según diversas teorías del desarrollo interpersonal, la interacción y las relaciones entre los miembros influye positiva o negativamente en el entorno. A su vez, ciertos contextos favorecen o entorpecen el adecuado desarrollo de las personas. Por ello, la cultura organizacional y los estilos de liderazgo deben proporcionar dinámicas adecuadas que promuevan las condiciones para llegar a la edad adulta en el comportamiento organizacional. Un estilo de liderazgo sobreprotector o controlador no es adecuado para que los miembros aprendan y tomen iniciativas. Ambientes y estilos de liderazgo que promuevan la colaboración, transparencia, participativo, capaz de resolver conflictos de forma adecuada son indicadores de culturas organizacionales maduras.

El desarrollo en las personas es una tarea que dura toda la vida. El reto es proporcionar el adecuado acompañamiento y formación, según la etapa de desarrollo en la que se encuentre cada persona, para que los miembros de la organización puedan ir disminuyendo el desbalance existente entre las capacidades profesionales y las habilidades humanas. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec, dhi.com.ec

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