Dolor ciático en jóvenes

22 de Enero de 2017

El dolor lumbar que se proyecta a las extremidades inferiores puede presentarse incluso antes de los 30 años.

A los 25, Nadia pasó algunas noches sin dormir por el dolor intenso que avanzaba desde la parte baja del glúteo izquierdo hasta la planta del pie. Para recuperarse tuvo que hacer terapia física y medicación. “Sin embargo, creo que me quedó como lección cuidar la postura y seguir lineamientos para inclinarme correctamente al hacer cosas como atarme los zapatos y cepillarme los dientes. El dolor vuelve por momentos, pero ahora ya sé qué ejercicios debo hacer para aliviarlo”.

Ella experimentó dolor lumbociático, que se diferencia de la lumbalgia en que el dolor no se queda bajo la cintura, sino que se extiende a la pierna y al pie. La buena noticia es que la mayoría de los pacientes puede curarse completamente, con medidas médicas conservadoras, y luego hacer su vida completamente normal, incluyendo deporte. 

¿Por qué una persona joven puede tener una enfermedad del nervio ciático? Por malas posturas, posiciones incorrectas para trabajar o levantar objetos, enumera el doctor Carlos Chiriboga Accini, médico traumatólogo.

“Esto, sumado a un componente de estrés, hace que la columna vertebral empiece a tener inflamaciones y contracturas, que llevan a un aumento de presión sobre los discos intervertebrales”.

En otros casos, la falta de ejercicio contribuye a la rigidez y a la obesidad, causantes de contracturas, inflamaciones y aumento de presión sobre los discos. Estas estructuras vertebrales, afirma Chiriboga, pueden comprimir la salida de las raíces que conforman el nervio ciático y provocar dolor o parestesias (adormecimientos), según qué raíz sea la afectada: la del muslo, pierna o pie. Generalmente es solo de un lado del cuerpo (en el 95% de los casos).

Buscando la causa

Hay que tener en cuenta que la lumbalgia o la ciática no son en sí el diagnóstico ni la enfermedad, sino síntomas de condiciones subyacentes, que se describen sobre todo en personas sedentarias o en aquellas que realizan trabajos de gran esfuerzo, como señala el traumatólogo y ortopedista Henry Zapata Pinos.

La edad promedio de comienzo del dolor es 55 años, y este suele estar relacionado con factores psicosociales: “Estrés, ansiedad, depresión y tensión emocional, problemas cardiovasculares, tipo de trabajo (como conducir vehículos pesados en jornadas prolongadas).

Pero las razones del dolor ciático y problemas lumbares no terminan allí. En las mujeres puede deberse a inflamaciones pélvicas, intestinales y gástricas.

“A lo largo de la columna tenemos la cadena ganglionar simpática, que tiene terminaciones nerviosas hacia la columna vertebral y la pelvis”, dice Chiriboga. “Si están inflamados los ligamentos pélvicos, esto puede desestructurar la curva natural de la columna y provocar dolores de espalda”.

En este punto, Zapata detalla que el dolor puede deberse a procesos urológicos, problemas pélvicos, uterinos, anexiales y abdominales, “como úlceras pancreáticas, tumores y cólicos biliares, o a procesos vasculares como aneurismas y trombosis mesentéricas”. Existen, además, condiciones que simulan la ciatalgia, como la sacroileítis (inflamación de una o ambas articulaciones sacroilíacas) y el síndrome de músculo piramidal”.

Por esto, señala Chiriboga, es muy importante examinar los pies, las rodillas, la pelvis, la columna lumbar y cervical y cualquier área donde exista inflamación crónica. A más de eso, “muchas cicatrices de operaciones previas pueden causar una interferencia en la función normal de la columna vertebral”.

Propensos en la juventud

En Claudia, el dolor de cintura empezó a los 24 años. “Era aleatorio y cosa de un día. Llevaba tiempo haciendo pilates y esto me ayudó; sin embargo, hace un año sucedió que si dejaba de hacer ejercicio durante 3 días, el dolor regresaba con intensidad”. Durante un feriado sin pilates, en que tuvo que subir las compras del supermercado al cuarto piso donde vive, el dolor se volvió insoportable al estar sentada, acostada o de pie. La causa era una hernia discal.

