Niños y alimentos saludables

06 de Noviembre de 2016
  • Los adolescentes escogerán refrigerios más saludables cuando conocen que hay buenas prácticas detrás de alguna industria alimenticia.

¿Cómo fomentar hábitos alimenticios en los hijos pequeños y adolescentes? Explore tres formas de conversar con ellos y nunca olvide dar el buen ejemplo.

Para muchos padres, hablar con sus hijos sobre peso o alimentación es entrar a un campo minado. Peor todavía si, tras un estudio de la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, el cual reportó que un cuarto de los niños y adolescentes norteamericanos son obesos, la Academia Americana de Pediatría alertó que presionar a los menores a comer de forma saludable podría desencadenar en un desorden alimenticio.

Además, algunos padres no querrán reflejar sus propias preocupaciones de salud y apariencia al revisar las opciones de comida con los más jóvenes de sus casas. Otros, en cambio, podrían temer que cualquier comentario hacia los hábitos alimenticios de sus pequeños sean recibidos por ellos como críticas a su peso o a su aspecto. Entonces, ¿cómo hablar de este tema con ellos? A continuación, tres propuestas que podrían funcionar.

Ganancias y daños

Los jóvenes sí entienden que hay límites acerca de cuánto uno puede y debe comer. La doctora Hope Barkouki, nutricionista y presidenta del departamento de nutrición de la escuela de medicina de la Universidad Case Western Reserve, motiva a los padres a enseñarles a sus hijos que “la comida es un salvavidas para la salud”: cada alimento que uno escoge lo acerca o lo aleja de su bienestar físico.

Aunque la especialista nota que los alimentos altamente procesados pueden proveer de energía, los no procesados son los mejores para ello, porque además suplen al organismo de “vitaminas, minerales, componentes dietarios y agentes biológicamente activos con propiedades antiinflamatorias, inmunológicas que incluso ayudan a prevenir distintos tipos de cáncer.”

Algunos de los alimentos considerados pocos sanos pueden ser parte de la dieta, explica, siempre y cuando no acaparen el espacio de los alimentos nutritivos y esenciales que “promueven salud física y mental, y reducen el riesgo de enfermedades.”

Con los niños pequeños, las conversaciones deberían ser ligeras, pero siempre refiriéndose a una realidad biológica. Por ejemplo, podríamos decirles: “¿Verdad que las plantas siempre necesitan agua y sol para crecer? Pues los humanos también necesitan más que calorías para estar sanos. Un pequeño chocolate puede darte energía, pero si siempre usas esa fuente como combustible, eventualmente tus hojas se marchitarán. Una pera te da la misma cantidad de energía, sumado a nutrientes para tu salud”.

III Jornadas Médicas en el Omnihospital

Dr. Ernesto Guerra Farfán, Dr. Fabián Ramos Núñez.

Con el objetivo de elevar el nivel científico y académico del hospital Omnihospital, y como una plataforma para difundir los avances en las técnicas quirúrgicas en Guayaquil, la Unidad de docencia y la asociación de médicos de dicha casa de salud (AMOH) preparan sus jornadas médicas.

Es un evento anual abierto a todo el personal médico de esa institución y de otras casas de salud del país, cuyo ingreso es gratuito. En su tercera edición, las jornadas promueven el lema ‘Solidaridad ante el desastre’. Con ello los especialistas presentarán 65 trabajos científicos, en su mayoría relacionados con los pacientes atendidos por el terremoto del 16 de abril, explica el doctor Carlos Chiriboga, jefe de docencia del Omnihospital y traumatólogo y cirujano ortopédico. “Presentaremos un video del trabajo que hicieron los equipos de rescate integrados por médicos, enfermeras y paramédicos en la zona del desastre”, agrega. Todo esto acompañado de disertaciones en otros temas en diversas especialidades médicas. Chiriboga menciona la participación de dos conferencistas especialistas ecuatorianos que se han destacado en el plano científico internacional. “Uno de ellos en España, el doctor Ernesto Guerra, y el doctor Fabián Ramos, que viene de Florida”. El primero es cirujano ortopédico en el hospital universitario Valle de Hebrón (Barcelona), quien disertará sobre la fractura de pelvis y politraumatismos (miércoles 9). Ese simposio, además, rinde homenaje al doctor Eduardo Alcívar Andretta, también especialista en traumatología y director del hospital Alcívar, quien falleció en 2011. El segundo ponente expondrá sobre los nuevos modelos de negocio y la atención integral médica en los hospitales de Estados Unidos (jueves 10). Ramos también celebrará una conferencia bajo el tema ‘Dolor e intervencionismo’ (viernes 11) con base en su experiencia como anestesiólogo y especialista en terapia del dolor en el centro médico que lleva su nombre, Ramos Center. Al final del encuentro se premiará a los mejores trabajos científicos. El doctor Chiriboga también destaca el incremento de los trabajos con el año anterior: 40 en el 2015. En esa ocasión, el tema ‘Técnicas de abordaje miniinvasivo para cirugía valvular aórtica’, conducido por el cirujando cardiovascular Freddy Rodríguez, se otorgó el primer lugar de las jornadas.

