Adriana Vinueza cumplió su sueño japonés

18 de Noviembre de 2012
  • Ella quedó impresionada por el arte en los templos de Narita. El viaje a Japón duró del 16 al 26 de octubre.
  • Adriana con el guía y traductor Nowaki Koide (“me trataba como nieta”) y un personaje de Akihabara.
  • El dibujo de Adriana.
  • El astronauta japonés Mamoru Mohri le entregó el premio, junto con Yoshio Shirai, presidente de Hino.

Como ganadora de un concurso internacional de dibujo, Adriana Vinueza cumplió un anhelo muy especial.

Ohayo gozaimasu. Watashi no namae wa Adriana desu. Yoroshi onegai shimasu (Buenos días. Mi nombre es Adriana. Es un gusto conocerlos).

Con este saludo en japonés, la guayaquileña Adriana Vinueza (12 años) inició su discurso de agradecimiento durante la premiación del concurso internacional de dibujo El camión y bus de tus sueños Hino, celebrada en Tokio el 20 de octubre bajo la organización de esa marca de vehículos pesados.

¡Adriana obtuvo el primer lugar!, superando a 700 obras enviadas por niños procedentes de 70 países distribuidores de esos vehículos. Su arte muestra un bus submarino que en su ruta conecta Ecuador y Japón, atravesando un paisaje acuático inspirado en una sesión de snorkeling que ella disfrutó durante un reciente viaje familiar a las islas Galápagos. “Es como un bus del futuro que aprovecha las corrientes marinas”, explica.

Pero esta jovencita obtuvo más que un galardón. “Era mi sueño conocer Japón. Me gustó todo. La comida (su sopa favorita: el ramen, de fideos), la música, las leyendas, la gente, los manga (historietas)…”, señala esta alumna del colegio Las Mercedarias, quien a través de su afición por los anime (series animadas japonesas) aprendió un poco de ese idioma por internet.

Su visita más divertida: conocer la zona de Akihabara, considerada el Disney de los fanáticos a los cómics japoneses. “Es una ciudad eléctrica, el paraíso del manga y el anime. Los edificios tenían murales, infinidad de tiendas. Fue un sueño conocerla”, dice Adriana, quien obviamente es muy talentosa en el dibujo, herencia artística que atribuye a su padre, Gustavo Vinueza, arquitecto, profesor universitario y diseñador gráfico de EL UNIVERSO, quien la acompañó en el viaje.

“Cada uno de los días que pasamos en Japón fue muy divertido. Visitamos templos, viajamos por el metro, comimos con palillos, lo único que me faltó fue ver florecidos los árboles de cerezo, porque estábamos en otoño”, dice.

Pero seguramente podrá contemplarlos en el futuro, ya que ella desea estudiar Literatura aquí en Ecuador para luego aplicar a una beca en Historia y Bellas Artes en Japón, país al que desea regresar para seguir aprendiendo de su cultura. “Ya lo tengo decidido”. (M.P.)

  Deja tu comentario