El medicamento y la natación la ayudaron a superar el dolor, pero no el adormecimiento de las piernas (parestesia). Agotada, preguntó a su médico por qué tenía tantos problemas siendo joven (en las articulaciones de la columna, rodillas y pies), y encontró una respuesta: hiperflexibilidad o hiperlaxitud, que afecta al 10-20% de la población, y la hace propensa a desalineamientos, además de estar relacionada con la ansiedad.

Otra de las dudas de Claudia es que sus dolencias sean hereditarias. “No existe evidencia de que las hernias discales lo sean, pero sí hay factores que permiten su desarrollo”, dice el doctor Zapata, y uno de ellos es la hiperlaxitud o excesiva elasticidad de las articulaciones, músculos, cartílagos y tendones” (una aparente ventaja, pero posterior problema para gimnastas y bailarines). Para estas personas lo aconsejable es evitar riesgos de lesiones, y en caso de tener un accidente, apegarse al programa de rehabilitación y al chequeo continuo. “La natación es el mayor ejercitador de las articulaciones, en especial de las facetas articulares vertebrales, las primeras en lesionarse y las que mejor debemos cuidar”.

¿Qué le indicará el médico?

1.  Reposo absoluto para bajar la inflamación. Pero no solamente en la columna, sino en todo el cuerpo. “Muchas veces vivimos permanentemente intoxicados e inflamados y eso nos lleva a una cantidad de problemas de columna vertebral. Un reposo de 48 a 72 horas puede resolver un gran porcentaje del problema”, dice Chiriboga.
2.  Medicación y terapia dirigidas a bajar las presiones y contracturas e inflamación en la zona lumbar. “La terapia puede consistir una serie de infiltraciones en la zona del problema; también hay otras que funcionan muy bien y sin efectos colaterales ni eventos adversos: acupuntura, osteopatía, magnetoterapia, terapia ortomolecular, láser y fisioterapia en general. Todas son no invasivas, no quirúrgicas, conservadoras, capaces de resolver el 93% de los casos de ciática o hernia discal”, afirma Chiriboga.

¿Cirugía o terapia tradicional?

La primera opción no es posible para todos. En los pacientes con cuadros de ansiedad y depresión, asociadas al dolor recurrente, la cirugía es poco aconsejable, considera Chiriboga, y más bien necesitan el apoyo psicológico y nutricional y las correctas medidas antiinflamatorias. “En ellos van muy bien las terapias tradicionales o alternativas, como la acupuntura, el masaje, la osteopatía, la magnetoterapia, para que puedan librarse del dolor e inflamación de la forma más natural y segura”. (D.V.) (I)

“La natación es el mayor ejercitador de las articulaciones,  en especial de las facetas articulares vertebrales, las primeras en lesionarse y las que mejor debemos cuidar”, Henry Zapata Pinos, traumatólogo y ortopedista

NERVIO CIÁTICO

Es el nervio más grande del cuerpo, del grosor del dedo pulgar. Lleva toda la información de las últimas raíces de la médula espinal hacia la pierna y el pie. Puede ser comprometido, inflamado y presionado por diferentes causas, y producir dolor, debilidad, entumecimiento, ardor u hormigueos en la pierna. La hernia discal es la principal causa de dolor ciático en el mundo. El doctor Carlos Chiriboga explica que el disco que se encuentra entre dos vértebras sufre un aumento de presión, y eso hace que el núcleo del disco busque escapar, rompa las fibras del disco y empiece a salir de su sitio. “Al salir se va a encontrar con las raíces que forman el nervio ciático, y empieza el problema. Cuando el núcleo ha salido completamente del disco, es necesaria una intervención quirúrgica: radiofrecuencia, nucleoplastia o incluso extirpación quirúrgica de la hernia”.

 

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