Dulce tradición: Placer compartido

Por Epicuro
17 de Diciembre de 2017

“Café Bombon’s tiene a su  disposición las mejores tortas para llevar, luego, con sus 44 años de risueña existencia, no  ha bajado jamás su calidad”.

La palabra bombon (sin acento en francés) siempre representó para los niños de Francia una recompensa. Desde el kínder apareció como una gratificación por un deber bien hecho, una lección aprendida. Con el tiempo disminuyó su importancia, pues las costumbres van cambiando con el progreso.

Tuve el privilegio, hace de eso cuatro décadas, de mantener una sólida amistad con Eva Romoleroux de Froment, fui probablemente uno de sus primeros clientes cuando puso en la parte frontal de su casa un pequeño negocio de tortas, pasteles y bocadillos, desayunos, café, chocolate, panadería, pastelería. Pronto la calidad artesanal de sus productos hizo que Eva tuviera que ampliar su negocio, nació el primer local. Manteniendo su prestigio, Bombon’s abrió sucursales y son ahora como 17 puntos de venta.

Los fines de semana aquellos locales se llenan, las razones están a la vista. Se puede consumir unos sándwiches de pequeño tamaño, pero concentrado sabor. Los tradicionales de pollo tienen mucha demanda, su precio es casi simbólico. En Bombon’s las planillas son moderadísimas, sucede lo que ocurre en Sweet & Coffee. Desde luego se necesita un movimiento intenso para que el negocio sea rentable.

Estuve recientemente en el local principal de Urdesa. El lugar es acogedor, luminoso, con una bella escalera que lleva al mezanine, el personal es joven, muy atento, la carta propone todo lo que uno puede desear desde los desayunos con waffles y miel, pueden escoger el desayuno light, viene con yogurt y granola, panes integrales, café con leche, jugo de naranja o mora, el desayuno montuvio con salchichas, bolones, huevos fritos, papas campesinas; el desayuno pelucón es para los grandes apetitos, pues lleva croissants, rollitos de canela, tortilla con camarones, papas, tocino. La fama de Bombon’s se debe probablemente a la variedad de sus desayunos, los fines de semana así lo demuestran.

Investigué la historia. A un cocinero en la Edad Media se le ocurrió cocer en sartén una mezcla de azúcar, almendras. piñones, canela, jengibre. Los invitados lo llevaban a sus habitaciones y por eso se habló de “dulces especias para el dormitorio” (douces épices pour la chambre). Desde luego se conoce también ahora el llamado café bombón, es un tipo de café, originario de la región española de Alicante, que se sirve solo mezclado con leche condensada en un vaso de cristal, coronado con crema chantilly. Es una receta muy sencilla.

En realidad, 600 años antes de Cristo se conocía “la caña que da miel sin necesidad de las abejas”. Los persas ya la habían descubierto, pero el secreto se guardó hasta Alejandro Magno. Muchos siglos después los cruzados la dieron a conocer y nacieron entonces los productos de confitería. Aparecieron también las frutas confitadas, de ahí pastillas de todo tipo, caramelos y los famosos bombones. Hubo que esperar el siglo XIX para que se democratice el azúcar gracias al cultivo de la remolacha.

Café Bombon’s es un rincón acogedor, conserva cierto toque de intimidad para quienes suben al mezanine, tal vez para simplemente saborear un café con leche, un frapuchino, un par de croissants. Pienso, sin embargo, que los mejores croissants son los de Masa Madre, aunque últimamente me decepcionó su pan baguette más duro que una piedra.

Café Bombon’s tiene a su disposición las mejores tortas para llevar, luego, con sus 44 años de risueña existencia, no ha bajado jamás su calidad, sigue siendo símbolo de placer compartido. (O)

epicuro44@eluniverso.com

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