En playas fósiles: Se buscan indicios

07 de Abril de 2013
  • Era de la Tierra. En Alessio Rovere, una antigua playa en Sudáfrica, científicos estudian las capas pertenecientes al Plioceno, era que parece haber experimentado un fuerte aumento en el nivel del mar.
  • Maureen Raymo es una paleoclimatóloga estadounidense.
  • Continente antiguo. En Sudáfrica existen formaciones rocosas muy antiguas que permiten descubrir cambios climáticos de eras pasadas.
  • Esta concha fósil contiene datos valiosos para los científicos.
Justin Gillis - The New York Times

Algunos cuestionan el brusco cambio climático de la Tierra, pero ¿qué hay de cierto? La historia geológica es una herramienta que ayuda a aclarar dudas.

Un desaliñado equipo de científicos transitaba velozmente por un camino de terracería, y su caravana de dos autos levantaba el polvo. Luego de un día de buscar playas antiguas a kilómetros tierra adentro de la costa moderna, estaban a punto de darse por vencidos. De repente, el auto que iba al frente frenó intempestivamente. Paul J. Hearty, un geólogo originario de Carolina del Norte, saltó a tierra y recogió un objeto blanco del costado del camino: una concha marina fosilizada. Sonrió. En minutos, el equipo había recolectado docenas más.

Usando equipo satelital, determinaron que estaban 11 kilómetros tierra adentro y casi 20 metros por encima de la línea costera moderna de Sudáfrica. Para la líder del equipo, Maureen E. Raymo, de la Universidad de Columbia, el hallazgo fue un indicio importante en su intento por determinar cuán alto podrían ascender los océanos en un mundo más cálido.

El interrogante ha cobrado nueva urgencia tras el huracán Sandy, que causó inundaciones costeras que los científicos dicen fueron casi seguramente empeoradas por el modesto ascenso del nivel del mar en el último siglo. Ese tipo de marea debida a la tormenta, dicen los expertos, pudiera volverse rutinaria a lo largo de las costas de EE.UU. para fines de este siglo si el océano se eleva tan rápidamente como esperan.

En una investigación anterior, científicos han determinado que cuando la Tierra se calienta en solo alrededor de un grado centígrado, con el tiempo se derrite suficiente hielo polar para elevar el nivel del mar mundial en alrededor de siete o nueve metros. Pero en el próximo siglo, se espera que la Tierra se caliente más que eso, quizá en dos o tres grados, debido a las emisiones humanas de gases de invernadero.

Expertos dicen que se espera que inevitablemente ocurran las emisiones, que podrían representar un aumento enorme del nivel del mar en apenas las próximas décadas. Temen que como las costas del mundo están tan densamente pobladas, los océanos ascendentes conduzcan a una crisis humanitaria que dure muchos cientos de años.

Los científicos dicen que ha sido difícil hacer que la gente comprenda o se enfoque en la importancia, para las generaciones futuras, de las decisiones de hoy sobre los gases de invernadero. Su evidencia, de que los gases representan un problema, se basa no solo en predicciones computarizadas del futuro, como se cree comúnmente, sino en lo que describen como un creciente cuerpo de evidencia sobre lo que ocurrió en el pasado.

Para aumentar ese cuerpo de conocimiento, Raymo está estudiando la historia geológica, remontándose varios millones de años. La Tierra se ha calentado muchas veces, por razones puramente naturales, y esos episodios a menudo representaron enormes cambios del clima, el colapso parcial de las capas de hielo polar y sustanciales aumentos en el nivel del mar. “Desearía poder llevar a la gente que cuestiona la importancia del aumento del nivel del mar conmigo al campo de estudio. Porque si se les llevara 30 o 40 metros (entre 9 y 12 metros) más arriba del nivel del mar actual y se les mostrara una playa fósil, con conchas erosionadas del tamaño de un puño, lo verían con sus propios ojos y dirían: “Vaya, no lo inventaron”, dijo Raymo.

A los escépticos que restan importancia al calentamiento global les gusta señalar que estos cambios del pasado ocurrieron sin intervención humana. Argumentan que el clima siempre está cambiando, sin embargo, los humanos o sus predecesores se las ingeniaron para prosperar. El registro geológico ofrece ejemplos asombrosos de la inestabilidad del planeta. Huesos de ballena pueden desenterrarse en el Sahara. La cumbre del Monte Everest es un trozo de un antiguo suelo marino.

 

Dato

Científicos creen que para el 2300 habría un ascenso de más de tres metros de los mares del mundo

Pero la mayoría de los científicos especializados en el clima rechazan la idea de que esta historia significa que el cambio climático inducido por los humanos será benigno. Añaden que el registro fósil no indica nada similar a la rápida liberación de gases de invernadero de hoy y su efecto paralelo de elevar la temperatura del planeta, cambios que están ocurriendo en un instante geológico. “Absolutamente, inequívocamente, la naturaleza ha cambiado antes. Pero parece que vamos a hacer algo más grande y más veloz de lo que la naturaleza ha hecho antes”, dijo Richard B. Alley, científico especializado en el clima en la Universidad Estatal de Pensilvania.

Indicios de los fósiles

En la mayoría de los periodos de calentamiento anteriores, algo de hielo permaneció cerca de los polos, en Groenlandia y la Antártida. Hoy, hay suficiente agua almacenada como hielo en esas regiones para elevar el nivel del océano en aproximadamente 67 metros, si todo se derritiera.

