Naturaleza en rojo

09 de Septiembre de 2018
  • Una vista aérea permite divisar hasta qué punto compartimos (o invadimos) los escenarios naturales en la ciudad.
  • Las tomas fueron capturadas en Buenos Aires, Nueva York, Marfa e incluso en Guayaquil, como esta fachada diseñada por el arquitecto Antonio Plaza.
  • Sublimis reflexiona sobre el balance entre la naturaleza y la intervención humana.
  • La fotografía de Vicente también registra composiciones arquitectónicas , resaltando volúmenes y texturas interesantes.
  • La muestra se trabajó con película infrarroja que revela los elementos verdes como rojos.
Gisella Quintana B.

El artista ecuatoriano Vicente Muñoz, radicado en EE.UU., acaba de presentar en Guayaquil una serie fotográfica ejecutada con película infrarroja.

En 1951, el artista estadounidense Barnett Newman presentó Vir Heroicus Sublimis, un enorme lienzo (2 m x 5 m) saturado de rojo, con el propósito de provocar, excitar, agitar. Los espectadores tratan de observarla desde lejos para capturarla en toda su dimensión desde una sola perspectiva, pero Newman ordena apreciarla desde cortas distancias. Solo así se logra el efecto esperado.

Denominada en español Hombre, heroico y sublime, es una de las obras expresionistas abstractas más célebres en la historia. La pieza también fue parte de la inspiración del título de la última serie de Vicente Muñoz, fotógrafo y artista visual ecuatoriano radicado en Nueva York.

En estas páginas, los elementos en rojo tienen un propósito casi parecido al de Newman: conmover, impresionar, emocionar. Sublimis es una muestra de 38 fotografías en gran formato mediante la técnica de sublimación sobre aluminio que ha preparado Muñoz para abordar, en sus palabras, “la permanente (e inevitable) lucha del hombre contra la naturaleza. La naturaleza en este caso se encuentra abstraída por el uso de película infrarroja”.

Se refiere al material empleado en los sistemas militares para detectar camuflaje y armamento bélico por contraste. Este recurso permitió exagerar y dramatizar las hojas de los árboles y todo componente forestal hasta en los escenarios más urbanos.

Muñoz trata de acentuar el poder del mundo natural y el deseo del hombre por domarlo. “Eso es lo que busco con esta muestra, que el espectador confronte y medite sobre la realidad y propósito de los espacios que construimos... o destruimos”.

En la actualidad, la película infrarroja está descontinuada (desde el 2011). Pero sus tonalidades pictóricas siguen atrayendo a artistas de todo el mundo. En el caso de Muñoz, obtiene la película en mercados de segunda mano o parecidos.

“Yo veo una analogía directa entre la escasez de este elemento infrarrojo y los recursos que nos quedan en el planeta”, añade Muñoz. “El hecho de tener que ubicar esta película en múltiples fuentes, verificar su proveniencia es un presagio de lo que no debería llegar a pasar si continuamos consumiendo y desperdiciando recursos sin medida”.

Vicente Muñoz nació en Guayaquil hace 34 años, pero vive y trabaja en Brooklyn. Justamente en Estados Unidos empezó a estudiar fotografía. Cuenta con otras series fotográficas, entre ellas la más reciente es Beton, la cual fue exhibida hasta finales de agosto en Materia, una plataforma artística en Monterrey. También expuso en NoMínimo (Samborondón), en el 2016.

“Mi trabajo opera en la conjetura de la escultura y fotografía, y explora los espacios bi y tridimensionales experimentando con luz, que aspira de cierta manera el tratar a las fotos como objetos”, explica.

“Cada interpretación es única y viene basada en el marco referencial de cada uno, pero mi misión es invitar al espectador a interpretar mi mirada y constante cuestionamiento sobre el statu quo. De ahí a que entre sus referentes en la materia se destacan Taryn Simon y Erin Shirreff, quienes también operan entre fotografía y escultura. 

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