Comunicación en crisis médica

25 de Diciembre de 2011
Sheyla Mosquera de Calderón

Todo paciente que está hospitalizado de gravedad debe conocer su estado de salud en el momento oportuno, al igual que sus familiares. Pero   ¿tienen los médicos prudencia para expresarlo?

Tener a un ser querido en un quirófano, en terapia intensiva o en una habitación conectado a sondas o a una mascarilla con oxígeno genera especialmente en la familia un ambiente de angustia.

Tal situación hace que el familiar esté a la cacería de los médicos para que informen qué tiene realmente el enfermo y escuchar de ellos una respuesta alentadora. Pero, en ocasiones, el impacto es mayor cuando algunos profesionales son fríos, crudos y directos al dar el diagnóstico, a diferencia de otros que tienen tino y son misericordiosos.

El cardiólogo Mario Pinto Rojas refiere que la comunicación entre el médico, el paciente y la familia se la debe manejar bajo ciertos criterios como los estados emocionales, personales e incluso religiosos de los involucrados.

Existen pacientes, por ejemplo, ansiosos de saber qué tienen después de que han salido de un cuadro agudo; otros, que estando conscientes de que padecen una enfermedad prefieren ignorarla, engañándose de que están sanos. Mientras que algunos quieren saber qué tan grave es su problema para luchar por su vida o determinar qué pueden hacer por los suyos.

Simultáneamente están los familiares, agrega Pinto.  Algunos dependen económica y emocionalmente del paciente y otros son más fuertes y desean conocer cómo va a comportarse la enfermedad con el pasar del tiempo. Por ello, agrega, antes de explicarles sobre el estado del enfermo, poco a poco se los va calmando, con pequeñas dosis de información.

Dar la noticia

El doctor Fernando Pólit Zambrano, cirujano cardiotorácico, considera que en caso de estar frente a una enfermedad maligna u otra que tendrá implicaciones graves en el paciente, se procede  primero a informarle al familiar más íntimo sobre el estado y luego al afectado.

Pero ¿quién debe decírselo al enfermo? Él considera que la responsabilidad es del médico, guardando la debida distancia en cuanto a su personalidad; pero si la familia desea hacerlo, está bien.

“Yo prefiero decirle al paciente lo que tiene con la verdad y con amor. Una verdad dicha sin este es como darle una bofetada”, asegura Pólit.

También, dice, hay que tener misericordia y respetar sus sentimientos. Él tiene suficiente con estar enfermo acostado en una cama como para destruir la poca esperanza de sanarse o afectarlo más psicológicamente.

El médico Ukles Vera Osorio concuerda con Pólit, es muy importante tener mucho tino al decirle a un enfermo que padece una enfermedad grave o de mucho cuidado, porque ayuda a sobrellevar mejor el problema y a la toma de futuras decisiones.

Pero  si se la comunica de manera álgida o fría, dice, es como eliminar en el paciente la esperanza que tiene de salir adelante e incluso a veces requieren hacer terapia con el psicólogo o psiquiatra.

Pólit asegura que la manera de dar el diagnóstico o pronóstico a un paciente e incluso a la familia depende de la personalidad de cada médico. Es algo que no se aprende en la universidad.

Además cree que “una mala noticia siempre debe estar seguida de una que sea esperanzadora, porque hay formas de tratamiento que aunque en algunos casos no curan, sí mejoran”.

Pinto considera que todo paciente que ha sufrido una enfermedad grave, como por ejemplo, un infarto cardiaco,  cerebral u otra, necesita serenidad y apoyo emocional. Por eso no conviene que se acerquen a él familiares o amigos llorando o con la mirada perdida, como diciéndole “aquí vengo a darte tu último adiós”.

También considera que los médicos u otro personal de la salud debe tratar al paciente como a sí mismo o como a un familiar. Es la primera lección moral que se debe poner en práctica con respeto, prudencia y sinceridad.

“Muchos creen que existimos médicos que nos endurecemos con el tiempo por no decir de inmediato lo que le ocurre al paciente. Pero no es verdad. Lo que sucede es que en la medicina dos más dos nunca es cuatro, todo es variable, y lo que fue bien para uno es mal para otro.   Además, quizás no nos ven llorar. Siempre duele perder a un paciente y nos preguntamos por qué no hice esto o aquello”.

Claves para una buena atención

El doctor Fernando Pólit da varias sugerencias que se deben cumplir cuando una persona está enferma en un hospital.

Para los médicos:

• Hay que tener suficiente tacto, amor a la profesión y compasión hacia los pacientes para poder hablar con ellos con palabras blandas. Ser duros es transmitir las malas noticias.
• Hay que hablar con la familia antes de decirle al paciente lo que tiene. Ella debe decidir si es el médico quien lo hace o algún familiar.

Para la familia:

• El paciente siempre tiene que estar enterado de la enfermedad que presenta y de su estado. Hay personas que todavía están en pleno uso de sus facultades y necesitan poner en orden sus asuntos, tomar decisiones o cumplir sueños que aún no han realizado y que tal vez solo podrán hacerlo cuando estén bien.
• Es preferible que el paciente se entere de la gravedad de su enfermedad por el médico junto con la familia más íntima.

Para los visitantes:

• Lo peor que puede hacer una persona al hablar con el paciente es hacer comentarios sobre su estado de salud.
• Muchas veces el enfermo aún desconoce y al enterarse hace que pierda la confianza en el médico o en su familia.

Para los pacientes:

El doctor Mario Pinto sugiere a todo paciente que ha pasado por un estado crítico hacer prevención.
• Si, por ejemplo, ha sufrido un infarto cerebral, debe concienciar que tendrá limitaciones y que amerita hacer un cambio brusco de su estilo de vida. De pronto un área de su cerebro quedó comprometida y no se va a recuperar, pero lo que debe hacer es tratar de que no se afecte el área sana.
• Si es consciente de que es hipertenso o ha sufrido un infarto cardiaco, por ejemplo, debe procurar por sí mismo acudir al médico para tomar todas las medidas preventivas y que no vuelva a suceder, si no puede pedirle a un familiar que lo acompañe.
• Si aprende  a cuidarse, al mismo tiempo está  siendo ejemplo  para las futuras generaciones y evitará que enfermen.

 

Trato con los niños

Según la pediatra infectóloga Greta Miño, cuando se maneja a un niño potencialmente en estado crítico o grave, el médico tiene la responsabilidad de asumir el control de la situación de la manera más prudente y ecuánime posible, para luego explicarles a los padres de la forma más sencilla y detenida sobre las posibilidades que tiene el paciente.

Esta comunicación con ellos debe ser permanente para que haya confianza y entiendan la situación de su hijo. En el caso de los niños que padecen de enfermedades infectocontagiosas como VIH, por ejemplo, la responsabilidad de decirles a ellos lo que tienen les corresponde a los padres con el respectivo apoyo psicológico; y, luego, es el médico quien debe reforzar esa primera información.

Incluso, agrega, hay que decirles la verdad a los niños a medida que vayan entendiendo según las edades. “Entre más temprano es mejor, porque a los 12 o 13 años es más difícil porque se pueden poner rebeldes propio de su etapa normal de desarrollo”, asegura.

 

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