El insomnio en la vejez

26 de Febrero de 2017
Jane E. Brody | NYT

El insomnio es como un ladrón que llega en la noche y despoja a la gente de un necesarísimo sueño reparador, en especial a las de más de 60 años.

Las causas del insomnio son muchas y aumentan en número y gravedad con la edad. Empero, ese problema suele ser pasado por alto en los exámenes de rutina, lo que no solo disminuye la calidad de vida de las personas de edad, sino también puede provocar o agravar trastornos físicos y emocionales, por ejemplo, síntomas de pérdida cognoscitiva.

La mayoría experimenta amnesia episódica, es decir, noches en las que el cuerpo parece haber olvidado cómo dormir el número requerido de horas, si es que duerme algo. Por angustioso que puede parecer ese problema en el momento, palidece en comparación con los efectos que padecen aquellos para quienes el insomnio –la dificultad de conciliar el sueño y de permanecer dormido, así como el despertarse demasiado temprano– es un asunto de todas las noches.

Un estudio llevado a cabo en 1995 por investigadores del Instituto Nacional de la Edad con más de 9.000 personas de 65 años y más que vivían en tres comunidades reveló que el 28% tenía problemas para conciliar el sueño y 42% presentó dificultad tanto para quedarse dormido como para mantenerse dormido. Pero en la actualidad, cuando millones de personas pasan el tiempo previo a dormirse mirando pantallas electrónicas que pueden perturbar el ritmo biológico del organismo, esas cifras probablemente sean mucho más altas.

El insomnio, advierte el Dr. Alon Y. Avidan, “es un síntoma, no un diagnóstico”, por lo que puede ser la clave de problemas de salud generalmente tratables y que, de persistir, deben ser tomados muy en serio. Avidan es director de la clínica de sueño de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Insomnio transitorio

Dura menos de un mes y puede ser causado por un problema temporal en el trabajo o una enfermedad aguda. Es seguido por el insomnio de corto plazo, que dura de uno a seis meses y puede surgir por una crisis financiera personal o por la pérdida de un ser querido. Varios meses de insomnio son bastante angustiosos de por sí, pero cuando se vuelve crónico, cuando dura más de seis meses, puede causar graves trastornos físicos, emocionales y sociales.

Además de la excesiva somnolencia durante el día, que puede ser peligrosa en sí misma, Avidan señala que el insomnio crónico “puede perturbar el intelecto, obstaculizar el conocimiento, causar confusión, provocar retardos psicomotores y aumentar el riesgo de sufrir lesiones”. Comprensiblemente, suele ir acompañado de depresión, ya sea como causa o resultado del insomnio persistente. Si no se trata, el insomnio también eleva el riesgo de sufrir caídas y fracturas, como demostró un estudio con residentes en casas de asistencia.

Acompañantes del insomnio

En el llamado insomnio primario hay un problema que ocurre solamente durante el sueño, como la apnea obstructiva de sueño, el síndrome de la pierna inquieta (que aflige de 15 a 20 adultos de edad avanzada), movimientos periódicos de las extremidades o la tendencia a actuar físicamente en los sueños, que puede ser uno de los primeros síntomas del mal de Parkinson.

A menos que su compañero de cama se lo señale, las personas con trastornos de insomnio primario pueden no saber por qué se perturba su sueño. Para hacer un diagnóstico adecuado generalmente se requiere un estudio profesional del sueño, para lo cual la persona pasa una o dos noches en un laboratorio, conectada a instrumentos que registran la respiración, el ritmo cardiaco, la presión arterial, los movimientos del cuerpo y el tiempo pasado en las diversas fases del sueño.

MANTÉNGASE ACTIVO, CUIDADO CON LAS SIESTAS

“En general, el adulto mayor experimenta frecuentes despertares por la noche y a primeras horas de la mañana, razón por la cual existen mayores posibilidades de que tomen varias siestas durante el día”, explica el neuropsiquiatra Eduardo Santillán Sosa. Esas variaciones, en vez de ayudarlo a compensar la falta de sueño nocturno, pueden resultar en que usted tenga un menor nivel de alerta y atención, cambios de humor e incremento del riesgo de caídas.

El sueño intermitente causa que usted sienta constante fatiga o malestar general, dificultad para generar atención, concentración y memoria, hasta cambios de carácter, problemas en las relaciones sociales y laborales y poca motivación e iniciativa. La tensión muscular va acompañada de dolor de cabeza, preocupación, obsesiones o miedos. El manejo de vehículos, maquinaria o herramientas se ve especialmente afectado.

¿Qué circunstancias agravan esta tendencia natural? No haberse acoplado a esta nueva etapa de la vida. Puede ser que la jubilación, desempleo o reducciones en la situación económica o de salud lo desubiquen, hace constar Santillán. “La viudez es otra situación de alteración emotiva, así como la fractura matrimonial, aunque la pareja viva bajo el mismo techo”. (D.V.)

Factores externos

El otro tipo de insomnio, el secundario, es más común y es consecuencia de un problema médico o psiquiátrico. También puede ser efecto secundario de medicamentos o estar causado por factores ambientales, como el consumo a destiempo de cafeína, alcohol o nicotina, o por hacer siesta en el día. Puede deberse también a perturbaciones ambientales, como el desfase horario y el exceso de ruido o de luz en la habitación, en especial la luz azul de los dispositivos electrónicos.

Entre los muchos padecimientos médicos que pueden causar insomnio están la falla cardiaca, el reflujo gastroesofágico (agruras o acidez estomacal), enfermedad pulmonar, artritis, mal de Alzheimer e incontinencia. Cuando se trata el padecimiento causante, se puede aliviar el insomnio.

