‘Vivió sus últimos días con dignidad’

16 de Diciembre de 2012

Hace cinco años enviudé. Mi esposo falleció de una enfermedad maligna. Se la detectaron en estado avanzado, los médicos nos dijeron que en su caso los medicamentos poco efecto le harían para salvarlo. Sufrí mucho al verlo porque sabía que me dejaría en cualquier momento.

Él, a pesar del dolor físico que sentía, siempre demostró a la familia mucha fortaleza para poder seguir adelante y enfrentar la realidad. No se dejó abatir, vivió sus últimos días con dignidad. A pesar de que no había medicina que le hiciera bien, aprovechó para alimentarse con lo que más le gustaba y decidió tomarse unas vacaciones en la playa para caminar por la arena o recibir el sol. Sin embargo, a pesar de ese maravilloso comportamiento, yo sufría internamente y cuando él murió me deprimí mucho. Aún recuerdo que tuve que buscar ayuda con un psicólogo que responde cartas en El Especialista para que me ayudara a encontrar fortaleza, lloraba todos los días, semanas, meses. Pero lo que realmente me ayudó a salir de mi depresión fue haber encontrado la paz con el Creador. Recé el rosario todos los días como mi esposo lo hacía en vida. Eso me dio la certeza de que él está en una vida mejor,  porque se preparó para su partida.
Rosa María,
Guayaquil

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