Historia de las historias

Por Hernán Pérez Loose
15 de Febrero de 2015

Podría decirse que hay consenso en que la historia –entendida, en términos generales, como aquella narrativa de eventos públicos ocurridos en el pasado– tuvo su origen en Grecia durante el

siglo V, y que fueron Heródoto y Tucídides sus fundadores. Cierto es que las civilizaciones de Egipto y Babilonia conocieron de esta actividad intelectual. El propio Heródoto así lo reconoce cuando exalta a los egipcios por su “práctica de mantener un registro del pasado”, lo que según él, convirtió a esa nación en una de las más educadas que haya conocido.

Sin embargo, la gran diferencia radica en la propia expresión “historia” que utiliza Heródoto. En griego significa “investigación”, es decir, un conocimiento que se adquiere por investigación. Algo que el simple registro o inventario de eventos no alcanza a realizar, sin que ello desmerezca su importancia. Esta conexión entre historia e investigación, que la revela la raíz griega del mencionado vocablo, está, pues, en el origen de esta actividad intelectual. Una actividad que a partir de Heródoto hasta nuestros días ha sido emprendida por muchos individuos, cada uno con su propia historia, con su peculiar forma de ver el mundo y la sociedad en la que vivían, y de aquella que buscaban revivir en sus obras. Ello hace más que relevante conocer a los historiadores tanto como sus historias.

Sobre este tan importante como descuidado tema trata un fascinante libro del conocido profesor inglés John Burrow, que gracias a la editorial Crítica está disponible en español. Historia de las historias: de Heródoto hasta el siglo XX (edición 2014). Burrow hace un excelente trabajo en analizar la personalidad de los más importantes historiadores a partir de la antigüedad hasta el presente, las circunstancias en que escribieron sus libros, los problemas que debieron afrontar y el impacto que sus obras tuvieron en los próximos historiadores.

Estamos acostumbrados a ver la historia intelectual como una construcción en la que convergen la historia de la filosofía, religión, ciencia, arte, filosofía y más. Sin embargo, “la historia de las ideas sobre el pasado tal como lo expresan los textos históricos contemporáneos, y el valor que les atribuimos en el presente, es parte también de esa historia intelectual”, señala el autor.

El libro incorpora en su estudio no solo los textos históricos y a sus autores, sino también la literatura, el arte, la religión como factores claves en esa reconstrucción del pasado que ha sido tan importante para la cultura occidental. Es un libro que seguramente interesará a muchos lectores, incluso aquellos no interesados necesariamente en la historia como disciplina.

hernanperezloose@gmail.com

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