Sin importar las razones del insomnio, este puede convertirse en una conducta aprendida, cuando existe la angustia de tener dificultades para caer dormido o para volver a dormir después de despertarse a medianoche. La persona puede pasar horas despierta, dando vueltas en la cama, preocupada por no poder dormir. Y la ansiedad misma le impide dormir.

Mientras más nos inquietemos por la dificultad para dormir, esta será peor. Cuando me llego a despertar en las primeras horas de la madrugada y no puedo volver a dormir, por lo general me levanto y hago algo útil, que me quita la maldición del insomnio. Si me preocupa olvidar algo importante, lo escribo en una libreta que tengo junto a la cama, cuidando de no prender las luces. (Una luz brillante en medio de la noche puede reiniciar el reloj biológico; si usted se levanta en la noche para ir al baño, use una luz nocturna, una lamparita enchufada en un tomacorriente cerca del suelo.)

Las causas no médicas del insomnio generalmente pueden tratarse satisfactoriamente siguiendo una buena higiene de sueño, concepto elaborado por Peter J. Hauri, especialista del sueño en la Clínica Mayo. Eso significa limitar las siestas a 30 minutos al día, de preferencia temprano en la tarde, evitar estimulantes y sedantes, evitar comidas pesadas y reducir al mínimo los líquidos de dos a tres horas antes de irse a acostar, hacer diariamente un ejercicio moderado, de preferencia en la mañana o temprano en la tarde, exponerse lo más posible a la luz brillante durante el día y lo menos posible en la noche, crear condiciones agradables para dormir e irse a la cama solo cuando se empiezan a tener ganas de dormir.

¿HORA DE UNA MUDANZA?

Eduardo Santillán también menciona como desencadenante del insomnio una situación que muchos adultos mayores experimentan: la mudanza a un espacio que resulta muy diferente a su residencia anterior.

Es posible que usted o sus familiares piensen que lo mejor es encontrar un nuevo hogar, más cómodo o más pequeño, para pasar la vejez; el cambio también puede ser obligado por dificultades económicas o por la imposibilidad de encontrar cuidadores o acompañantes.

Pero esto coincide con que en la tercera edad se suele ser muy sensible a los cambios, como expone el psiquiatra Álvarez . “La persona norma sus conductas de acuerdo a su habitación”. Los cambios de temperatura, iluminación, ubicación del mobiliario o rutina producen desadaptación y el síntoma del insomnio. Esta es una de las consecuencias más comunes de viajar o estar internados por varios días en un centro de salud, por ejemplo, por lo que estos procesos requieren, idealmente, un abordaje psicológico. “Tratar de mantener un espacio y condiciones parecidas a las que tenían en casa resuelve en gran medida el problema, y así no hay necesidad de usar medicamento o se emplean dosis mínimas”. (D.V.)

Ni alcohol ni pastillas

Mucha gente equivocadamente recurre al alcohol para ayudarse a dormir. Si bien puede ayudar a quedar dormido en un principio, produce un sueño fragmentado e interfiere con los ciclos de movimientos oculares rápidos, advierte Avidan, entre otros.

Para quienes sigan requiriendo ayuda con el insomnio, la terapia conductual cognoscitiva ha resultado muy efectiva en ensayos clínicos, aunque puede ser difícil encontrar un especialista en ciertas zonas.

Las pastillas para dormir pueden ser problemáticas, especialmente para gente de edad que es más sensible a sus efectos secundarios, entre ellos, la resaca del día siguiente. Incluso los medicamentos de corta acción pueden tener efectos secundarios.

Los remedios de venta libre pueden ser una alternativa, como la melatonina y la valeriana, cuya eficacia está apuntalada más en evidencias anecdóticas que en investigaciones. El cerebro produce melatonina, la hormona natural de la somnolencia, en reacción a la oscuridad.

También existen algunos alimentos que pueden ayudar, como el plátano, las cerezas, los kiwis, la avena, la leche y el té de manzanilla, aunque la evidencia de su eficacia también es meramente anecdótica. Una amiga me dijo que resolvió un prolongado problema de sueño comiendo un plátano dos horas antes de irse a dormir.

Alternativas para dormir mejor

El médico psiquiatra Amaury Álvarez Dieguez, quien trabaja con los residentes del Hogar Corazón de Jesús, en Guayaquil, recomienda fuertemente la no utilización de somníferos sin prescripción. “Alteran el ritmo normal del sueño. La persona de la tercera edad debe tener 7,5 horas de sueño ininterrumpido (a diferencia de las 15 de la infancia y 10 de la adolescencia); cuando usted utiliza horas del día para dormir, le resta lugar a las horas habituales”.

Y si para compensarlo ingiere un medicamento, en realidad se está arriesgando a acelerar el deterioro cognitivo.

¿Qué hacer, entonces para lograr entrar en reposo? Busque alternativas naturales: pueden ser técnicas de relajación, como un ejercicio respiratorio (no actividad estimulante), una habitación cómoda, música a bajo volumen (sin audífonos ni dispositivo móvil de por medio), una bebida aromática sin azúcares, un ritual de acuerdo con la creencia, lectura si es su costumbre.

Y trate de utilizar el día en otras actividades, no se quede en la cama. “Nunca se vaya a la cama tratando de buscar el sueño en ella, sino que acuéstese ya relajado y preparado para dormir”. (F)

Mujeres duermen mejor

Las mujeres son quienes más se lamentan de variaciones del sueño, aunque ellas son las que menos las padecen; en la edad avanzada, el sueño de los hombres se deteriora, pero el de ellas se mantiene relativamente mejor.
 

Mientras usted no duerme

El sueño reducido (no es lo mismo que insomnio) parece producir los mismos cambios fisiológicos que el estrés. La OMS sugiere que enfermedades como diabetes, enfermedad cardiovascular y fatiga crónica se aprovechan de esta deficiencia.
 

 

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