Cancún profundo

27 de Octubre de 2013
  • Las esculturas humanas son en tamaño natural.
  • Niños dentro de la composición La Evolución Silenciosa, formada por docenas de otras figuras.
  • La Jardinera de la Esperanza es una de las piezas más conocidas.

Bajo las aguas cristalinas de la costa oriental de México reposa un museo diferente. Sus protagonistas son esculturas humanas, a tamaño real, que representan escenas de la cotidianidad contemporánea.

El Parque Marino de Cancún-Isla Mujeres es una de las zonas marinas más visitadas en el mundo, con más de 750.000 turistas anuales, muchos de los cuales son buzos y snorkelers que con su presencia habían provocado un impacto negativo en los arrecifes naturales subacuáticos.

Tal situación provocó que en diciembre del 2009 naciera el llamado Museo Subacuático de Arte (MUSA) en las aguas que rodean Cancún, el cual se ha convertido en un atractivo turístico insólito que combina arte, sociología y protección del medio ambiente.

El proyecto fue fundado por Jaime González Cano, director del Parque Marino Nacional; Roberto Díaz Abraham, entonces presidente de Asociados Náuticos de Cancún; y Jason deCaires Taylor, escultor inglés y actual director del MUSA. Este artista hoy suma más de 500 esculturas en este escenario submarino de 420 m² de sustrato estéril (para ubicarlas no se depredó el fondo marino) con un peso de más de 200 toneladas.

El museo forma parte de una compleja estructura de arrecifes artificiales que favorece la colonización de la vida marina, al tiempo que promueve la recuperación de los arrecifes naturales en otras zonas, ya que alivia la presión ejercida sobre ellos al ofrecer a los turistas un sitio alternativo que absorba las visitas.

Las esculturas, que están compuestas de materiales ecológicos amigables con el entorno, muestran escenas cotidianas que promueven una visión de la sociedad actual, como el Inertia, que exhibe un hombre con sobrepeso mirando la televisión; Hombre en llamas, con coral plantado que asemeja flamas saliendo de su cuerpo como un mensaje por la ecología, o La Jardinera de la Esperanza, una niña con vasijas de coral vivo en el que habitan varias criaturas marinas.

Otros artistas que tienen esculturas en el MUSA son Enrique Miralda, con La Cruz de la Bahía; Roberto Díaz Abraham, con La Musa del Océano; Karen Salinas Martínez, con tres marcos que parecen de pinturas; Salvador Quiroz, con la obra Tortuga, y Rodrigo Quiñones, con cinco piezas del Biomapa (similares a los continentes de un mapamundi).

A cinco años de su creación, el Museo Subacuático de Arte de Cancún (MUSA) ha logrado que más del 40% del tiempo que disfrutan los visitantes en los arrecifes naturales lo dediquen a admirar las esculturas subacuáticas, con lo que se ha reducido el impacto en el área protegida.

Recientemente se ha sumergido una nueva serie de esculturas en el área Nizuc. Las nuevas piezas de Jason deCaires Taylor están diseñadas para permitir una propagación coralina total y para filtrar los nutrientes del agua.

Además, MUSA tiene una nueva sala de exposiciones “en seco”. Situada en el segundo piso de la plaza Kukulcan, en el centro de la zona hotelera de Cancún, ofrece entrada libre e incluye numerosas esculturas, imágenes y películas relacionadas a la vida marina.

Todos estos detalles permiten afianzar el éxito de esta iniciativa que cumple múltiples propósitos para beneficio del turismo y, en mayor parte, de la vida subacuática de esta zona del planeta. (M.P.)

Fuentes: www.musacancun.org, www.cancun.travel, www.lareserva.com

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