Los Cuarón: Papá e hijo en cero gravedad

01 de Diciembre de 2013

El mexicano Alfonso Cuarón y su hijo Jonás son el director y coguionista de Gravedad, el filme de ciencia ficción que ha provocado excelentes críticas a nivel mundial.

Definitivamente, ambos se dedicaron a escribir un guion que mantuviera al público al filo de su asiento, y lo lograron. Sandra Bullock tuvo que prepararse cinco meses para poder seguir las instrucciones que la obligaban a tener un excelente estado físico. George Clooney la acompañó en el rol protagónico. Gravity (Gravedad) trata sobre dos astronautas varados en el espacio y su lucha por sobrevivir a 600 kilómetros de la Tierra.

Jonás Cuarón comentó que Gravedad sufrió varios cambios sugeridos por los expertos de la NASA, que al final sirvieron para mejorar el suspenso de la historia. En la película todo gira en torno a la frase “no te sueltes”.

Perdidos y flotando en el espacio, tratando de volver a la Tierra sin nada de qué agarrarse; sentir impotencia de no poder hacer nada; tener al planeta azul a un lado y al otro el eterno vacío del espacio, son más que suficientes para crear un filme lleno de suspenso. “Hay un momento en el que tus películas llegan a tener cierta aceptación y crees que tienes cosas muy importantes que decir y que el entretenimiento está peleado con él (el discurso cinematográfico). Me trajo de regreso a esta razón por la que, cuando era niño, quise hacer cine: por la experiencia fílmica, por ir a una sala de cine y ser transportado y dejarme llevar por una sala de cine”, agregó Alfonso.

El cineasta mexicano Alfonso Cuarón (Y tu mamá también, Harry Potter y el prisionero de Azkabán) dijo que trabajar con Jonás en el guion lo llevó, precisamente, a soltar cualquier maña que haya podido adquirir a lo largo de su carrera. A revigorizarse como realizador. “Fue Jonás el que trajo toda esa nueva energía, pues él me conoce de toda la vida. Para mí era más importante el rollo de él inyectando una nueva energía, una nueva pasión por el cine, desempolvándome de complejos y prejuicios”, indicó.

El cineasta de 51 años aseguró que él y Jonás no mantuvieron una relación padre-hijo en el trabajo, pero sí reconoció las ventajas de esta colaboración. “Cuando estábamos trabajando, éramos dos escritores en lo mismo. No hay jerarquías de padre o hijo. Lo único que hay son atajos, porque tenemos experiencias personales que compartimos”, precisó Cuarón padre. “Una de ellas fue la sinergia para lograr una cinta en la que por 90 minutos el público estuviera pegado en sus asientos y a la misma vez habláramos de temas, y el tema que más nos interesaba era el de la adversidad”, comentó Jonás, de 30 años.

Trabajo familiar

Esto de trabajar en familia es algo que no ha incomodado a Alfonso. Ya lo hizo antes con su hermano Carlos, sobre todo en Y tu mamá también, que fue nominada a varios premios Óscar. “Toda la energía de Gravedad viene de Jonás. Cuando empiezas a crecer, a hacerte viejo y a hacer tus películas, que son bien recibidas y que la gente las aplaude, tú, como realizador, comienzas a tener ideas muy estúpidas. Y fue cuando Jonás vino y me dijo ‘no le hagas caso a esas estúpidas ideas’. Y lo que aprendí de él fue el increíble valor de volver a entretener, porque Jonás me dijo que teníamos que hacerla divertida y entonces me reconectó con mi amor al cine”, resaltó Alfonso.

“Crecí con mi papá y mi tío Carlos, con ellos que no paraban de hablar de cine. En la universidad yo quería ser escritor, empecé a escribir guiones, mi padre quedó muy sorprendido y no me quedó de otra. De lo único que hablaban era de historias y otras cosas”, destacó Jonás.

No es la primera vez que los Cuarón, a quienes los separan 20 años (Alfonso nació en 1961), trabajan juntos. En 1991, Alfonso dirigió Solo con tu pareja, cinta en la que su hijo tenía un pequeño rol cuando apenas tenía 10 años. Jonás ha dirigido un solo largometraje, Año uña (2007), y actualmente está a cargo de Desierto (2014), con el actor mexicano Gael García Bernal.

El guion escrito a cuatro manos puso de manifiesto la mejor de las disposiciones para trabajar en el entonces proyecto. “Por supuesto, hay una relación patriarcal, pero yo estoy muy agradecido de que, al escribir, se convirtió en una relación de colaboradores, con la ventaja de que nos conocemos muy bien. No desperdiciamos mucho tiempo discutiendo, porque nos entendemos... y tenemos gustos muy parecidos. El tratamiento lo escribimos en un mes, porque los dos teníamos muy claro a dónde ir”, dijo Jonás, mientras que su papá añadió: “Cuando trabajamos juntos somos dos colaboradores, dos escritores colaborando. Y la relación es de escritor a escritor”.

