Toque de queda digital

29 de Diciembre de 2013
Caroline Tell - The New York Times

Los expertos coinciden en la necesidad de hacer ‘paradas’ electrónicas. Entre las recomendaciones está dejar el celular fuera del dormitorio y lejos del comedor.

Siempre que Michael Carl, el director de mercado de modas en la revista Vanity Fair, sale a cenar con amigos, practica algo llamado el juego de la “pila de teléfonos”: todos colocan sus teléfonos en medio de la mesa; cualquiera que mire su dispositivo antes de que llegue la cuenta, la paga.

Brandon Holley, exeditora de la revista Lucky, tenía problemas para dejar de lado su iPhone cuando llegaba a casa del trabajo. Así que, hace meses, comenzó a dejar su teléfono en un envase de leche antiguo al momento de entrar. Se quedaba ahí hasta después de cenar.

Y Marc Jacobs, el diseñador de modas, no quería dormir al lado de un aparato que sonara. Así que desterró los dispositivos digitales de su recámara, una regla que compartió con el público durante una reciente exhibición de Disconnect, una película que dramatiza cómo la tecnología ha alejado a las personas unas de otras.

Conforme los smartphones (teléfonos inteligentes) continúan abriéndose camino hacia nuestras vidas, y los dispositivos portables como Google Glass amenazan con erosionar nuestro espacio personal aún más, los usuarios sobrecargados están creando sus propias zonas libres de dispositivos con trucos y atajos apropiados.

Ya sea una barrera física (nada de iPads en la mesa a la hora de la cena) o una conceptual (apagar los dispositivos a las once de la noche), los usuarios dicen que estas técnicas de liberación están mejorando sus relaciones y su estado mental. “La desconexión es un lujo que todos necesitamos”, dijo Lesley M. M. Blume, escritora de Nueva York que mantiene el teléfono alejado de la mesa del comedor.

“La expectativa actual de que siempre debemos estar disponibles para los jefes, colegas, familiares y amigos crea un obstáculo real al tratar de apartar nuestro tiempo privado. ¡Pero ese tiempo privado es más importante que nunca!”, recalcó la especialista Blume.

Estrategias hogareñas

Mucha de la desintoxicación digital se centra en el hogar, donde los correos electrónicos urgentes de compañeros de trabajo, mensajes de texto de amigos, fotos de Instagram de conocidos y actualizaciones en Facebook conspiran para alterar la tranquilidad doméstica.

¿Una pecera? Una táctica es designar una “caja para celulares”, como la lata de leche de Holley. “Si mi celular está vibrando, sigue siendo una distracción, así que va a parar a la caja”, dijo Holley.

Una pecera vacía, que se ubica en una mesa lateral en el comedor, sirve para una función similar en el caso de Jamie David, publicista en Starworks Group en Nueva York, excepto que hay consecuencias para quienes rompen las reglas. “Si alguien toma el teléfono entre las 6:30 p.m. y las 8:30 p.m., sin una verdadera razón, tiene la tarea de llevar a nuestro hijo a la cama”, explicó David, quien vive en Maplewood, Nueva Jersey, con su esposo, Jon, y dos hijos, Milo, de 4 años, y Jack, de 10 meses.

Es como una especie de toque de queda digital. “Nada de pantallas después de las 11 p.m.”, indicó Ari Melber, presentador de The Cycle de MSNBC, quien vive en un departamento en Brooklyn junto con su prometida, Drew Grant, una reportera de cultura pop en The New York Observer. La regla fue instituida en enero, después de unas vacaciones en Honduras, donde la pareja se descubrió sin acceso a Internet y finalmente feliz por ello. “Encontramos las noches más relajantes y dormimos mejor”, comentó Melber.

Dormir es un gran factor, lo cual es la razón de que algunos, como Jacobs, trazaran la línea de libre de dispositivos en la recámara. “No quiero dormir al lado de algo que sea una bola cargada de información con fotos y correos electrónicos”, dijo Peter Som, el diseñador de modas que deja su teléfono en la sala de estar conectado toda la noche. “Definitivamente, aclara la mente y separa el tiempo diurno de la hora de dormir”.

