Romance y revolución

Por Hernán Pérez Loose
19 de Febrero de 2012

Las revoluciones no parecen ser un terreno fértil para el amor y el romance. La muerte, el miedo, los rencores y la violencia parecen ser sus principales protagonistas a pesar del romanticismo que muchas revoluciones evocan en nuestro imaginario.

La Revolución Francesa es el clásico ejemplo de esta tragedia y fracaso.  ¿Cómo fue que la Revolución Francesa inspirada en los ideales de libertad, fraternidad e igualdad terminó subyugada por el Gran Terror, una época donde los hijos ciudadanos de Rousseau y del Iluminismo se convirtieron en verdaderos caníbales oscurantistas?

Y, sin embargo, aún en semejantes escenarios poblados de ruidos y mareas humanas, por allí, en una de esas pequeñas esquinas olvidadas por la gran historia, hay momentos que el amor deja sentir su presencia y el romance y la ternura aún respiran y parecen sobrevivir. Ese es precisamente el caso de Charles l’Eperay y  Judith de Montelant. En la Francia de 1789, mientras un volcán social de dimensiones nunca sospechadas está por explotar una vez que Luis XVI accede a convocar a los Estados Generales, los destinos de él y ella se cruzan y quedan ineludiblemente atados de por vida.

Pero así como la Revolución termina en una estruendosa derrota, tanto Charles como Judith pronto descubrirán que como en una pesadilla son incapaces de amarse a pesar de la ansiosa atracción que los envuelve.  “Quiero vivir. Es absolutamente necesario porque mi papel en esta historia es demasiado importante”. Son la primeras palabras de la estupenda novela de Myriam Chirousse, Vino y Miel (Alfaguara, 2009, p.478).

Narrada en el escenario de la Francia revolucionaria y bajo las sombras de los grandes eventos y personajes que por allí transitaron, la autora sabe construir en elegante equilibrio una historia de amor dentro de una historia de violencia. Asistimos a la transición de la niñez a la adolescencia de sus personajes, del romance al amor, y del amor a la soledad, de este hombre y mujer, tal como transitan la sociedad francesa, y los hombres y mujeres que la hicieron posible y que, a la vez, fueron devoradas por ella.

La autora había publicado hasta ahora cuentos infantiles y relatos en algunas revistas francesas. Vive en España desde el 2000 donde enseñó en la Alianza Francesa, y luego se dedicó a la traducción. Vino y Miel es su primera novela y que como dice Rosa Motero vemos nacer en sus páginas a una gran escritora.

hernanperezloose@gmail.com

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