Vida animal: La mosca y los pinzones

Por Paula Tagle
04 de Marzo de 2012

Cada pinzón de Darwin tiene un pico característico, que es su herramienta para alimentarse. También es instrumento de “amor”... ¿Y qué tal si se les tuerce? Los sonidos saldrán tergiversados...”.

¿Qué sabemos nosotros del gusto musical de los pinzones? Los científicos han deducido que pico chueco, tonada distinta, por tanto, menor éxito reproductivo. Y eso es solo un ejemplo de cómo detalles aparentemente insignificantes determinan la vida de una criaturita alada. Además, las hembras de patas largas, eligen machos de patas largas, porque puede estirarse al hacer sus nidos, acomodar las ramas con mejor “vista” y mayor espacio.

Los pinzones de patas cortas construyen nidos más compactos, y las patuchitas pinzonas así los prefieren. Sin embargo parece que los patuchos llevan las de ganar en la guerra contra un nuevo invasor: la mosca Philornis downsii. En nidos densos habrá menos posibilidad de parásitos.

Porque a partir de 1997 se ha observado que el numero de aves terrestres en las islas decrece vertiginosamente; y se cree que una de sus causas es la presencia de Philornis, posiblemente introducida en los años sesenta, pero con impactos devastadores reconocidos a partir de los noventa. Las moscas adultas no son el problema. Comen frutas, y su favorita, la papaya, acompañada con cerveza y leche en polvo.

Al principio no entendíamos por qué científicos de la Estación Darwin apilaban cosas podridas, muy desagradables a la vista y olfato; era para averiguar sobre las preferencias de la mosca, atraerlas y estudiarlas. El problema para las aves terrestres son las larvas de Philornis downsii que tardan hasta 18 días en convertirse en pupas, y durante todo ese tiempo devoran los tejidos, especialmente de las fosas nasales de un total de diecisiete especies reportadas en al menos doce islas.

La mortalidad asociada a infestaciones de Philornis va del 16% al 37% en el estudio del pinzón de tierra de pico mediano y del 40% al 100% en la comparación de otras 6 especies.

Si el pinzón logra sobrevivir a la larva, igual queda marcado para el resto de su vida con un pico torcido, es decir, inhabilitado de cantar su balada de amor.

Algunos padres pinzones han aprendido a desparasitar a sus polluelos, e incluso se alimentan de la larva. No sabemos de qué depende que un nido se salve, si del número de crías, del tamaño del nido o de condiciones ambientales.

Tampoco se ha descubierto cómo erradicar esta plaga. Se propone el control biológico, introduciendo una avispa que se alimenta de Philornis exclusivamente, pero es necesario estudiar los posibles impactos, y esto puede llevar hasta cinco años. Otra opción es sintetizar la feromona del amor de la mosca malvada, que permita capturarlas en masa. Se podría también esterilizar algunos machos y liberarlos de tanto en tanto para poco a poco ir disminuyendo la población. Toma tiempo, dinero, dedicación; mientras tanto, Philornis downsii sigue haciendo de las suyas y cada vez son más raros los pájaros brujos en Santa Cruz, los pinzones de mangle en Fernandina.

Siempre es mejor prevenir que arreglar, ¡si esto lo tuviéramos claro y dejáramos de traer especies del continente! Pero se siguen encontrando animales, plantas y comida camuflada en el equipaje de visitantes a las islas. ¿Qué esperamos para reaccionar?

nalutagle@yahoo.com

 

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