‘Aquella noche nosotros negociamos…’

Por Hernán Pérez Loose
05 de Agosto de 2012

El pasado 16 de julio el Ayuntamiento de París inauguró una exposición en memoria del septuagésimo aniversario de la redada del velódromo de invierno, popularmente conocida en Francia simplemente como la “vel’d hiv”. Fue la redada más grande y dramática ocurrida en la Francia contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, y tuvo lugar en París entre el 16 y 17 de julio de 1942. La referencia al velódromo se debe a que los cientos de judíos víctimas de la redada (incluyendo muchísimos niños) fueron llevados primero a un velódromo parisino y de allí a los campos de exterminio. Muchos franceses colaboraron en este acto.

Lo normal es que con los años la memoria se pierda. En Francia al parecer está sucediendo lo contrario con respecto a la persecución de los judíos y la complicidad de muchos de sus compatriotas. Gracias a artistas, abogados, periodistas y académicos la sociedad francesa ha comenzado a reconciliarse con un pasado que prefirió olvidar. Era un capítulo que empañaba esa visión heroica de la Resistencia. El presidente Chirac puso fin a este olvido, y en 1995 públicamente ofreció disculpas a los judíos franceses por la vel d’hiv. La reciente exposición del Ayuntamiento de París forma parte de este proceso.

La francesa no es la única sociedad que enfrenta su pasado. La sociedad argentina parece no resignarse a olvidar la tragedia que atravesó durante los años setenta. Muchas de las víctimas fueron denunciadas secretamente por sus pares, por sus vecinos, parientes o amigos, en una especie de negociación tácita con las fuerzas de la represión. Ello dejó una profunda marca de desconfianza y miedo.

La reciente novela de Leopoldo Brizuela (1963), Una misma noche, ganadora del premio Alfaguara 2012, corre a través de esas coordenadas. La obra narra el conflicto que envuelve a Leonardo Bazán, un joven que vive solo con su madre, cuando decide enfrentar el hecho que su fallecido padre había sido un delator; una noche de 1976 había facilitado el apresamiento de una de las hijas de los vecinos. Algo de lo que la familia de Leonardo nunca había hablado.

El relato en forma de thriller comienza narrando los miedos del presente frente a la inseguridad de la delincuencia común, pero ese miedo lo lleva a Bazán a revivir ese otro miedo producto del Estado que también dominó Argentina y del que tenía cierta memoria. Y entre esos dos tiempos (o dos miedos) el protagonista intenta escribir una novela reconstruyendo lo que pasó esa noche de 1976 cuando “nosotros negociamos…”.

hperez@ecua.net.ec

  Deja tu comentario