Una cata de lujo: Destacado argentino

Por Epicuro
24 de Mayo de 2015

“Las personas que elaboran vinos suelen ostentar grandes cualidades humanas, enorme paciencia, cálida gentileza, indudable cultura, a veces dominio de varios idiomas”.

Todo vino que rebasa los noventa puntos es digno de  encomio. Alcanzar la máxima calidad es siempre el resultado de una labor intensa. En Terruá (galería Hotel Hilton Colón) se llevó a cabo una degustación de notable calidad. Había averiguado la hoja de vida de quien iba a presentar las diversas botellas: me sorprendió, al conocerlo personalmente, encontrar en Pablo Guiñazu semejante mística en una persona tan joven. Se nota aquel entusiasmo que él tiene al asumir vivencias, el orgullo que lo lleva a ponderar a la vez la calidad de Catena Zapata, el gozo  de compartir vinos con una familia de rancia tradición, pues Catena es nobleza, talento exigente.

Laura Catena declara en un tono perentorio: “Piensen que en Bordeaux necesitaron 500 años para hacer un gran cru (lo máximo) y mi papá solo necesitó 10”. Y para darle razón Argentina logra ahora superar en concursos internacionales a los Lafite Rothschild, Margaux, Médoc, Pauillac y Saint Esthephe. Puedo experimentar el mismo placer de los sentidos al oler un Château Petrus (dos a tres mil dólares la botella) o una buena cosecha de Angélica Zapata (volumen en boca, toques de violeta, frutas muy maduras, seductora madera).

Guiñazu habló primero del suelo privilegiado, de las condiciones climáticas, el tipo de terruño, las diversas altitudes, todo lo que favorece la esperanza de grandes cosechas. Al visitar muchos viñedos había podido comprender cómo la arcilla permitía retener humedad, como en terrenos rocosos o formados por aluviones, las raíces de la vid tenían que retorcerse para sortear el camino hacia el agua.

Las veces que tuve el privilegio de integrar un jurado, sea en Quito o en Mendoza, noté que los tintos con mucha barrica solían adular el paladar y aumentar el puntaje. Notas de vainilla, ciruela, chocolate, frutas confitadas, hasta mermelada, más un dejo mineral, buen equilibrio entre acidez, dulzor, amargor, suaves y sedosos taninos conquistan los sentidos desde el primer contacto con el olfato y el ataque del primer sorbo culminando con un largo final.

Cuando entrevisté a Patricio Tapia (y su guía Descorchados) noté que él, en cambio, se apasionaba por los vinos que no insistían tanto en la barrica ni buscaban el romanticismo de la madera. El gusto personal es indiscutible. Bueno... por eso se prestan para la creatividad todos los varietales, también las mezclas. Me hicieron descubrir hace poco un muy agradable Sauvignon blanco mezclado con Sémillon, cuyo precio era solamente de ocho dólares, se llama Uxmal (notas de toronja, hierba recién cortada, intenso retro mineral).

Quienes asistieron a la cata de Catena mostraron un real interés, un sincero disfrute de los cinco sentidos porque compartir vinos es compartir amistad. Tuve la oportunidad de conocer a Nicolás Catena Zapata hace unos años, conversar largo tiempo con él. Las personas que elaboran vinos suelen ostentar grandes cualidades humanas, enorme paciencia, cálida gentileza, indudable cultura, a veces dominio de varios idiomas.

Aprovecho para recordarles que en francés grand cru viene a denominar un vino de primerísima clasificación. Los españoles llaman vino de crianza aquel que envejeció unos dos años. A los 36 meses viene a ser vino de reserva y a los 42 meses se vuelve gran reserva. La palabra château significa normalmente castillo, pero se aplica también a la casona de los grandes viticultores. Cuando la etiqueta de un vino francés o el corcho dicen mis en bouteille dans nos chais, significa que el vino fue embotellado en la misma propiedad. En resumen, la firma de Nicolás Catena Zapata o Angélica Zapata es promesa de calidad al justo precio. (O)

epicuro44@gmail.com

  Deja tu comentario