Alteraciones del sueño

14 de Agosto de 2016

¿Qué pasa cuando dormir no es reparador? El porcentaje de quienes sufren trastornos de este tipo es alto.

Dar incontables vueltas en la cama, mantenerse despierto durante horas, abrir los ojos mucho antes de que suene el despertador... tener problemas para dormir es un suplicio.

Sin embargo, de acuerdo con una investigación del prestigioso instituto de investigación y prevención de enfermedades Robert

Koch, en Alemania, aquellos que sufren estas alteraciones no están tan solos: alrededor de un 25 por ciento de las personas adultas tiene problemas para conciliar el sueño y más de un 10 por ciento considera que su sueño no es ni frecuentemente ni permanentemente reparador.

¿Cómo se manifiestan los problemas para dormir o las alteraciones del sueño? Hay varios tipos de alteraciones, que pueden remitirse a múltiples causas. Pero, por lo general, cuando alguien dice tener problemas de sueño se refiere a una especie de insomnio, es decir, a las dificultades para conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.

¿Qué hay detrás?

Las causas son complejas. Las alteraciones pueden deberse a factores orgánicos, psíquicos o de comportamiento, pero también a medicamentos.

A veces, las dificultades para dormir son síntoma de otra enfermedad. Despertarse antes de tiempo, por ejemplo, suele ser un síntoma de la depresión. A veces se conjugan varios factores. Quien tiene una hernia de disco, por ejemplo, siente dolor estando acostado, lo que puede llevar a que se despierte cada dos o tres horas y empiece a pensar en sus problemas cotidianos y luego tenga dificultades para volver a dormir.

¿Cuándo acudir al médico?

Si durante un mes se duerme mal al menos tres noches por semana y esto afecta la rutina diurna, hay que consultar con el médico.

La falta de sueño tiene distintos efectos, pero el más común es sentirse agotado, tener dificultades para prestar atención, estar irritable, sufrir cambios repentinos de humor o molestias físicas como dolor de estómago o de cabeza.

Para solucionar un problema de sueño es importante detectar primero sus causas. Entre los tratamientos posibles están las terapias conductistas y los medicamentos, aunque las pastillas clásicas para dormir solo deben recetarse en casos excepcionales y como mucho por dos semanas.

Laboratorio de sueño

Los médicos suelen recomendar la observación en un laboratorio de sueño en casos de ronquidos con apnea, cuando el cansancio es extremo, en casos de sonambulismo o cuando no se encuentran las causas de la imposibilidad de dormir de corrido.

No hace falta prepararse para la consulta. Lo ideal es pasar ese día de la forma más normal posible y no dormir ninguna siesta.

Una vez allí, los especialistas le colocan al paciente electrodos y sensores. Luego hay que acostarse y tratar de conciliar el sueño, mientras una cámara filma al durmiente. (F)

Trabajo nocturno

En su guía técnica sobre el sueño, la Organización Mundial de la Salud toca el tema de las dolencias reportadas por quienes trabajan en el turno de la noche.

Al menos tres cuartos de este sector de la población están afectados. La mayor queja parece ser la poca capacidad de tener una buena calidad de sueño durante el día. “La pérdida se produce principalmente en las fases 2 (sueño básico) y REM (en la que ocurren los sueños). Las 3 y 4 (sueño profundo) no parecen ser afectadas”, dice el documento.

Lo interesante es que el sueño diurno no parece mejorar mucho incluso después de una temporada de trabajar en el turno de la noche. Sí es notorio que los trabajadores que están fijos en ese horario duermen ligeramente mejor que aquellos que siguen un sistema de rotación.

Los efectos a largo plazo de esta dinámica sobre los patrones de sueño, dice la OMS, son hasta ahora muy poco entendidos.

¿A quién recurrir?

Si no se puede visitar a un especialista en sueño, hay que consultar al menos con el médico clínico de cabecera, que podrá descartar mediante distintos análisis que el problema sea por una causa física.
 

Dominar el problema

Hay muchas cosas que pueden hacerse para dormir mejor. Una de ellas es levantarse y acostarse a horas establecidas; no dormir de día, no ver TV para dormirse, evitar el alcohol y no mirar todo el tiempo el reloj por la noche.
 

 

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