Navegante de alegrías

06 de Julio de 2014

El kayakista argentino-ecuatoriano César de Cesare está actualmente entrenando cada mañana en el estero Salado de Guayaquil para cumplir en agosto un viaje muy importante que lo llevará a Rusia para participar en el Campeonato Mundial Sénior de Canotaje.

Esa será una experiencia de alta competencia  internacional, lo cual resulta un propósito muy distinto al cumplido en febrero anterior cuando -para feliz descanso de su cuerpo y de su espíritu- viajó con su familia para relajarse entre los paisajes costeros de la provincia de Santa Elena.

“Fue un fin de semana de descanso con mi esposa, mis hijas, mi hermana, la familia de mi cuñada.  Nos alojamos en unas cabañas cerca de un mirador con una vista fantástica hacia el océano”, comenta el deportista, quien ha ganado varios galardones internacionales en canotaje para nuestro país.

Así pasaron dos días de paseo que los conectaron con los paisajes oceánicos de esta zona natural en las cercanías de Ayangue, pasando momentos especialmente agradables en lo alto del acantilado donde despegan los parapentes en la comuna de San Pedro, aunque confiesa que no se animaron a emprender ese vuelo.

“Por un caminito bajábamos a la playa, nos metimos al agua y navegamos en un pequeño bote que llevamos. Por la tarde hicimos un asado, tomamos unos mates, contemplamos el atardecer. Pasamos un gran momento”, dice César, quien disfruta recorrer los paisajes de nuestro territorio nacional.

“Nos gustan la Costa y la Sierra. En ocasiones vamos a la playa y otras a las montañas, como el Chimborazo. Nos agrada la naturaleza y el Ecuador tiene muchos destinos así”, dice César, quien conoce ciudades como Cuenca, Quito, Ibarra y Tulcán, entre muchas otras.

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