Bebidas sin gluten y con poco alcohol

29 de Marzo de 2015
Rebecca R. Ruiz | The New York Times

La industria de bebidas estadounidense ha introducido nuevas ofertas que atienden a los consumidores conscientes de su salud.

Para los bebedores sociales que buscan librarse de culpa, el gluten o la resaca, la lista de opciones de bebidas está creciendo más.

Los barrilitos de probióticos son recién llegados en los bares, y los jugos de fruta han encontrado su camino a las botellas de cerveza, ahora que la industria de bebidas estadounidense ha introducido nuevas ofertas que atienden a los consumidores conscientes de su salud, que desean opciones saludables, bajas en alcohol.

Desde el té negro fermentado, hasta la cerveza mezclada con jugo de limón, los fabricantes de bebidas dicen que están tratando de agregar valor nutricional, mientras que reducen el contenido de alcohol y calorías. Con estas medidas, algunas marcas están tratando de capturar la lealtad del esquivo consumidor femenino –para quien las bebidas alcohólicas como las ocasionales cervezas han tenido menos atractivo– sin apartar a los hombres.

Dominic Geracia, diseñador gráfico de Pittsburgh, dijo que normalmente elige sidra para las ocasiones sociales. “No tiene gluten y me llena”, dijo.

Millones al año

Las ventas de bebidas alcohólicas en Estados Unidos genera alrededor de 200 mil millones de dólares al año, según Euromonitor International, una empresa de investigación de mercado. La cerveza tiene la mayor participación –alrededor del 45 por ciento, o 93 mil millones– y representa el 80 por ciento de las ventas en volumen.

La cerveza ligera, incluyendo aquellas marcas con niveles moderados de alcohol, representa aproximadamente la mitad de toda la cerveza vendida, según Beverage Information Group, que rastrea las ventas en Estados Unidos.

Entre los nuevos operadores que buscan atraer a aquellos compradores conscientes de su salud, está Kombrewcha, un té-cerveza carbonatado, elaborado con edulcorante de agave, que salió a la venta en Connecticut y Nueva York el año pasado. Hecho sin malta o cebada, está libre de gluten. La bebida se fermenta más que el kombucha tradicional y contiene 2 por ciento de alcohol en volumen –aproximadamente cuatro veces más que la mayoría de los refrescos kombucha, pero todavía con un nivel bajo para la cerveza, que tiene 5 por ciento de alcohol en promedio.

El eslogan de la bebida invita a los consumidores a “hacerse cosquillas, no a pasarla mal”. Su etiqueta ostenta, además, las culturas de la bebida probiótica, ácido fólico, antioxidantes y 65 calorías.

Giuseppe Pezzotti, profesor titular en la administración de bebidas en la School of Hotel Administration de Cornell University, atribuyó el creciente interés en bebidas fuera de lo común no solo a una mayor conciencia sobre la salud, sino a una mayor sofisticación en los gustos del consumidor. (I)

 

Efecto médico

El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, cebada, centeno y avena y que más allá de formar parte de todos los alimentos que se hacen a base de esto, se usa como excipiente en muchos productos de uso cotidiano.

Según el gastroenterólogo Ignacio Hanna Jairala, existe una enfermedad, la celiaca, que se caracteriza por una reacción inmunológica que se produce por el contacto del gluten con la mucosa del intestino generando una malabsorción de nutrientes. En las personas que padecen esta enfermedad se debe eliminar absolutamente el gluten de la dieta, pero solo en estas personas. Actualmente, agrega, existe una tendencia a restringir el consumo de gluten en pacientes con síndrome de intestino irritable; sin embargo, esto no ha pasado de ser una especie de moda que no ha dado resultados estadísticamente significativos en cuanto a la evolución favorable de este tipo de pacientes.

La máster en Nutrición Silvia Alejandro explica que la disminución del gluten en las bebidas alcohólicas también se está dando, no solo porque hay personas con sensibilidad a este, sino porque hay mayor conciencia de los efectos que produce el alcohol en la salud, en particular por el riesgo de déficit nutricional, en especial vitaminas y minerales.

“Al haber menor cantidad de alcohol disminuye la cantidad de gluten y riesgos, convirtiéndola en una bebida más segura y de mayor consumo, por lo tanto con más ganancias económicas”.

 

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