Otros padres consideran la hora de la cena como sagrada. “Es un descanso grandioso para mí cuando todos podemos desconectarnos”, dijo Josh Pickard, dueño de los restaurantes Locanda Verde, Lafayette y el Dutch, que prohíbe a sus dos hijos adolescentes, Lotte, de 17 años, y Jack, de 13, llevar sus múltiples dispositivos a la mesa. “Simplemente puedo estar en un solo lugar en un momento”.

Pero no es solo dentro de la casa donde los usuarios se liberan del hábito. Los usuarios obsesivos del celular están haciendo esfuerzos para desconectarse en escenarios sociales, ya sea por respeto al anfitrión o en forma de una competencia amistosa.

En reuniones

El juego de la pila de teléfonos es una forma desenfadada para que los amigos se vigilen contra el comportamiento grosero cuando salen a comer. El juego cobró popularidad el año pasado después de que Brian Pérez, un bailarín en Los Ángeles, publicó la idea en su página de Tumblr. Desde entonces ha engendrado numerosas publicaciones de blog y una entrada en el Urban Dictionary, y se le puede buscar con la etiqueta #phonestack en Instagram (aunque no durante la cena, por supuesto). Por supuesto que uno simplemente podría no llevar un teléfono al restaurante en primer lugar.

Peter Davis, el editor de la revista Scene, asistió recientemente a una cena para unos 12 en una casa de Manhattan donde la anfitriona ofreció revisar los teléfonos de los invitados y ponerlos en un tazón. Aunque la mayoría protestó, Davis dijo que los invitados se las ingeniaron para permanecer alejados de sus teléfonos durante la cena.

“Fue revelador no estar con tu teléfono”, dijo. “A menos que uno trabaje en la sala de emergencias o sea un médico de visitas a domicilio, nadie necesita realmente estar con su teléfono”.

Las prohibiciones de dispositivos digitales parecen ser aplicadas más estrictamente cuando asiste una persona famosa, y el anfitrión quiere mantener el momento privado para que no se vuelva leña pública en Facebook o YouTube.

Los invitados convidados a la fiesta de cumpleaños de Hamish Bowles en junio, organizada por Anna Wintour en su casa de fin de semana en Mastic, Nueva York, recibieron una llamada de la oficina de Wintour pidiéndoles que evitaran publicar mensajes en Twitter o Instagram sobre la fiesta. Y cuando Anderson Cooper celebró una fiesta de cumpleaños en mayo, se dice que la invitación declaraba “nada de cámaras”. Mindy Weiss, una planificadora de fiestas en Nueva York y Los Ángeles que se especializa en eventos de celebridades, dijo que las prohibiciones de teléfonos celulares se están volviendo normales “en el extremo de alto perfil”. Aconseja a los anfitriones explicar las reglas para el teléfono celular en la invitación, tener letreros claros en la fiesta y, cuando sea posible, destinar un área especial para llamadas importantes; como un área de fumadores para quienes necesitan contactar a la niñera.

Pero quizá la mejor manera de frenar el uso excesivo del teléfono celular sea aprovechar las inseguridades sociales de la gente. En algunos círculos, ser inaccesible es un símbolo de estatus.

“El uso público de teléfonos celulares ha alcanzado un nivel incivilizado, así que ahora es más elegante quedar exento de eso”, dijo Blume, la escritora de Nueva York. “Uno no está disponible para responder las 24 horas de los siete días de la semana, y esa es una declaración poderosa y lujosa”.

“La expectativa actual de que siempre debemos estar disponibles para los jefes, colegas, familiares y amigos crea un obstáculo real al tratar de apartar nuestro tiempo privado. ¡Pero ese tiempo privado es más importante que nunca!, M.M. Blume, escritora

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