Pagoda de primera: Aficionados al sushi

Por Epicuro
29 de Noviembre de 2015

“Verónica es mujer-orquesta, versátil, polifacética, recibe con gentileza a los comensales, administra el negocio, es conversona, explica la composición de los diversos manjares”

En la vía a la costa sucedió un fenómeno que hace años no hubiéramos imaginado: el mapa gastronómico se extiende hasta el km 12,5. Varios centros comerciales nacieron, como Blue Coast, Costalmar Shopping, Plaza Colonia, pero tengo cierta preferencia por el centro comercial La Laguna. Sin que lo pudiera plenamente justificar, quizás porque siento que todos los sitios integrados están a mi alcance con una corta caminata o porque me atraen las terrazas al aire libre cuando el clima está fresco, sopla una agradable brisa.

Así llegué a Pagoda Sushi, restaurante de pequeña superficie, pocas mesas en la parte climatizada. ¿Cuál es el gancho, el atractivo, el motor? Pues será la misma dueña del lugar, Verónica Manrique Baquerizo, enamorada de su oficio con una sensibilidad femenina que le permite investigar curiosos encuentros de sabores, una excelente formación (estudios de Hotelería, Turismo, Gastronomía, Administración de Empresas).

Todos buscamos aumentar la receptividad de nuestro paladar, disociar los cinco sabores: dulce, salado, amargo, ácido, umami. Verónica y la chef Victoria Pacheco, también de brillante trayectoria, juegan con texturas para un sushi interiormente esponjoso con envoltura crocante. Desde luego están la salsa de anguila espesa, dulzona, de fuerte umami, el wasabi, el jengibre. El wantan roll es otra fusión crujiente con interior blando.

Verónica es mujer-orquesta, versátil, polifacética, recibe con gentileza a los comensales, administra el negocio, es conversona, explica la composición de los diversos manjares, puede meter mano a las preparaciones, usa ingredientes muy frescos. Saboreé el salmón chileno, me gustó encontrar de pronto la textura del nabo en la sopa. Contrariamente a muchos lugares que optan por un sushi de enorme tamaño encontré aquí la medida ideal, pues debemos atrapar los bocados con los palitos, mojarlos en la salsa de anguila, llevarlos al paladar.

Las sutiles sopas japonesas con wakame (alga marina), vegetales, mariscos, puede desorientar a ciertos paladares no acostumbrados ($ 6,80). También está la sopa miso que lleva tofu, dashi (caldo de pescado), pasta de soja fermentada.

Para beber, la cerveza resulta ser la opción más frecuente, el Sauvignon blanco armoniza bastante bien; tenemos en el mercado a un precio cómodo el Uxmal, mezcla de Sauvignon con Semillon, vino fresco, intenso, persistente, con sabores definidos como la toronja más un dejo mineral o Trapiche. El sake es ideal si buscan contraste de sabores entre la calidez de un aguardiente de arroz y el sushi frío. El más grandioso maridaje es el champán brut con sus burbujas que pueden jugar con los cinco sabores. Pagoda propone media botella de Chandon de precio muy asequible. Suelo acompañar el sushi con té muy caliente para obtener el contraste con los bocados frescos, facilitando la digestión.

Es excelente el olivo roll, interior de pulpo asado envuelto en carpaccio de pulpo fresco más una salsa de aceitunas negras, el tori de salmón crudo con kanikama, caviar rojo por afuera, lo que contrasta con el alga negra, el arroz blanco.

La decoración minimalista del lugar busca la sobriedad necesaria para no distraer los sentidos. En la cocina japonesa, lo que se come “se toca primero con los ojos” (Nobuyuki Matsuhisa). Los precios son correctos, el personal muy atento ha sido bien formado. Para pedidos puede visitar www.pagodasushi.com. (O)

epicuro44@gmail.com

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