Los senderos de Sacachún

02 de Septiembre de 2012
Moisés Pinchevsky

Esta humilde comuna del cantón Santa Elena emprende nuevos caminos hacia su desarrollo gracias al turismo.

Mucho se ha hablado del añorado regreso del monolito conocido como San Biritute a la comuna de Sacachún, ocurrido el 16 de julio del 2011, cuando el Museo Municipal retornó esa pieza de piedra que el Cabildo de Guayaquil había arrebatado a la comuna allá por la década del cuarenta del siglo anterior.

Desde entonces han llegado más visitantes a este poblado de una treintena de casas para conocer al famoso dios de la fertilidad y el amor, el cual, según dicen, tiene como mayor poder el ayudar a las mujeres a que salgan embarazadas.

“En los últimos meses hemos visto que han llegado mujeres a agradecer a San Biritute porque van a tener un hijo. Eso quiere decir que vinieron previamente a solicitar el favor que les fue concedido”, indica Francisco Lino, presidente de la comuna, mientras nos hace un recorrido para mostrar qué tiene Sacachún para atrapar la atención de los visitantes que llegan, generalmente, de paso en su camino por la vía a la costa.

Lo primero que encuentra el turista es que la vía de acceso al poblado está totalmente asfaltada desde julio anterior, esto permite que los vehículos tomen el desvío a la altura de la comuna de Buenos Aires en el km 87 (después de Progreso y antes de llegar a Zapotal) y cubran los 14 kilómetros de camino hacia Sacachún en poquito más de 10 minutos (se acabó así el martirio de media hora avanzando por una ruta lastrada en malas condiciones).

Al arribar a la comuna, el visitante observa una avenida única, en proceso de regeneración y flanqueada por casas de colores vivos, que lleva a la plazoleta donde se ubica el monolito y, en los alrededores, puestos de comida que expenden la especialidad local, el seco de chivo, a $ 2 el plato.

Hacia el círculo de piedra

Pero la verdadera aventura lleva hacia los senderos agrestes próximos al poblado. Francisco Lino nos conduce de regreso por la vía a Buenos Aires para, en unos tres minutos, encontrarnos con un ingreso a la montaña que nos dirige hacia otro atractivo histórico de la zona: el llamado círculo de piedra.

Nuestro guía cuenta que en este último año se han realizado las primeras visitas turísticas a este punto ubicado a un kilómetro y medio de caminata por el monte, atravesando el lecho seco de un río y un paisaje sembrado de árboles de ceibo, varbasco, seca, palo santo, algarrobos, ébano e inmensos cactos que parecen recibirnos con un abrazo.

“Nosotros (los nativos) siempre habíamos recorrido esta montaña, pero no le habíamos prestado mucha atención a este círculo de piedra. Ahora los arqueólogos dicen que es antiquísimo, posiblemente de la cultura Guancavilca, y que quizás marque algún tipo de cementerio o lugar de adoración de la antigüedad”, dice Lino sobre ese punto que impresiona por contar con 24 rocas en círculo, el cual está dividido por diez rocas que lo atraviesan en línea recta.

Los visitantes han quedado sorprendidos por este escenario que refleja un misticismo singular, tanto así que en los últimos meses ha atraído la atención de chamanes que allí han realizado ceremonias sagradas, “para recargar energías y purificarse”, dice Lino.

Tanto es el atractivo de este punto que el Ministerio de Turismo se ha comprometido a desarrollar un sendero con mayores facilidades, menciona el presidente de la comuna, quien nos explica que existe un segundo camino agreste por explorar en las cercanías de Sacachún.

Esa ruta lleva al cerro Las Negras, al mismísimo lugar donde se cree encontraron a San Biritute. Para llegar hay que recorrer unos 20 kilómetros en la vía a la comuna Juntas del Pacífico, para luego caminar unos 5 kilómetros por la montaña.

Esa aventura podría tardar de dos a tres horas de excursión, lo cual indica que el viajero está invitado a permanecer cada vez más tiempo en Sacachún y sus inmediaciones. Aunque hay quienes prefieren llegar solo para visitar a San Biritute y retomar la vía a la costa.

Así le ocurrió a Katherine Pazos, quien llegó con sus cuatro hijas a conocer el monolito. “Quería que ellas lo viesen, que sepan la clase de historias y tradiciones que existen en nuestros pueblos”.

Esa es otra de las motivaciones que invitan a recorrer los nuevos caminos de Sacachún.

Contacto: Francisco Lino, (08) 695-0533.

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