Beneficios de la vitamina C

21 de Diciembre de 2014

El ácido ascórbico es un nutriente que ayuda a elevar las defensas, a crear colágeno y a proteger contra el cáncer y mucho más.

Tomar vitamina C se ha hecho muy común desde hace muchos años. Científicamente está identificada como ácido ascórbico, el cual tiene varios beneficios en todos los sistemas del organismo, porque es necesaria para realizar procesos bioquímicos.

Según la máster en nutrición Silvia Alejandro, la vitamina C es indispensable en la elaboración y mantenimiento del colágeno que es una proteína fundamental en la fabricación de tejido conectivo. Además es importante para el crecimiento y reparación de tejidos del organismo, piel, membranas, huesos y dientes.

También es regeneradora, porque actúa junto con otros nutrientes como la proteína en la cicatrización de heridas, quemaduras y encías sangrantes. Incluso es un antioxidante, que protege de la acción de los radicales libres, que son sustancias altamente agresivas asociadas al proceso de envejecimiento celular, lo que produce mayor riesgo de cardiopatía o artritis.

La vitamina C, agrega, también es oncoprotector, es decir que protege del cáncer, ya que evita la formación de nitrosaminas (sustancias cancerígenas) en especial de esófago, páncreas, colorrectal, cuello de útero, vejiga, piel, mama y laringe.

Asimismo, explica, es antitrombótico, ya que disminuye la posibilidad de formación de coágulos en los vasos sanguíneos. Incluso es inmunitaria, porque ayuda a combatir enfermedades causadas por virus y bacterias; y es un activador importante del metabolismo del calcio y cofactor para la actividad de enzimas importantísimas en las reacciones de aminoácidos: carnitina, tirosina, fenilalanina, lisina, prolina, de vitaminas y minerales.

También actúa como un catalizador del proceso de absorción y almacenamiento del hierro muy necesario para la formación de la hemoglobina. Incluso es hipocolesteromiante, quiere decir que limita o retrasa la absorción de colesterol en el intestino. Por último es antialérgico porque ayuda a reducir los niveles de histamina y es detoxificante de sustancias venenosas como el cadmio, el mercurio, plomo y el humo del cigarrillo.

Consumirla en los alimentos

Según la médica nutricionista Myriam Reyes de Medranda, debido a que el ser humano no puede sintetizar la vitamina C tiene que consumirla. Se la encuentra principalmente en frutas como naranja, mandarina, limón, lima, fresas, piña, kiwis; y en vegetales como tomate, brócoli, espinacas, pimientos, coliflor, zapallo.

“Es necesario tener en cuenta que la cocción de algunos vegetales puede disminuir su contenido, por lo que se aconseja que sea al vapor o en sofritos”.

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) recomienda consumir todos los días 90 mg de vitamina C para los hombres y 75 mg para las mujeres, pues el zumo de una naranja cumple con este requerimiento, así como la mayoría de los alimentos arriba nombrados.

Si se lleva una dieta variada y equilibrada, agrega la nutricionista, no es necesario ingerir suplementos de vitamina C. Pero se ha dado mucha propaganda sobre el efecto que esta tiene sobre el sistema inmunológico, por lo que las personas aumentan su consumo sobre todo en procesos gripales.

Sin embargo, dice, estudios han demostrado que cifras superiores a las requeridas no son necesarias para mejorar nuestro sistema inmune. “Únicamente son de utilidad en personas que no tengan una dieta que incluya frutas y vegetales, así como las que fuman o consumen alcohol”, asegura Reyes.

Ciclo de la vida

Debido a las múltiples funciones que desempeña la vitamina C es fundamental, dice Alejandro, consumirla sobre todo en los periodos anabólicos como la infancia, niñez, adolescencia, embarazo y lactancia, por su sinergia con el hierro, ya que previene la anemia ferropénica.

En el embarazo, por ejemplo, reduce el riesgo de parto prematuro, pues su consumo adecuado previene durante el segundo trimestre que las membranas de la bolsa amniótica se rompan. Además, en la mujer adulta es importante porque las infecciones vaginales se exacerban ante la insuficiencia de los niveles de vitamina C.

La dosis mínima recomendada durante el embarazo es de 85 mg diarios, las madres que dan de lactar (100-120 mg) y los fumadores (al menos 100 mg), niños de 1 a 3 años necesitan 15 mg; de 4 a 8 años, 25 mg; de 9 a 13 años requieren 45 mg, en la adolescencia aumenta en las mujeres a 65 mg y en varones a 75 mg. Además, las situaciones especiales de adolescentes embarazadas requieren 80 mg y adolescentes lactantes necesitan 115 mg. (I) (S.M)

 

En los bebés

Como el ser humano no produce vitamina C y el bebé no consume frutas y vegetales al nacer, hay que suplementarlo, así se mejora la absorción del hierro y se mantiene un buen sistema inmunológico, según la nutricionista Myriam Reyes de Medranda.

Síntomas de déficit

La falta de vitamina C se asocia a piel seca y áspera, cabellos quebradizos, aparición de moretones, mayor tiempo de cicatrización de heridas, mala digestión, dificultades respiratorias, encías sangrantes, hinchazón de articulaciones, baja inmunidad, mayor virulencia de las alergias, según la máster en nutrición Silvia Alejandro.

Exceso de vitamina

La vitamina C no puede almacenarse en el organismo y los excesos se eliminan por la orina, por lo que rara vez un consumo elevado resulta nocivo. Sin embargo, si es superior a 2 o 3 gramos diarios se lo ha asociado a molestias digestivas como diarrea o acidez, y cálculos de los riñones.

 

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