Pero cuando el director y su hijo concibieron Gravedad en una larga noche londinense de hace cuatro años y medio, no pensaron en las dificultades técnicas que suponía replicar en un set la gravedad cero. “Me sentí culpable” –dijo Jonás– “El proceso de escritura fue divertidísimo, pensando en los personajes flotando. Pero fue una pesadilla llevarlo a la pantalla”.

Innovaciones tecnológicas

De hecho, gracias a la película se crearon innovaciones para el cine de ciencia ficción. “El filme en un principio se concibió como un proyecto sencillo de un año, ya que solo había dos actores. “La tecnología para lograr el aspecto de ausencia de gravedad no existía. Mi papá, Emmanuel Lubezki (director de fotografía) y Tim Webber (supervisor de efectos especiales) estuvieron dos años estudiando y creando nueva tecnología para esta película”, comentó Jonás.

“Siempre había querido hacer algo en 3D. El guion desde que lo estaba escribiendo con Jonás se titulaba Gravity: una aventura espacial en 3D. Desarrollamos y diseñamos la tercera dimensión desde el inicio del proceso, hace cuatro años. Parte de ese diseño iba informando y dictando decisiones en el rodaje. Es una película cien por cien pensada en 3D”, dijo Alfonso.

Para lograr el continuo flotar de los personajes y los maravillosos movimientos de cámaras de Gravity, se trabajó con brazos robóticos similares a los de las plantas de ensamblaje de automóviles y con una “caja de luz” para poder recrear los escenarios virtualmente. “Debe dárseles todo el crédito a los actores, que tuvieron que actuar con aparatos y elementos imaginados, que no estaban ahí, mientras estaban sujetos por estos robots” –apuntó Alfonso–. “Cuando ves a Sandra Bullock en la película, no piensas para nada en toda la tecnología que la rodeaba durante el rodaje. Te mete totalmente en su viaje emocional. Ella tuvo que respetar marcas (guías) señaladas en la cabina y en los robots. Trabajar así era de por sí muy complicado”.

Jonás añadió: “Si hubieran llegado el productor y el director y hubiesen dicho qué tal si le quitas esta escena o algo más, no se habría hecho, pero en el rodaje sí fue terquedad nacional de los mexicanos que sacaron la película”.

Mejor tarde que nunca

El momento de tener lista la película fue un dolor de cabeza. Jonás contó: “Yo me acuerdo que en el proceso de escritura, mi papá estaba bien emocionado y decía: ‘Uh, esta película va a ser facilísima, la vamos a hacer en un año porque solo son dos personajes en el espacio, entonces casi no hay sets, va a ser facilísima de producir’, y digo, lo chistoso fue que cuando acabamos el guion, él se lo mandó al Chivo (Emmanuel Lubezki), el cinematógrafo con el que siempre colabora, y le dijo: ‘Mira, Chivo, este guion lo vamos a sacar en menos de un año’, y cuatro años y medio después el Chivo todavía se burlaba de él porque no habían acabado”.

La producción de la cinta no fue nada sencilla, ya que durante años estuvo aplazada por los estudios Universal Pictures, hasta que en el 2010 los derechos fueron adquiridos por Warner Bros. y se comenzó el casting para los personajes principales. Inicialmente se consideró a Angelina Jolie, Carey Mulligan, Rachel Weisz, Naomi Watts, Scarlett Johansson y Natalie Portman para protagonizar la cinta, pero fue Sandra Bullock quien se quedó con el papel. “Le propuse la idea a Sandra y me respondió que sería buena idea. Insistió en que ya no quería estar en ‘su zona de confort’ y que haría el personaje. Se lo propuso como un reto”, dijo Alfonso.

Gravedad es también un viaje emocional para el espectador, es de la determinación y superación humana en un momento extremo. Eso buscaban sus creadores. “Queríamos hacer un cine donde la gente estuviera agarrada al asiento durante 90 minutos, pero también queríamos contar cosas más profundas, manejar otros temas” –comentó el director–. “La película depende de los diálogos, pero también de las metáforas visuales para transmitir las ideas que queríamos. El espacio no es solo aterrador, también es el vacío, la adversidad, el descubrir la Tierra desde arriba”.

¿Alfonso Cuarón se llevará a casa otro Óscar por Gravedad? (A.C.J.)

Fuentes: Agencias, cinepremiere.com.mx y www.wga.org

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