‘La doña’ sin dueño: Los ‘ganchos’ del éxito

Por Mr. Smith
28 de Enero de 2018

“...A diferencia de las novelas en donde el protagonista es bueno y reactivo, aquí la mala es el motor principal de la trama” .

Protagonistas: Aracely Arámbula y David Chocarro en La Doña, por Teleamazonas.

Llamada la más popular novela venezolana, Doña Bárbara fue escrita por Rómulo Gallegos, publicada en 1929 y adaptada en repetidas ocasiones a distintos formatos con gran éxito. En 2016, Telemundo airó La Doña, una versión telenovela ambientada en nuestros tiempos, producida por Argos Comunicación y escrita por José Vicente Spataro. Ahora, desde diciembre del año pasado, nos la trae Teleamazonas.

Alta Gracia, interpretada por Aracely Arámbula, es la villana y principal protagonista. Esto es un punto que me enganchó desde el comienzo ya que a diferencia de las novelas en donde el protagonista es bueno y reactivo, aquí la mala es el motor principal de la trama. Es una mujer que ha pasado de víctima, pobre y huérfana a millonaria, bruja y victimaria, jurando que no volvería a amar a un hombre sino que los usaría como la habían usado a ella. Y sí, lo de bruja es literal, pues desde el principio ya se muestra a la Doña en medio de sus artes ocultistas, desde su habitación repleta de velas y prendas de sus agresores de los que planea vengarse.

La Doña pronto se encuentra y enamora de Saúl Aguirre (David Chocarro), un abogado defensor de mujeres abusadas. Ella es fría, mientras él es apasionado; ella siempre un paso adelante, mientras él vive confundido. Es la casi completamente mala enamorada del casi completamente bueno, ambos traicionando sus códigos para unirse. Saúl traiciona a la pareja con la que estaba y además esconde todo de su familia. La Doña traiciona el juramento que le había hecho a su ya fallecido enamorado y a sí misma al entregarse vulnerable ante otro hombre, pero no se da por completo y le tiene secretos peligrosos que él insiste en tratar de desenterrar. En realidad relaciones interesantes y matices morales unen a todos los personajes con la trama.

El enemigo número uno de la telenovela es su primer episodio, en donde la mayoría de “malos” tienen cara de crueldad hasta en las escenas más cotidianas, como cuando Alta Gracia pone cara y tono de leona a punto de comer a su cría al decirle a su esposo que la pulsera que le regaló está hermosa, y además lo hace con musicalización de maldad para que no quede ninguna duda de que la mujer es peligrosa. Esta es la única tendencia negativa de la que sufre la actuación, pero se mantiene a lo largo de la serie y también se copia para cada villano.

Parte vital e inescapable del discurso de la serie es el consentimiento y el respeto en la sexualidad entre hombres y mujeres, con contrastes claros y sin grises entre lo bueno y lo malo a un punto mucho más fuerte que otras novelas. Incluso movimientos normalmente vistos como inocentes por personajes de los “buenos” no se salvan de la inspección.

Un ejemplo es cuando el personaje de Mónica Hernández (Danna Rivera) le da un beso sensual en la boca a Saúl a pesar de que este se encontraba inconsciente, para pronto ser regañada por un médico acerca de cómo esto podría agravar al paciente. Ahora, no puedo evitar pensar que si los papeles hubieran sido en reverso, el doctor le habría dicho a Saúl que ella no le ha dado consentimiento puesto que estaba inconsciente, y además que la música en el beso no hubiese sido tierna sino agresiva.

La Doña ganó premios Tu Mundo 2017, incluyendo mejor serie, la protagonista favorita y la pareja perfecta. La verdad es que si buscan una telenovela sobre venganza, justicia, traición y seducción, no busquen más, miren La Doña. (O)

ojossecosec@gmail.com

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