¿Qué ocurre?: Sueño e inteligencia colectiva

Por Gonzalo Peltzer
27 de Noviembre de 2016

“Lo que tienen en común los países más desarrollados del planeta no es el norte, ni la religión, ni la raza, ni el frío… Todos ellos trabajan mucho, comen temprano y duermen bien”.

Posiblemente se haya preguntado alguna vez por qué los países más adelantados del planeta son los del norte de Europa, los del norte de América y también Japón.

No es tan así ni es una regla infalible, pero déjeme proponerle unas elucubraciones de sobremesa sobre las razones por las que en algunos países funciona mejor –y en otros peor– el pensamiento colectivo.

Hipótesis 1

Los anglosajones son trabajadores y los demás somos unos vagos. Error… porque después de miles de años de historia los anglosajones y sus vecinos fueron superiores solo hace unos 500 años. Además, la mitad de los canadienses son de origen francés, y en Estados Unidos hay unos 50 millones de origen mexicano y puertorriqueño y grandes minorías de todos los países de Iberoamérica.

Hipótesis 2

Si el cambio se dio hace 500 años, coincide con la Reforma Protestante y los protestantes se van al cielo porque trabajan y los católicos porque se confiesan. Así que en el reparto de las religiones nos tocó a nosotros la de los vagos y a los del norte la de quienes trabajan.

Error, porque la mitad de Canadá es de mayoría católica, igual que muchos países del norte de Europa, como Irlanda, Polonia, Lituania, Bélgica, Luxemburgo, la mitad de Alemania. Sin contar que tampoco les va tan mal a otros países de gran mayoría católica, como Francia, Austria o Italia, u otros donde los católicos conforman la inmensa minoría, como los Estados Unidos de América.

Hipótesis 3

Donde hace frío en el hemisferio sur es puro océano y Antártida, mientras que en el hemisferio norte es todo continente, donde viven luchando contra el frío. Lo que los convirtió en trabajadores es que no había más remedio que trabajar.

Error, porque Nueva Zelanda y Australia están entre los más avanzados del mundo y no están en el norte y los rusos se mueren de frío bien al norte, y no es que sean tan avanzados. Para colmo, cada latinoamericano que se va a vivir a los países desarrollados se convierte en uno de ellos. En un par de días se pone a trabajar como uno más y hasta se vuelve democrático y tolerante con las ideas ajenas.

Tesis

Lo que tienen en común los países más desarrollados del planeta no es el norte, ni la religión, ni la raza, ni el frío… Todos ellos trabajan mucho, comen temprano y duermen bien. O duermen bien porque trabajan mucho y comen temprano. O trabajan mucho y comen temprano para dormir bien. No lo sé, pero el hecho es que son pueblos bien dormidos y nosotros, además de muchas otras cosas buenas y malas, hacemos todo al revés.

Comemos mucho y tarde, apenas podemos dormir bien un par de horas y nos levantamos con un humor de perros y cero ganas de trabajar.

La fórmula es cansarse más, comer antes y dormir mejor. Un prócer que se empeñe en conseguirlo habrá hecho más por nuestros países que los generales y mariscales de nuestra independencia. (O)

gonzalopeltzer@gmail.com

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