Ingredientes ‘rápidos’: Con toque gourmet

Por Epicuro
06 de Octubre de 2013

“La hamburguesa se volvió sospechosa para quienes le atribuyen un altísimo valor calórico, critican sus ingredientes. Si la carne usada es de buena calidad no hay razón para que el producto final no sea sabroso”.

Soy crítico gastronómico no analista político, me interesan el sabor, la calidad o los defectos de un producto sin que intervengan en mi juicio su origen, sus matices publicitarios. Nunca me atrajeron las bebidas gaseosas, pues recuerdo que John Pemberton, quien inventó la más oscura, la recetó como remedio para el cerebro y los nervios. Acepto que puedan gustar a muchos, seguiré prefiriendo un jugo de fruta fresca, una resbaladera, chicha de jora, hasta vino blanco con agua mineral.

La hamburguesa se volvió sospechosa para quienes le atribuyen un altísimo valor calórico, critican sus ingredientes. Cuando me provoca comer una no la comparo con un bife de chorizo importado. Existen matices que deben intervenir en nuestro juicio si pretendemos culpabilizar aquel bocadillo de carne picada frita. Muchas recetas anteriores a McDonald’s utilizaron aquel ingrediente: lo que los franceses llaman hachis Parmentier, un sencillo plato que superpone una capa de carne molida, una capa de puré de alto gusto, otras capas hasta cubrirlas con queso gruyer y gratinar. Los quipes usan carne de cordero, cebolla, hoja de menta, orégano, comino, sal y pimienta, a veces piñones.

Si la carne usada para la hamburguesa es de buena calidad no hay razón para que el producto final no sea sabroso. En Guayaquil, José Luis Salazar, gerente de McDonald’s, orienta su publicidad hacia la transparencia para que cualquier persona interesada pueda conocer la marca puerta adentro. Mis preguntas entonces fueron precisas: ¿De dónde vienen los ingredientes? No me contestaron con un nombre sino con fotografías mostrando inmensas extensiones de tierra ecuatoriana donde crecen las lechugas.

Hortalizas Zambrano, kilómetro 25 vía Interoceánica, sector Pifo (provincia de Pichincha), se encargan de la producción. Las papas vienen de Canadá (localidad de Gran Falls), la salsa de tomate es nacional (Los Andes), la carne llega de Chile (localidad de Osorno) con parámetros de certificación en cuanto a la alimentación del ganado y proceso de elaboración.

La meta anhelada por José Luis es lograr un abastecimiento local bajo el más severo control. Se pueden discutir los gustos de la gente o el mío, pero la hamburguesa conquistó el mundo, incluidos los países comunistas. En Guayaquil, solo la franquicia pertenece a los Estados Unidos, acabo de mostrarles que los ingredientes no tienen nada que ver con el Tío Sam.

En Ecuador, McDonald’s revela la cantidad de calorías de sus diversos productos en los paneles de menús de sus locales. Los dulces con crema acompañados con un chocolate caliente se vuelven mucho más calóricos más allá de su inocente aspecto. Cada año se brinda un almuerzo o una cena gourmet capitaneados por el chef Sebastián Villavicencio. El desafío consiste en ofrecer un consomé, una entrada, un plato fuerte, un postre utilizando solamente ingredientes de McDonald’s. Gracias a Dios, Sebastián tiene una fértil imaginación.

Para mí, considerar la hamburguesa como símbolo del imperialismo es como no querer saborear el borsch ruso por considerarlo como expresión del histórico comunismo. El borsch se puede hacer con caldo de pollo (de verdura para los vegetarianos), remolacha, zanahoria. No pienso en la guerra de Vietnam cuando me sirven los famosos nemes a la saigonesa, ricos enrollados de carne picada, fideos transparentes, cangrejos y especias, todo metido en una masa de arroz crocante sazonada con nuoc mam (salsa de pescado). En realidad, la gastronomía ama la paz y no sabe de fronteras.

epicuro44@gmail.com

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