El rostro de Indonesia

02 de Septiembre de 2012

Existe una ley en el mundo de los surfistas: los habitantes locales siempre tienen el privilegio de montar las mejores olas en los sitios más convenientes.

Así indica el guayaquileño Andrés Fernández, quien ha observado que, a pesar de ello, hay quienes llegan a los balnearios e irrumpen en los mejores sectores sin ninguna consideración a los pobladores. “Eso es una falta de respeto”, señala este deportista que ha sido seis veces campeón nacional de surf.

Pero Andrés a menudo se gana los privilegios de los locales, ya que cuando viaja a algún destino de playa gusta de departir con los habitantes. “Así conoces a los surfistas, te haces amigo, te aceptan y te brindan los espacios. Pero principalmente lo hago porque me gusta conocer las culturas de otros pueblos”, dice este deportista, quien en junio anterior lanzó la campaña internacional Granito de Arena, que apunta a concienciar sobre el plástico arrojado en las playas y mares del mundo.

Con su devoción a las personas y los mares, Andrés ha visitado Indonesia en cinco oportunidades.

“Me gustan mucho sitios como la isla de Bali y la cercana bahía de Grajagan (Java Oriental), lugares muy famosos para el surf”, indica.

Igualmente gusta del archipiélago de Mentawai. “En esa zona es curioso que mayormente tienen los mismos nombres. Al primer hijo suelen llamarlo Wayan o Gede (Iluh para mujer), al segundo Kadek o Nengah, al tercero Nyoman o Komang y al cuarto Ketut (estos últimos son unisex). El quinto se vuelve a llamar Wayan, y así sucesivamente”.

Andrés define a Mentawai como imagina sería el País del Nunca Jamás, de Peter Pan, “con infinidad de rocas e islotes que puedes bordear completamente en barco en diez minutos, contemplando un paisaje volcánico lleno de colores que se reflejan en el océano”, refiere este surfista, que destaca la gran amabilidad de los indonesios. “Siempre viajo con camisetas de Galápagos para regalarlas como una cortesía a gente en los países que visito. Ellos quedan encantados con el detalle y siempre me tratan como si fuera de la casa”.

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