El anuncio de Shackleton: Necesitamos hombres de acero

Por Gonzalo Peltzer
22 de Abril de 2012

“Se aventuró hasta una isla donde sabía que había una estación ballenera. Una vez que consigue refuerzos vuelve con un barco chileno a rescatar al resto de la expedición, que terminó sin bajas su larga aventura en los hielos”.

En La Revista del pasado 25 de marzo escribí  sobre Robert Falcon Scott y Roald Amundsen, los dos intrépidos domadores del Polo Sur que cumplieron un siglo entre los meses de diciembre del 2011 y enero del 2012. A raíz de esa historia, Julio Emén Echávez me recordó la hazaña de Ernest Shackleton, otro que en esos días andaba con ganas de llegar al polo y uno de esos valientes que hoy nos faltan para cambiar el mundo.

Shackleton fue un marino irlandés que se embarcó en una de las expediciones de Scott y luego se independizó para tratar de llegar al Polo Sur con su propia empresa. Batió dos récords sucesivos, el de los 82, 16 y el de 88, 23 grados de latitud Sur. Luego de la llegada de Amundsen decide que será el primero en cruzar la Antártida pasando por el polo y lo intenta en 1914, pero su barco, el Endurance, se quedó atrapado entre los hielos que lo terminaron triturando.

La expedición volvió a la civilización después de casi dos años vagando por la Antártida; en trineos y luego en un bote salvavidas del Endurance, Shackleton se aventuró hasta una isla donde sabía que había una estación ballenera. Una vez que consigue refuerzos vuelve con un barco chileno a rescatar al resto de la expedición, que terminó sin bajas su larga aventura en los hielos.

En la historia de la publicidad se cuenta la historia de un anuncio clasificado, publicado en The Times de Londres, para reclutar a los expedicionarios del Endurance: “Men wanted for hazardous journey. Low wages, bitter cold, long hours of complete darkness. Safe return doubtful. Honour and recognition in event of success” (Se buscan hombres para peligroso viaje. Salario reducido. Frío penetrante. Largos meses de completa oscuridad. Constante peligro. Dudoso regreso a salvo. Honor y reconocimiento en caso de éxito).

Es un mito: aunque todo el mundo habla de este clasificado, el aviso no aparece por ningún lado y eso que el Times está microfilmado completo desde hace muchos años. Hasta hay recompensas para el que lo encuentre, pero nada. La imagen que usted ve en está página no es un recorte real: está tomada de un póster de John Hyatt alusivo a Shackleton.

Hay muchas y muy buenas fotos de la expedición de Shackleton. Las puede encontrar en internet y conmoverse ante la valentía de estos personajes.
Emén Echávez recuerda esta expresión que se decía en aquellos años con gente de acero: “Si en la exploración del polo quieres velocidad, llévate a Amundsen; si quieres ciencia, llévate a Scott. Pero si el destino está en contra tuya, si las posibilidades de sobrevivir son mínimas, ruégale a Dios que tengas contigo a Shackleton”.

No me diga que no nos hace falta, ahora más que nunca, que Dios nos mande a Shackleton para enfrentar la corrupción que campea como un emperador romano en nuestros países de la América del Sur...

gonzalopeltzer@gmail.com

 

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