El registro fósil sugiere que las temperaturas ligeramente más cálidas que las de hoy no serían suficientes para derretir las capas de hielo por completo. Pero un aumento de incluso unos cuantos grados en la temperatura mundial promedio al parecer causaría graves daños. Los científicos han encontrado más de mil playas fósiles elevadas en todo el mundo.

Muchos científicos creen que, como resultado del calentamiento inducido por los humanos, las temperaturas ya están entrando en la zona de peligro. Están viendo cambios rápidos en Groenlandia y el oeste de la Antártida.

“Puedo decirle meramente que cada vez en la historia reciente de la Tierra en que hemos tenido este tipo de temperaturas por algún tiempo prolongado, dos capas de hielo polar han colapsado catastróficamente”, dijo Jerry X. Mitrovica, un físico especializado en la Tierra en la Universidad de Harvard que colabora con Raymo.

Raymo trabaja en el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty, una unidad de la Universidad de Columbia, justo en las afueras de la ciudad de Nueva York. Como muchos de sus colegas, ella está tratando de correr la película de la historia de la Tierra en reversa, en busca de una era con temperaturas que reflejen las esperadas antes del 2100.

Ha llegado hasta la época del Plioceno, aproximadamente hace tres millones de años. El nivel de bióxido de carbono en el aire entonces parece haber sido de unas 400 partes por millón, un nivel que será alcanzado de nuevo en los próximos años, después de dos siglos de quema de combustibles fósiles.

Esfuerzos previos para estimar la elevación máxima del mar en el Plioceno no tomaron totalmente en cuenta algunos factores que ahora se sabe son importantes.

En busca de playas prehistóricas

Hace dos años, con la esperanza de encontrar una respuesta mejor, Raymo propuso un plan ambicioso a la Fundación Nacional de la Ciencia, la agencia federal estadounidense que paga gran parte de la investigación científica de EE.UU. Propuso reunir una red mundial de colaboradores expertos para encontrar, datar y medir las playas del Plioceno en casi todos los continentes y luego trabajar con expertos en elaboración de modelos computacionales para tomar en cuenta todos los factores que se sabe alteran el nivel del mar.

La agencia concedió al grupo 4,2 millones de dólares, y un crítico científico anónimo declaró que el plan permitiría una “predicción mucho más precisa y cuantitativa del cambio climático futuro”.

En los próximos años, el equipo planea reunir nuevas mediciones de la mayoría de los continentes, incluido América del Norte, donde el océano del Plioceno se extendió hasta 145 metros tierra adentro. Después de varios años de trabajo, esperan llegar a la cifra mágica que Raymo llama Pliomax, o el ascenso máximo del nivel del mar mundial durante el Plioceno. Esa cifra ayudaría a resolver un problema científico enojoso.

Un gran cuerpo de evidencia sugiere que las capas de hielo encima de Groenlandia y la parte occidental deprimida de la Antártida son vulnerables al calentamiento global. Pero juntas pueden representar no más de unos 12 metros de ascenso del nivel del mar.

Las estimaciones previas del nivel del mar del Plioceno, basadas en evidencia irregular, van de 5 a 40 metros por encima del océano actual, siendo 25 metros la cifra más comúnmente citada. Si el trabajo de Raymo confirmara esa elevada estimación, sugeriría que la capa de hielo del este de la Antártida –por mucho el trozo de hielo más grande del mundo, que contiene suficiente agua para elevar el nivel del mar en 55 metros– también es vulnerable al derretimiento. Y si es así, los científicos no comprenden completamente la razón, porque sus predicciones computacionales –reconocidas como imperfectas– sugieren que la mayor parte de la misma permanecería estable incluso en un mundo más cálido. “Simplemente el mero hecho de que sepamos la cifra nos dirá de inmediato ¿el este de la Antártida es estable?”, dijo Raymo. “¿O es un enorme riesgo?”

Por ello, si el proyecto tiene éxito, pudiera poner un límite superior a cuánto es capaz finalmente el océano de ascender si las temperaturas suben tanto como se espera en este siglo. Pero el proyecto del Pliomax no podrá responder al que quizá sea un interrogante aún mayor: en un escenario del peor de los casos, ¿cuán rápidamente pudiera ocurrir el ascenso?

Raymo y su equipo comparten un naciente consenso científico de que el aumento en este siglo probablemente será de alrededor de un metro, quizá dos metros. Eso casi seguramente requeriría que millones de personas sean desalojadas de regiones costeras. Investigación reciente sugiere que el probable ascenso pudiera ser de más de tres metros para el año 2300, inundando las costas en todo el mundo.

Si el ascenso es más lento de lo esperado, la sociedad tendría tiempo para adaptarse, o para desarrollar nueva tecnología para solucionar el problema de las emisiones de gases de invernadero. Pero muchos científicos están afligidos por un inquietante temor de que ocurra lo opuesto: que sus cálculos resulten haber sido demasiado conservadores, y la estabilidad social eventualmente se vea amenazada por un rápido ascenso del mar. “En todo momento, conforme aumenta nuestro conocimiento siempre hemos descubierto que el sistema climático es más sensible de lo que pensábamos”, dijo Raymo.

  Deja tu comentario