Literatura y periodismo

Por Clara Medina
19 de Octubre de 2014

‘Periodismo y literatura: la verdad bien contada’, se tituló el panel que hace pocos días organizó el Centro de Difusión Cultural de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, por iniciativa de esa gran suscitadora cultural que es Marina Paolinelli, una chilena afincada en Guayaquil que ha hecho de esta la ciudad de sus preocupaciones y de sus realizaciones.

Carlos Jijón y Lola Márquez, dos experimentados periodistas, acuciosos lectores y conocedores de la literatura, estuvieron en esta cita, a la que también concurrí como invitada. ¿Cuáles son los puntos en común entre la literatura –de ficción– y el periodismo? ¿Cuánto hay de la una en el otro? ¿Quiénes han abordado mejor esa amistad? Son solo tres de las muchas aristas que se discutieron.

¿Y qué tienen en común y qué tienen de diferente la literatura de ficción y el periodismo? Desde mi punto de vista ambos trabajan con la misma herramienta: la palabra. El lenguaje. Pero mientras la literatura tiene la licencia de inventar, de ficcionar, de exagerar, el periodismo debe ceñirse a la realidad. Su misión es informar. En literatura, la mentira es una virtud. En periodismo, la mentira es un delito. En literatura, la ambigüedad le da riqueza al texto y la posibilidad de múltiples interpretaciones y significaciones. En periodismo, la ambigüedad equivale a una mala práctica profesional.

A pesar de que son distintos, literatura y periodismo tienen un matrimonio de vieja data. Son muchos los escritores que han ejercido el periodismo. También están los periodistas que desembocaron en la literatura de ficción. Y hay otros periodistas que fieles a la realidad, sin inventar absolutamente nada, producen unas piezas que bien podrían considerarse literarias. En este rubro ubico, por ejemplo, al colombiano Alberto Salcedo Ramos o a la argentina Leila Guerriero. Lo que ellos hacen son crónicas. Escriben literatura de no ficción.

En un ensayo que contiene el libro de crónicas publicado recientemente por Ciespal, Salcedo Ramos afirma que los escritores de ficción no son más importantes que los de no ficción, y cita a Raymond Carver para decir que lo que realmente define a un escritor (al margen de que trabaje con la realidad o con la ficción) es “esa forma especial de contemplar las cosas y saber dar una expresión artística a sus contemplaciones”. Refiere, además, que siempre se señala el aporte de la literatura al periodismo, pero que pocas veces se habla del aporte del periodismo a la literatura.

Del aporte de la literatura al periodismo, Salcedo dice que se suelen citar las técnicas narrativas, el punto de vista, la construcción de imágenes, el uso de las escenas y la creación de las atmósferas. ¿Pero qué le aporta el periodismo a la literatura? Salcedo afirma: “El periodismo adiestra al escritor en el descubrimiento de los temas esenciales para el hombre. En esta profesión se tiene acceso a un laboratorio excepcional en el que siempre se está en contacto con lo más revelador de la condición humana. Uno aquí ve desde reyes hasta mendigos, truhanes, bárbaros, seres maravillosos, de todo, y eso es útil para construir universos literarios creíbles y ambiciosos”.

Cito también las palabras con que el escritor Mario Vargas Llosa elogió el libro de perfiles Plano americano, de Guerriero. Según el autor peruano, con sus textos, Guerriero “muestra de manera fehaciente que el periodismo puede ser también una de las bellas artes y producir obras de alta valía, sin renunciar para nada a su obligación primordial, que es informar”.

claramedina5@gmail.com

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