Fecha: Del 9 al 11 de noviembre.

Horario: Miércoles, de 19:30 a 21:00; jueves, de 08:00 a 18:00 y de 19:30 a 21:00; y viernes, de 08:00 a 10:00.

Lugar: Auditorio del hospital (quinto piso).

Inscripciones e informes:

María de Lourdes Lucas, Telf.: 210-9000 ext: 7531.

Cuidado personal

Plantear la alimentación como una forma de cuidar por nuestra cuenta nuestro cuerpo alienta la independencia en los niños, e incluso aleja a los adultos de comidas peligrosas para su salud.

Las dietas de los niños reflejan lo que los adultos pueden proporcionarles, pero los adolescentes inevitablemente tienen más libertad para escoger otras opciones. Por lo que los jóvenes con anorexia disimularán qué ingieren y cuándo; en tanto que aquellos con sobrepeso, deseando bajar de peso, consumirán dulces como protesta por las dietas impuestas por sus padres.

Entonces, para fomentar esa actitud de cuidarse a ellos mismos, podemos enseñarles a los niños y adolescentes a sintonizar sus apetitos para determinar cuánto comer. En la mesa familiar siempre debe haber tiempo para preguntar “¿tienes hambre?”, “¿cuánta hambre tienes?” y “¿aún tienes hambre o ya estás satisfecho?”.

También podemos recordarles a los niños que consumir comidas nutritivas es un componente clave para el cuidado personal. Si la conversación lo permite, y es necesario, podemos hacerles sugerencias de este tipo: “comer dulces en el desayuno es muy pesado para tu cuerpo, así que como te quiero ayudar a cuidar tu cuerpo, ¿te parece si mejor te cocino un huevo?”.

Si los niños o los adolescentes comen muy poco, o mucho, o no lo suficientemente nutritivo, podemos alertarlos de que no están siendo justos con sus cuerpos y ayudarlos en sus esfuerzos por cuidarse. Si lo anterior fracasa (lo que puede llegar a suceder), busque la orientación de un pediatra o un nutricionista que pueda guiarlos.

Más allá de ellos mismos

Los padres también pueden empujar a los niños y adolescentes hacia opciones más saludables refiriéndose a los impactos más amplios resultantes de lo que uno escoja comer. Por ejemplo, podemos señalar que comer una fruta entera deja una menor huella en el medio ambiente que elegir un refrigerio hecho en una fábrica, con endulzante artificial y con varias capas de empaques.

Muchos de los intentos para mejorar las dietas de los menores fracasan porque la gratificación de consumir comida chatarra llega más rápido que los beneficios a la salud física de los otros alimentos. No obstante, vincular las decisiones en cuanto a la comida con propósitos altruistas puede aumentar las posibilidades de cambiar el comportamiento. Por tanto, tomar una decisión con un impacto social invaluable le otorgará una satisfacción inmediata con ellos mismos.

Asimismo, un nuevo estudio mostró que los adolescentes responden mejor a cuestiones relacionadas con la salud si incluyen un mensaje de justicia social. Ellos escogen refrigerios más saludables cuando conocen, por ejemplo, que hay prácticas manipulativas atrás de las industrias alimenticias. Es una forma de mostrarse más autónomos, cuando se sienten parte de una causa.

Por último, vale destacar que conversar sobre las opciones de alimentos solamente es uno de los mecanismos que hay para moldear lo que los niños comen. De hecho, la investigación en este tema consistentemente ha demostrado que lo que los chicos consumen coincide con lo que comen sus padres, tanto en calidad y cantidad. Si bien es cierto que existen barreras económicas y logísticas que limitan las mejores opciones nutritivas, los padres que pueden escoger alimentarse de la forma más apropiada deberían reforzar esos hábitos en su hijos siendo su modelo a seguir.NYT

Balance entre bueno y malo

Algunos de los alimentos considerados poco sanos sí pueden estar en la dieta, explica la nutricionista Barkouki, siempre y cuando no acaparen el espacio de los esenciales que “promueven salud física y mental, y reducen el riesgo de enfermedades”.
 

Sea el ejemplo

Lo que consumen los chicos coincide con lo que comen sus padres, en calidad y cantidad. Los padres que pueden escoger alimentarse de la forma más apropiada deberían reforzar esos hábitos en sus hijos siendo su modelo a seguir.
 

 

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