Beneficio de la duda: Nuevo en La Piazza

Por Epicuro
25 de Junio de 2017

“En los centros comerciales la competencia es muy dura.... La batalla que se libra tiene mucho que ver con los precios anunciados, siempre que las rebajas no mermen la calidad...”.

La Castellana es un restaurante que acaba de nacer, luego resulta azaroso emitir una crítica definitiva un día después de su inauguración. Sin embargo pienso que Epicuro, sin ánimo de dar un veredicto severo, puede prestar ayuda y consejos para que este nuevo lugar se enrumbe hacia un futuro exitoso.

Debo, en primer lugar, aplaudir la extrema solicitud mostrada por Karen, quien nos atendió de la mejor manera, disculpándose por las posibles fallas en el servicio. Ella, muy diplomática, formada en parte en el restaurante El Corte, se multiplicó para atendernos, su presencia en el lugar me parece de verdad esencial.

La Castellana debe cuidar varios puntos en sus atenciones, se debe recibir a los huéspedes proponiéndoles unos pancitos con alguna salsa o tostadas de baguette con mantequita y ajo, luego preguntar si los clientes desean agua natural o con gas. Eso les permitirá esperar con más paciencia que se traigan los platos escogidos. La tortilla española nos llegó seca y fría, debe ser elaborada de un modo clásico, conservando su textura esponjosa, debe salir más pronto de la cocina para que se conserve caliente. La salsa que la acompaña en el shot debe ser reemplazada por otra más adecuada.

Los espárragos estuvieron en su punto, crocantes como se debe, la sangría debe utilizar un porcentaje más generoso de vino, le falta cuerpo, los pedacitos de fruta que lleva son buenos. Se falla mucho en las presentaciones pues en realidad los platos, las entradas llegan sin ninguna guarnición, los espárragos son buenos pero se los ve perdidos en un plato inmaculado, la rebanada de tortilla luce solita de igual modo. El lomo que escogimos estuvo muy bien, se podía notar su adecuada maduración, su buen sabor, una materia prima sin defectos, pero otra vez llegó sin ningún acompañante como podrán ser unos pocos vegetales a su lado, cuando son tantas las posibilidades. No están bien las papas fritas, nada crujientes como siempre deben ser.

La milanesa, de tan sencilla receta debe ser revisada y, sobre todo, debe sofisticarse un poco más su presentación.

Ignoro cuántas personas laboran en la cocina, pero parece que este punto también merece una mayor atención. El chef ejecutivo debería prestar un cuidado muy especial a la forma de presentar las diversos platos, sean entradas o platos fuertes y por más que se anuncie un posible problema o una emergencia, se debe hallar una solución rápida para que no padezcan los clientes una espera que en nuestro caso superó una hora. No escogimos postres, luego nada puedo opinar acerca de ellos. Un restaurante español debería tener en su menú los callos a la madrileña, unos chorizos y morcillas, jamón serrano que puede ser el de Don Diego si no se consigue el importado.

En La Piazza Samborondón están tres restaurantes que ofrecen parrilladas. Las Carnes de Chavela luce casi constantemente lleno, hay que reservar, probablemente por un buen equilibrio de calidad-precio. Ramón carne al carbón tiene ya una fama bien sentada, se vuelve tradición, aprecio mucho sus riñones asados y rosaditos. La Fogata (puesto 253 en TripAdvisor), con su inmenso nombre escrito con luces de neón azules y rojas, anuncia precios muy bajos. Habrá que ir a constatar su calidad.

En los centros comerciales la competencia es muy dura, sea La Piazza o Plaza Lagos. La batalla que se libra tiene mucho que ver con los precios anunciados, siempre que las rebajas no mermen la calidad de la comida. (O)

epicuro44@gmail.com

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