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E especial

El Dr. Bernardo Pimentel, director de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Mercy y del hospital Kendal Regional Medical Center, en Miami, examina a un bebé prematuro, los cuales nacen antes de las 37 semanas de embarazo.

Esteroides ayudan a prematuros a sobrevivir
Los partos prematuros no se pueden predecir con anticipación , pero sí puede haber tiempo suficiente para usar el recurso de los esteroides que generan muchos beneficios para que el bebé nazca saludable
Por: ALFREDO ARENGO,
REDACTOR MÉDICO.


Dr. Gaetano Leone Di Vanna en París, adonde viajó en 1952.
Importantes avances ha habido en el campo de la neonatología, que es la subespecialidad médica encargada de atender a los bebés prematuros. Estos bebés prematuros se definen como los que nacen antes de las 37 semanas de embarazo, mientras tienen de cero a 28 días de nacidos. Uno de tales adelantos es el uso de esteroides aún antes de que tales bebés nazcan, es decir, mientras todavía están en el vientre de la madre.

“Los obstetras están haciendo un excelente trabajo de prevención, preparando a la madre que va a tener un parto prematuro. En muchos de esos casos, se le dan dos dosis de esteroides a la madre, preferiblemente 24 horas antes del parto, una dosis cada 12 horas. Esos esteroides, que se aplican de manera intramuscular, ayudan a acelerar el proceso de maduración de los pulmones de los bebés”, dice el Dr. Bernardo Pimentel, pediatra subespecializado en neonatología, director de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Mercy y del hospital Kendal Regional Medical Center, ambos en Miami.

Por lo general, los partos prematuros no se pueden predecir con mucha anticipación, pero sí puede haber tiempo suficiente para usar el recurso de los esteroides antes de que el parto se produzca. De hecho, muchos de estos partos hay que hacerlos por medio de cesárea, pues el bebé entra en crisis en el vientre de la madre, antes de que se produzca un parto natural o espontáneo.
Si una madre es admitida en trabajo de parto antes de tiempo, a las 24 o 25 semanas de embarazo, con una condición médica que le produce el parto prematuro, o que amerita acelerarle el parto, es muy posible que la madre reciba un tipo de medicamento esteroide llamado corticosteroide. Es posible que a las madres se les den esteroides cuando el parto prematuro se presenta entre las 24 y las 34 semanas de embarazo. Antes de ese tiempo, o después, el medicamento usualmente no es efectivo.

Las investigaciones han encontrado que darle el medicamento de esteroides a la madre al menos 48 horas antes del parto, reduce en gran medida la incidencia y severidad de enfermedad respiratoria en el bebé. Esta medicina ayuda a incrementar la sobrevivencia actuando en los pulmones, para que el bebé pueda respirar más fácilmente después de haber nacido. El esteroide trabaja en el tejido pulmonar para que se expanda y evitar la inflamación que pueda ocurrir. Estos también ayudan a prevenir el riesgo de sangrado en el cerebro y una severa enfermedad del intestino llamada enterocolitis necrotizante.

La paciente no necesariamente tiene que firmar una autorización para recibir la terapia con esteroides, porque ya se considera hoy en día como parte integral del estándar de cuidado, y es la recomendación que hace el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología y la Academia Americana de Pediatría.
Los esteroides antenatales, Betamethasone y Dexamethasone, que se usan en partos prematuros, complementan otro recurso anterior usado desde finales de la década de 1980, conocido como surfactantes.

El surfactante es una substancia natural que se forma en las células de las vías aéreas. Se comienza a producir en el feto alrededor de las 24 a 28 semanas de embarazo. Es generada para ayudar a disminuir la tensión y contribuir a la formación del tejido pulmonar, para ayudar a que el tejido pulmonar sea suave, y mantener los alveolos (sacos de aire) abiertos. El surfactante ayuda al intercambio de gas y a la oxigenación, reduciendo el esfuerzo para inhalar. En los bebés prematuros nacidos con deficiencia de surfactante, los pulmones se ponen rígidos, no importa qué tanto esfuerzo hagan, no pueden expandir los pulmones para respirar y el alveolo colapsa.

El surfactante artificial es administrado en forma líquida directamente al pulmón, a través de un tubo endotraqueal. Cuando el bebé es extremadamente prematuro, hay la posibilidad de que él o ella sea entubado/a en la misma sala de parto o en la sala de operaciones y se le dé el surfactante inmediatamente; esto se conoce como una medida profiláctica (preventiva). En otros casos es usado más tarde como un método de 'rescate' en la Unidad Neonatal de Cuidados Intensivos, si el bebé está en crisis. La dosis del surfactante depende del peso del bebé.
Tanto el esteroide prenatal como el surfactante tienen un riesgo muy pequeño para el bebé y son usualmente recomendados como un tratamiento estándar para bebés prematuros. La idea es lograr que los bebés reaccionen y respiren por sí mismos, sin tener que recurrir a un ventilador artificial. El ventilador se evita, a menos que sea absolutamente necesario, ya que este puede tener efectos secundarios; es un recurso extremo.

“La combinación apropiada de cuidado prenatal, más los esteroides y el surfactante, ha permitido un gran incremento en las tasas de sobrevivencia de estos bebés”, expresa el Dr. Pimentel.

“Estos y otros avances en incubadoras, ventiladores y sistemas de monitoreo de bebés prematuros han significado un gran progreso. En el pasado, los bebés que nacían antes de las 28 semanas de gestación tenían una alta tasa de mortalidad. Ahora estamos viendo bebés que nacen a las 24 semanas de gestación y están sobreviviendo sin ningún problema”, añade el especialista.
De acuerdo con la revista médica especializada Journal of Perinatology, “en los Estados Unidos la mejoría en el cuidado perinatal se ha designado como uno de los 10 logros médicos del siglo 20 (Centro para el Control de Enfermedades CDC). Durante este periodo en los Estados Unidos, la tasa de mortalidad infantil bajó en un 90%. A principios de 1900, aproximadamente 100 de cada 1.000 bebés nacidos con vida, morían antes de cumplir un año de vida. Para 1999, la tasa de mortalidad infantil bajó a 7 por ciento. pE

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