Cortesía en la mesa: Modales al comer
“Resulta lamentable ver alrededor de una mesa a todos quienes se concentran en la pequeña pantalla, parejas que ni se hablan...”.
Si tuviera que definir lo que es la cortesía diría que es el arte de hacer sentirse cómoda a la gente que nos rodea, darle el trato que a nosotros nos gusta recibir. Mi buzón recibió estos últimos meses reflexiones de lectores acerca del tema. Muchos deploran la falta de puntualidad cuando citamos a alguien o nos citan a nosotros. Decir que es problema de tráfico es mala excusa, resulta desagradable estar uno sentado, esperando a la persona que nos tenga que acompañar en un almuerzo, en una cena.
Al ingresar al restaurante, no cuesta decir buenos días, buenas tardes o buenas noches. Sonreír no cuesta mucho, es poco indicado ingresar con cara de pocos amigos, expresión huraña o discutiendo con un eventual acompañante. Desde luego se abre la puerta para que las mujeres entren primero.
El teléfono celular debe usarse para lo imprescindible. Resulta lamentable ver alrededor de una mesa a todos quienes se concentran en la pequeña pantalla, parejas que ni se hablan, interlocutores que alzan la voz sin consideración.
Decir siempre “por favor” cuando se solicita algún servicio al camarero. Según como trata usted al personal de cualquier lugar se puede deducir cuál es su grado de educación. Por respeto a los demás, los clientes no pueden elevar la voz con exceso ni llamar a gritos a los camareros. Si se presenta una falla en el servicio o en la factura, es de mal gusto hacer un escándalo público.
Aunque las buenas maneras se estén perdiendo, es de cortesía que nos pongamos de pie cuando una mujer se levanta para ir al baño, lo mismo haremos cuando ella vuelva. Sé que mucho se habla de igualdad entre los sexos, ellas merecen ciertas atenciones. Si hay un televisor recuerde que sus acompañantes son más importantes que una telenovela o un partido de fútbol. Si una mujer conocida suya se levanta de otra mesa para venir a saludarlo póngase de pie, y eventualmente preséntela a sus acompañantes.
En el momento de pagar la cuenta háganlo con discreción, los demás no tienen por qué enterarse del monto de su planilla. Los cubiertos deben ir a la boca, no al revés. Se ve mal a una persona que come con la cabeza casi metida en el plato. Igual de feo se ve cuando alguien come con los codos apoyados en la mesa (algo muy común). No debes apoyar el cuerpo en la mesa nunca y debes tener siempre los brazos a la vista, no es “adecuado” ponerlos bajo la mesa o encima de las piernas.
Tampoco es correcto pasar el brazo por encima del plato del vecino. No se puede hablar con la boca llena, lo que, sin embargo, hacen muchas personas y hasta políticos muy conocidos.
No se puede comer con las manos, a no ser que sean productos que lo requieran (aceitunas, chips de patatas, bombones, etc). Se tolera que se haga con las papas fritas en comidas informales. En relación con el cuchillo o tenedor, si paramos un momento para después seguir degustando, debemos colocarlos en posición paralela, y para mostrar finalidad los colocaremos a las seis de igual modo. No se colocarán nunca los cubiertos cruzados en el plato, ni tampoco se pondrán apoyados en el plato en forma de remo. No se puede abrir la boca antes de que llegue el cubierto a la boca, apoyar la punta de los cubiertos en el borde del plato mientras comemos.
Es verdad que podemos ponernos más relajados en cenas informales, pero muchas veces nos juzgan según nuestros modales. (O)