Realidad virtual en psicoterapia

11 de Marzo de 2018

Los programas y dispositivos en esta área despegan y se vuelven más accesibles, mientras que la comunidad científica muestra entusiasmo y cautela.

Un hombre sube al podio ante un auditorio repleto. Las manos están sudorosas y la garganta seca. En la laptop, la primera diapositiva de su presentación espera. Respira profundo y empieza su discurso. La experiencia va tan bien, que el psicólogo decide que es hora de exigir un poco más. El doctor Sean Sullivan reajusta los controles y ante los ojos del hombre, la cálida audiencia se transforma en una multitud escéptica y fría. La ansiedad del paciente sube, y Sullivan lo guía a través de la serie de ejercicios de relajamiento que han practicado.

Sullivan es el psicólogo jefe de Limbix, un emprendimiento que ha desarrollado un software de realidad virtual para ayudar a tratar los desórdenes de ansiedad a través de la terapia de exposición. También proveen prevención para las recaídas en los casos de abuso de sustancias y enseñan atención plena y relajación.

Según reporta Forbes, este equipo está compuesto por psicólogos, expertos en RV e ingenieros que previamente colaboraron con Google y Facebook. Añade que si bien los profesionales de salud mental empezaron a experimentar con la terapia de exposición VR hace casi dos décadas, los equipos eran costosos y escasos, y había que permanecer conectados a una computadora. Hoy, es posible trabajar con un visor para móviles y un teléfono compatible. El visor Daydream View, por ejemplo recrea exteriores usando las imágenes de Street View.

“Hace 10 años, costaba 30 mil dólares armar el entorno de realidad virtual”, recuerda Sullivan. “Ahora puedes usar tu teléfono y un visor de $ 70”. Aún así, el servicio sigue necesitando afinarse. Al usar fotografías, los escenarios virtuales son estáticos.

Potencial y advertencias

En 2017, un equipo médico publicó en el jornal Medicina Psicológica, de la Universidad de Cambridge, una revisión de 258 estudios prácticos sobre el uso de VR en ansiedad, esquizofrenia, adicciones y desórdenes de la alimentación. Su hallazgo más sólido está ligado a estos últimos. “La RV puede que merezca el nivel de atención que se le ha dado a la neuroimagen”, admiten. “Tiene el potencial de transformar el acercamiento, entendimiento y tratamiento de los problemas de salud mental”.

Pero también tienen advertencias. Primero, hay mucho mal uso del término, pues se lo aplica a tecnologías que nada tienen que ver con VR. “Las sesiones tienen que ser interactivas e inmersivas para ser consideradas realidad virtual”. Segundo, “ese potencial se alcanzará solo si el diseño tiene como eje la experiencia del usuario y si se lo combina con intervenciones probadas en el laboratorio y en la práctica clínica, y personalizadas”.

Aplicaciones más frecuentes

Los desórdenes alimenticios, sin embargo, no son los más explorados, sino los causados por estrés postraumáticos y abuso de sustancias. El doctor Albert Rizzo, de la Universidad del Sur de California, que investiga sistemas de RV en diagnóstico y tratamiento clínico, dice que este es un ambiente de estímulo controlado.

El psicoterapeuta no puede, usualmente, llevar a sus pacientes a un avión o colarse en sus entrevistas de trabajo. Pero en las situaciones virtuales, se puede despegar y aterrizar las veces que haga falta. Se puede garantizar que no habrá turbulencias, si el paciente no está listo. El terapeuta tiene mucho control.

Además, la gente responde psicológicamente a las experiencias virtuales.

Una parte importante de manejar la ansiedad es aprender a controlar la respuesta física al miedo. La RV sí puede hacer que el corazón se acelere y la respiración se agite. “El cerebro y el cuerpo llenan los detalles (que le hacen falta a la realidad virtual) y de repente, están temblando”, dice la doctora Barbara Rothbaum, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta, quien demostró hace más de 20 años que el método podía ayudar a la gente a superar el miedo a las alturas (Revista Estadounidense de Psiquiatría, 1995).

Mucha de la investigación de Rothbaum se ha enfocado en usar realidad virtual para tratar los trastornos por estrés postraumático. Uno de los procedimientos más usados es el uso de RV en la exposición imaginaria, para revisitar los sitios donde se originó el trauma. “Con un terapeuta hábil, pueden aprender a confrontar esos recuerdos”.

En cuanto al uso de sustancias, las experiencias virtuales pueden despertar en el paciente el recuerdo del tabaco, el alcohol o las drogas, lo que puede ser útil en practicar qué harán en situaciones de gran riesgo. Como dice Rothbaum, “estamos poniendo a la persona en contextos en los que se activa el estado de urgencia y pueden practicar sus destrezas para evitar recaídas”.

Rizzo, por su parte, está interesado en explorar la RV como herramienta para la rehabilitación cognitiva en casos de lesiones neurológicas o accidentes cerebrovasculares. “Estaba trabajando en Psicología Clínica, en rehabilitación de lesiones cerebrales, y me sentí frustrado con las herramientas que teníamos”. Y hace décadas decidió motivar a sus pacientes a practicar habilidades de funciones ejecutivas al invitarlos a jugar SimCity, el videojuego que permite construir ciudades generadas por computadora. Imagine un juego, dice Rizzo, en el que el jugador gana puntos al practicar habilidades del mundo real, como preparar una comida. “La tecnología está, finalmente, poniéndose a la altura de esta visión”.

El perfil del terapeuta

Mientras la RV llama la atención, los investigadores están entusiasmados y cautelosos. La doctora Kathryn Segovia y el doctor Jeremy Bailenson afirman, en un artículo publicado en la revista Media Psychology, que cuando niños en edad escolar vieron una versión virtual de sí mismos nadando con ballenas, muchos más tarde creyeron que había pasado en la vida real. A esto le llaman adquisición de recuerdos falsos. Ellos sugieren precaución, pues más investigación es necesaria para entender cómo funciona este mecanismo.

Rizzo, finalmente, dice que hay muchos profesionales interesados en usar RV en su práctica, a pesar de su falta de entrenamiento en el método tradicional. Y sostiene que se necesita un alto nivel de habilidad en este antes de incursionar en la anterior. Rothbaum dice que en las manos de un psicólogo clínico experimentado, es una herramienta valiosa. Y que está mejorando rápidamente, añade Sullivan, quien cree que es una cuestión de preguntarse qué no se ha intentado todavía.

Fuente: Asociación Estadounidense de Psicología (APA).

  Deja tu comentario