Apnea del sueño

03 de Febrero de 2013
Sheyla Mosquera de Calderón

Hay personas que al dormir sufren breves interrupciones de la respiración que pueden indicar un verdadero problema.

Si es de los que roncan, debe saber que mientras lo está haciendo puede sufrir apnea del sueño. Es un desorden respiratorio secundario a episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior (VAS).

La persona experimenta una o más pausas en la respiración que duran 10 segundos o más, y a menudo ocurren entre 5 y 30 veces por hora durante el sueño. Después de la detención de la respiración, esta vuelve a ser normal, se acompaña también con un ronquido fuerte o con un sonido parecido al que alguien hace cuando se atraganta.

Según el neumólogo Iván Chérrez, el tipo más frecuente de apnea del sueño es la obstructiva, que se produce por la relajación de los tejidos blandos de la parte posterior de la garganta que bloquea el paso del aire. Se caracteriza por la reducción o ausencia del flujo nasal mayor a 10 segundos de duración acompañado de esfuerzo respiratorio.

Datos

La persona que sufre APNEA
del sueño no sabe que la tiene

Otra es la de tipo central, que está causada por irregularidades de las señales respiratorias normales del cerebro. Presenta ausencia o reducción del flujo nasal mayor a 10 segundos de duración sin esfuerzo respiratorio. Incluso, también hay apneas de tipo mixta que tienen los dos componentes.

Chérrez dice que existen factores de riesgo para sufrir apnea obstructiva como, por ejemplo, tener desviación del tabique, alguna otra anormalidad en la nariz y en la mandíbula. También, el crecimiento de las amígdalas y/o adenoides en los niños, el hipotiroidismo, el tabaquismo y la obesidad, la cual debilita los músculos de la faringe y produce un colapso de la VAS.

Serios efectos

Chérrez asegura que las personas que padecen apnea siempre tienen sueño excesivo durante el día, dolor de cabeza por la mañana, decaimiento, cansancio y olvido. Incluso, los niños presentan hiperactividad, desatención, cuando duermen se mueven de un lado al otro, sudan durante la noche y algunos se orinan en la cama.

También, agrega, la han relacionado con el cáncer y se dice que aumenta tres veces más el riesgo de sufrir problemas de hipertensión arterial, infarto del corazón, accidente cerebrovascular (derrame cerebral), latidos cardiacos irregulares y aumento del riesgo de tener diabetes.

“La apnea hace que los niños que la padecen presenten alteraciones del aprendizaje y del crecimiento (la hormona del crecimiento no trabaja bien). Incluso sufren deformidad de la cara, porque han sido respiradores bucales, por eso andan con la boca abierta; y tienen riesgo de enfermedades cardiopulmonares”.

Para el cardiólogo Luis Solines, la apnea del sueño es muy común en la gente obesa, sobre todo, después de tomar alcohol y si este ronca mucho puede experimentar hipertensión arterial durante el día. Asegura que la somnolencia excesiva causa desconcentración en las personas que manejan vehículos con el consecuente riesgo de provocar accidentes (1 de cada 7 suceden por esta causa).

Formas de tratamientos

Según Chérrez, para tratar la apnea se solicita estudios de sueño que sirven para saber si es de tipo leve, moderada o severa. Estos análisis indican la cantidad de veces que el paciente la experimenta por hora mientras duerme. También se estudia el valor de desaturación de oxígeno, que es cuántas veces por hora existen caídas de elemento durante el sueño.

El tratamiento ideal, agrega, en la gran mayoría de los casos, consiste en usar un dispositivo de presión en la vía área (CPAP), que tiene una mascarilla que cubre la boca y la nariz, o solo la nariz. Su función es abrir durante el sueño la vía aérea superior que estaba cerrada y permitir el paso del aire evitando las apneas.

Otro método, dice la ortodoncista Elsie Tafur Chang, es el uso de una placa intraoral. Es ideal para índices de apneas leves a moderadas o para personas con apnea severa que no toleran otros tratamientos. Está adelanta la mandíbula y de esa manera abre la vía aérea para ayudar el paso del aire. No es incómoda y es ampliamente aceptada, ya que es individualizada para cada paciente.

También, dice Solines, en la actualidad se está utilizando un diurético llamado espirolactona en los pacientes obesos e hipertensos con buenos resultados. Sin embargo, lo más importante es cambiar el estilo de vida: bajar de peso, no fumar, evitar el consumo de alcohol o drogas, y no tomar medicamentos tranquilizantes o hipnóticos para dormir.

Por último, en los casos extremos, dice el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de los EE.UU., se puede aplicar cirugía, que dependerá de la causa de la apnea del sueño.

 

Polisomnografía

Sirve para diagnosticar la apnea. Consiste en pasar la noche en un centro especializado mientras se monitorean las ondas cerebrales, el esfuerzo respiratorio, el movimiento ocular, los niveles de oxígeno en la sangre y la posición corporal.

Diurético

Investigadores suizos descubrieron que el diurético acetazolamida, que se usa para tratar el mal de montaña, mejora los niveles de oxígeno nocturno en personas con apnea del sueño. Así podrían viajar a grandes alturas con ayuda del medicamento y un dispositivo respiratorio de uso habitual.

 

Ronquidos

Si las vías respiratorias están total o parcialmente bloqueadas durante el sueño no entra suficiente aire a los pulmones. Esto puede provocar ronquidos fuertes y una disminución de las concentraciones de oxígeno en la sangre.

 

 

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