El despertar: Gran apertura

Por Epicuro
31 de Marzo de 2013

“Blu estrenó su nueva casa en Plaza Lagos, remodeló con acierto el local, proporcionó privacidad; visité la moderna cocina, revisé los baños. El chef Érick Rodríguez pertenece a la nueva generación, aprecié su nivel profesional, creatividad...”.

No tengo claro por qué cerró su local anterior. Quizás los precios se fueron al alza, hubo descuido en la calidad, no creo que sea cierta inseguridad que reina en la avenida Víctor Emilio Estrada por las noches pues tanto Red Crab como Riviera mantienen un impresionante flujo de clientes.

Luigi Passano y Efrén Coronel, maestros en el oficio, consolidaron su sistema de seguridad, mantuvieron una calidad irreprochable. Los buenos permanecen. Lo tengo muy claro.

Blu estrenó su nueva casa en Plaza Lagos; remodeló con acierto el local, proporcionó privacidad; visité la moderna cocina, revisé los baños. El chef Érick Rodríguez pertenece a la nueva generación, aprecié su nivel profesional, creatividad, amor a la gastronomía pues elaboró un menú vistoso, los platos pueden escogerse en tabletas iPod individuales o en la carta tradicional. La belleza entra por los ojos: esta modalidad de presentación pronto estará en muchos restaurantes.

Blu ofrece una gastronomía internacional que puede abarcar desde pastas italianas, allí recomendaría los sorrentinos de choclo ($ 19,99) de pasta fresca rellena con crema dulce de choclo, langostinos al carbón, todo en salsa de naranja y espuma de camarón, hasta platos exóticos, clásicos internacionales.

El ossobuco, reducción de vino tinto con salsa de funghi que escogió mi acompañante reveló una carne suave, un hueso de boca ancha con una cantidad apreciable de tuétano siendo la médula parte esencial de dicha especialidad.

Los platos fuertes tienen precios que giran alrededor de los veinte dólares siendo el más caro las costillas de cordero importadas pues son de buen tamaño,vienen siete en cada pedido. El Biscotto egeo ($ 12,99) es una sabrosa variedad de bisque o crema de mariscos de excelente sazón.

Me atrevería a decir que el plato emblemático de Blu será el costillar de cerdo glaseado ($ 20,99) que recomiendo sin reserva. El chef sabe jugar con las diversas texturas de la carne, desde una grasa sabrosa nada molestosa pegada al hueso hasta la envoltura crocante. Cocido en una reducción de naranja lo pueden acompañar con un risotto de manzana o un puré de papas. El plato que pude saborear ostentaba una impecable hechura. De pronto sentirán la presencia de diminutas notas de mango, toques de especias. Me encantó distinguir aquella nota del anís estrellado que al inicio confundí con hinojo.

La corvina limoncello ($ 21,99) es uno de los platos más solicitados, no puedo adelantar opinión pues no lo probé. Presumo que el chef baja la intensidad del limoncillo con leche de coco. Ha conservado un plato clásico de Blu: el lomo en salsa de chocolate.

Conozco esta especialidad que juega con el toque del cacao sin llegar a sabores empalagosos. Acompañamos la cena con un Brunello di Montalcino Casanova di Neri 2001, obsequio de un amigo gourmet. Con los 97 puntos que le otorgó Wine Spectator fue elegido como el vino del año, orgullosamente italiano, de color profundo, concentración intensa, aromas deslumbrantes. La carta de Blu ofrece una buena selección de vinos, notas de maridaje para cada plato.

Blu reaparece con mucha seriedad, un chef excelente, un local acogedor, precios razonables frente a la competencia. En Samborondón hay 150 restaurantes, últimamente cerraron o quebraron unos quince. No crean que es tan fácil poner este negocio. Mantener la calidad y la seguridad es el secreto.

epicuro44@gmail.com

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