Jessica Faieta: Ecuatoriana en la ONU

10 de Septiembre de 2017
  • Desde Manta, Jessica Faieta disfruta de la brisa marina de esa ciudad.
  • Jessica Faieta con Bill Clinton recorriendo Haití, en días posteriores al terremoto del 2010. Foto: The ny post
Susana Cárdenas, para La Revista

Jessica Faieta, subsecretaria general de la ONU y directora de PNUD para América Latina y el Caribe.

Se siente contenta y en casa. Concede a La Revista unos minutos para descubrir un poco más de esta quiteña que se encuentra en el pináculo de las Naciones Unidas en Nueva York.

Jessica Faieta, subsecretaria general de la ONU y directora de PNUD para América Latina y el Caribe, es quizás la ecuatoriana que ocupa uno de los sitiales más altos de esa institución. Nos recibe en su apartamento en Manta, la ciudad donde solía pasar sus vacaciones de niña. Dibuja una sonrisa en su rostro al admirar cómo esta urbe se levanta después del terremoto de 2016. Seis años atrás vivió una experiencia similar en el terremoto de Haití en 2010 donde se encargó de la reconstrucción de ese país. “Fue el reto más difícil que he tenido y el más gratificante”, dijo.

En sus 26 años de trayectoria en esa organización ha tenido el honor de trabajar en la oficina del secretario Koffi Annan. Ha vivido en ocho países de la región y, por ende, ha presenciado momentos importantes de la historia de América Latina.

¿Cuál es su libro favorito?

Cien años de soledad, de García Márquez.

¿Su película favorita?

África mía por la imagen de una mujer valiente, fuerte, aventurera.

¿Música predilecta?

Tengo una variedad enorme. Me gusta el reguetón porque tiene esta combinación de música electrónica, ritmo latino y hip-hop. Además es la conexión que tengo con mis sobrinos.

¿Comida favorita?

Un ceviche o un locro quiteño.

¿A qué personajes invitarías a una cena imaginaria?

Me hubiera gustado conversar con Eloy Elfaro, con escritores latinoamericanos como García Márquez, Ernesto Sábato. También me hubiese gustado conversar con Gandhi, con mujeres como Hillary Clinton, la primera ministra británica Margaret Tatcher o la canciller alemana Angela Merkel; con el presidente Obama y con uno de los primeros secretarios de ONU Dag Hammarskjold.

Remontémonos a la Cuba de 1998. ¿Cómo fue el sentimiento cubano al recibir al papa, más aún al no ser oficialmente un país católico?

Ese fue el momento histórico. Cuba ha sufrido una gran transformación desde entonces. En aquel momento vivía una crisis muy difícil. La Unión Soviética había colapsado, ya no tenían su apoyo económico y estaban buscando nuevos caminos. Empezaban su apertura a la inversión extranjera. Todos sabemos ahora que Cuba es un destino turístico apetecible, tiene hoteles, La Habana ha sufrido una recuperación profunda, pero todo empezó en ese momento, que yo presencié.

Usted presenció el traspaso del Canal de Panamá de manos estadounidenses a manos panameñas…

Fue un momento histórico porque Panamá asumía su plena soberanía. Por cerca de 100 años el Canal había sido manejado por estadounidenses. Lo que más recuerdo son todos los preparativos que hizo Panamá y nosotros como NN. UU., tuvimos el privilegio de poderlos ayudar a armar su marco regulatorio de cómo recibían el país, con un diálogo nacional muy amplio donde se pronunciaron la sociedad civil, los pueblos indígenas, el sector privado, el Gobierno y mantuvieron un diálogo que duró varios meses y terminó en un consenso, en una visión que fue plasmada en una ley, la ley del Canal de Panamá.

¿Cómo ve América Latina hoy?

Si bien muchas personas han salido de la pobreza, no todos han llegado a una clase media, no todos tienen un empleo digno y se mantienen en un grupo vulnerable. Este grupo en América Latina corresponde aproximadamente a unos 220 millones de personas, lo que equivale a un tercio de la población; no están en la pobreza, pero tampoco en la clase media. 

¿Cuáles son los retos de la región?

Quizás los acuerdos de paz de Colombia. Son 50 años de guerra de ese país, por fin será el último conflicto armado en el hemisferio. La ONU ha podido ayudar no solo en el proceso, asegurándonos que participen la sociedad civil, las mujeres, las víctimas en los diálogos del acuerdo. Ahora tenemos un rol importante que es apoyar a la reinserción de los combatientes y, sobre todo, que se sostenga la paz. Es una de las pocas buenas noticias que tenemos en el mundo.

Hablemos de Venezuela

La situación en Venezuela necesita una solución pacífica basada en el diálogo y compromiso entre Gobierno y oposición, por lo que nuestra invitación desde Naciones Unidas ha sido a reanudar las negociaciones políticas en beneficio de sus ciudadanos, y así proponer soluciones a los desafíos que enfrenta el país.

¿Cómo ve el tema de género en la región?

Existen grandes avances en el liderazgo político de la mujer, sin embargo, hay mucho que hacer, solo el 22% de las mujeres están en puestos parlamentarios, es muy bajo en los gobiernos locales, y eso es un gran reto. El reconocimiento, la inserción laboral, el empoderamiento de la mujer es la oportunidad para dar el salto en su desarrollo.

¿Cuál fue su experiencia en Ecuador después del terremoto del 2016?

Vine con PNUD a ayudar al Gobierno a las zonas más afectadas; a las personas que perdieron sus casas, sus medios de vida, pueblos de pescadores que perdieron sus muelles, cacaoteros que perdieron sus centros de acopio, comerciantes que perdieron sus negocios. Nos concentramos en las áreas adonde menos llega la ayuda, en especial Pedernales, Canoa, Crucita.

Jessica regresa a Manta después de año y medio y lo ve con mucha esperanza. Afirma que los manabitas no han esperado que los ayuden, ellos mismos se han levantado. Y terminamos la conversación con la promesa de que en su próxima visita disfrutaremos de un ceviche con maní, admirando ese puerto que le recuerda a su niñez. (I)

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